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significados y conceptos.
Oración pidiendo ser librado de los
enemigos
(Sal 59:1) «Al músico
principal; sobre No destruyas. Mictam de David, cuando envió Saúl, y vigilaron»* «la casa para
matarlo.»* Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; Ponme a salvo de los que se levantan
contra mí.
(Sal 59:2) Líbrame de los que
cometen iniquidad [gran maldad e injusticia], Y sálvame de hombres sanguinarios.
(Sal 59:3) Porque he aquí están acechando mi vida; Se han juntado contra mí poderosos. No por
falta mía, ni pecado mío, oh Jehová;
(Sal 59:4) Sin delito mío corren
y se aperciben. Despierta para venir a mi encuentro, y mira.
(Sal 59:5) Y tú, Jehová Dios de
los ejércitos, Dios de Israel, Despierta para castigar
a todas las naciones; No tengas misericordia de todos los que se rebelan con
iniquidad [gran
maldad e injusticia].
(Sal 59:6) Volverán a la tarde, ladrarán como perros, Y rodearán la ciudad.
(Sal 59:7) He aquí proferirán
con su boca; Espadas hay en sus labios, Porque dicen: ¿Quién oye?
(Sal 59:8) Mas tú, Jehová, te
reirás de ellos; Te burlarás de todas las naciones.
(Sal 59:9) A causa del poder del enemigo esperaré en ti,
Porque Dios es mi defensa.
(Sal 59:10) El Dios de mi misericordia irá delante de mí; Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo.
(Sal 59:11) No los mates, para
que mi pueblo no olvide; Dispérsalos con tu poder, y abátelos, Oh Jehová,
escudo nuestro.
(Sal 59:12) Por el pecado de su boca, por la palabra de sus
labios, Sean ellos presos en su soberbia, Y por
la maldición y mentira que profieren.
(Sal 59:13) Acábalos con furor,
acábalos, para que no sean; Y sépase que Dios gobierna en Jacob Hasta los fines
de la tierra.
(Sal 59:14) Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros, Y rodeen la ciudad.
(Sal 59:15) Vayan ellos errantes para hallar qué comer; Y si no
se sacian, pasen la noche quejándose.
(Sal 59:16) Pero yo cantaré de
tu poder, Y alabaré de mañana tu misericordia; Porque has sido mi amparo Y
refugio en el día de mi angustia.
(Sal 59:17) Fortaleza mía, a ti cantaré; Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi
misericordia.
Plegaria pidiendo ayuda contra el
enemigo
(Sal 108:6-13)
(Sal 60:1) «Al músico
principal; sobre Lirios. Testimonio. Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo
guerra contra Aram Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, y destrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal.»* Oh Dios, tú nos has
desechado, nos quebrantaste; Te has airado; ¡vuélvete a nosotros!
(Sal 60:2) Hiciste temblar la
tierra, la has hendido; Sana sus roturas, porque titubea.
(Sal 60:3) Has hecho ver a tu
pueblo cosas duras; Nos hiciste beber vino de aturdimiento.
(Sal 60:4) Has dado a los que
te temen bandera Que alcen por causa de la verdad.
(Sal 60:5) Para que se libren
tus amados, Salva con tu diestra, y óyeme.
(Sal 60:6) Dios ha dicho en su
santuario: Yo me alegraré; Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.
(Sal 60:7) Mío es Galaad, y mío es Manasés; Y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi
legislador.
(Sal 60:8) Moab, vasija para lavarme;
Sobre Edom echaré mi calzado; Me regocijaré sobre Filistea.
(Sal 60:9) ¿Quién me llevará a
la ciudad fortificada? ¿Quién me llevará hasta Edom?
(Sal 60:10) ¿No serás tú, oh
Dios, que nos habías desechado, Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos?
(Sal 60:11) Danos socorro contra el enemigo, Porque vana es la
ayuda de los hombres.
(Sal 60:12) En Dios haremos
proezas, Y él hollará a nuestros enemigos.
Confianza en la protección de Dios
(Sal 61:1) «Al músico
principal; sobre Neginot. Salmo de David.»*
Oye, oh Dios, mi clamor; A mi oración atiende.
(Sal 61:2) Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón
desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo,
(Sal 61:3) Porque tú has sido
mi refugio, Y torre fuerte delante del enemigo.
(Sal 61:4) Yo habitaré en tu tabernáculo
para siempre; Estaré seguro bajo la cubierta de
tus alas.
(Sal 61:5) Porque tú, oh Dios,
has oído mis votos; Me has dado la heredad [posesión]
de los que temen tu nombre.
(Sal 61:6) Días sobre días añadirás
al rey; Sus años serán como generación
y generación.
(Sal 61:7) Estará para siempre
delante de Dios; Prepara misericordia y verdad
para que lo conserven.
(Sal 61:8) Así cantaré tu
nombre para siempre, Pagando mis votos «cada
día.»*
Dios, el único refugio
(Sal 62:1) «Al músico
principal; a Jedutún. Salmo de David.»* En
Dios solamente está acallada mi alma;
De él viene mi salvación.
(Sal 62:2) El solamente es mi
roca y mi salvación; Es mi refugio, no
resbalaré mucho.
(Sal 62:3) ¿Hasta cuándo maquinaran contra un hombre, Tratando todos ustedes de
aplastarle Como pared desplomada y como cerca derribada?
(Sal 62:4) Solamente consultan
para arrojarle de su grandeza. Aman la mentira; Con su boca bendicen, pero
maldicen en su corazón.
(Sal 62:5) Alma mía, en Dios
solamente reposa, Porque de él es mi esperanza.
(Sal 62:6) El solamente es mi
roca y mi salvación. Es mi refugio, no
resbalaré.
(Sal 62:7) En Dios está mi salvación
y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.
(Sal 62:8) Esperen en él en
todo tiempo, oh pueblos; Derramen
delante de él su [de ustedes] corazón; Dios es nuestro refugio.
(Sal 62:9) Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres,
mentira los hijos de varón; Pesándolos a todos igualmente en la balanza, Serán menos que nada.
(Sal 62:10) No confíen en la
violencia, Ni en la rapiña; no se envanezcan; Si se aumentan las riquezas, no
pongan el corazón en ellas.
(Sal 62:11) Una vez habló Dios;
Dos veces he oído esto: Que de Dios es el poder,
(Sal 62:12) Y tuya, oh Señor, es
la misericordia; Porque tú pagas a «cada
uno»* conforme a su obra.
Dios, satisfacción del alma
(Sal 63:1) «Salmo de David,
cuando estaba en el desierto de Judá.»* Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y
árida donde no hay aguas,
(Sal 63:2) Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he visto en el santuario.
(Sal 63:3) Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis
labios te alabarán.
(Sal 63:4) Así te bendeciré en
mi vida; En tu nombre alzaré mis manos.
(Sal 63:5) Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y
con labios de júbilo te alabará mi boca,
(Sal 63:6) Cuando me acuerde de
ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.
(Sal 63:7) Porque has sido mi socorro, Y así en la sombra de
tus alas me regocijaré.
(Sal 63:8) Está mi alma
apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido.
(Sal 63:9) Pero los que para
destrucción buscaron mi alma Caerán en
los sitios bajos de la tierra.
(Sal 63:10) Los destruirán a
filo de espada; Serán porción de los chacales.
(Sal 63:11) Pero el rey se alegrará
en Dios; Será alabado cualquiera que jura por él; Porque la boca de los que
hablan mentira será cerrada.
Plegaria pidiendo protección contra
enemigos ocultos
(Sal 64:1) «Al músico
principal. Salmo de David.»* Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; Guarda mi vida del temor
del enemigo.
(Sal 64:2) Escóndeme del
consejo secreto de los malignos, De la conspiración
de los que hacen iniquidad [gran maldad e injusticia],
(Sal 64:3) Que afilan como
espada su lengua; Lanzan cual flecha [saeta]
suya, palabra amarga,
(Sal 64:4) Para asaetear a escondidas al íntegro; De repente
lo asaetean, y no temen.
(Sal 64:5) Obstinados en su
inicuo designio, Tratan de esconder los
lazos, Y dicen: ¿Quién los ha de ver?
(Sal 64:6) Inquieren [averiguan] iniquidades, hacen una investigación exacta; Y el
íntimo pensamiento de «cada uno»* de ellos, así como su corazón, es profundo.
(Sal 64:7) Mas Dios los herirá
con saeta; De repente serán sus plagas.
(Sal 64:8) Sus propias lenguas
los harán caer; Se espantarán todos los que los vean.
(Sal 64:9) Entonces temerán
todos los hombres, Y anunciarán la obra de Dios, Y entenderán sus hechos.
(Sal 64:10) Se alegrará el justo
en Jehová, y confiará en él; Y se gloriarán todos los rectos de corazón.
La manutención de Dios sobre la
tierra
(Sal 65:1) «Al músico
principal. Salmo. Cántico de David.»* Tuya
es la alabanza en Sion, oh Dios, Y a ti se pagarán los votos.
(Sal 65:2) Tú oyes la oración; A ti vendrá toda carne.
(Sal 65:3) Las iniquidades prevalecen
contra mí; Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás.
(Sal 65:4) Dichoso [afortunado,
bienaventurado] el que tú escogieres
y atrajeres a ti, Para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de
tu casa, De tu santo templo.
(Sal 65:5) Con tremendas cosas nos
responderás tú en justicia, Oh Dios de nuestra salvación,
Esperanza de todos los términos de la
tierra, Y de los más remotos confines del mar.
(Sal 65:6) Tú, el que afirma los montes con su poder, Ceñido
de valentía;
(Sal 65:7) El que sosiega el estruendo de los mares, el
estruendo de sus ondas, Y el alboroto de las naciones.
(Sal 65:8) Por tanto, los habitantes de los fines de la tierra
temen de tus maravillas.
Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.
(Sal 65:9) Visitas la tierra, y
la riegas; En gran manera la enriqueces; Con el río de Dios, lleno de aguas,
Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.
(Sal 65:10) Haces que se empapen
sus surcos, Haces descender sus canales; La ablandas con lluvias, Bendices sus
renuevos.
(Sal 65:11) Tú coronas el año
con tus bienes, Y tus nubes destilan grosura.
(Sal 65:12) Destilan sobre los
pastizales del desierto, Y los collados se ciñen de alegría.
(Sal 65:13) Se visten de manadas
los llanos, Y los valles se cubren de grano; Dan voces de júbilo, y aun cantan.
Alabanzas por las obras poderosas de
Dios
(Sal 66:1) «Al músico
principal. Cántico. Salmo.»* Aclamen a Dios
con alegría, toda la tierra.
(Sal 66:2) Canten la gloria de
su nombre; Pongan gloria en su alabanza.
(Sal 66:3) Digan a Dios: ¡Cuán
asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus
enemigos.
(Sal 66:4) Toda la tierra te adorará, Y cantará a ti; Cantarán a tu nombre.
(Sal 66:5) Vengan, y observen
las obras de Dios, Temible en hechos sobre los hijos de los hombres.
(Sal 66:6) Volvió el mar en
seco; Por el río pasaron a pie; Allí en él nos alegramos.
(Sal 66:7) El señorea con su poder para siempre; Sus ojos
atalayan sobre las naciones; Los rebeldes no
serán enaltecidos.
(Sal 66:8) Bendigan, pueblos, a
nuestro Dios, Y hagan oír la voz de su alabanza.
(Sal 66:9) El es quien preservó la vida a nuestra alma, Y no
permitió que nuestros pies resbalasen.
(Sal 66:10) Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata.
(Sal 66:11) Nos metiste en la red; Pusiste sobre nuestros
lomos pesada carga.
(Sal 66:12) Hiciste cabalgar
hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua, Y nos sacaste
a abundancia.
(Sal 66:13) Entraré en tu casa con holocaustos; Te pagaré mis votos,
(Sal 66:14) Que pronunciaron mis
labios Y habló mi boca, cuando estaba angustiado.
(Sal 66:15) Holocaustos de animales engordados te ofreceré, Con sahumerio de carneros; Te ofreceré en sacrificio
bueyes y machos cabríos.
(Sal 66:16) Vengan, oigan todos
los que temen a Dios, Y contaré lo que ha hecho a mi alma.
(Sal 66:17) A él clamé con mi boca, Y fue exaltado con mi
lengua.
(Sal 66:18) Si en mi corazón
hubiese yo visto a la iniquidad [gran maldad e
injusticia], El Señor no me habría
escuchado.
(Sal 66:19) Mas ciertamente me escuchó
Dios; Atendió a la voz de mi súplica.
(Sal 66:20) Bendito sea Dios, Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.
Te alaben todos los pueblos
(Sal 67:1) «Al músico
principal; en Neginot. Salmo. Cántico.»*
Dios tenga misericordia de nosotros, y nos
bendiga; Haga resplandecer su rostro sobre nosotros;
(Sal 67:2) Para que sea conocido en la tierra tu camino, En
todas las naciones tu salvación.
(Sal 67:3) Te alaben los
pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben.
(Sal 67:4) Alégrense y gócense
las naciones, Porque juzgarás los pueblos con rectitud [equidad, derecho], Y pastorearás las naciones en la tierra.
(Sal 67:5) Te alaben los
pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben.
(Sal 67:6) La tierra dará su
fruto; Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.
(Sal 67:7) Bendíganos Dios, Y
témanlo todos los términos de la tierra.
El Dios de los montes y de los reinos
(Sal 68:1) «Al músico
principal. Salmo de David. Cántico.»*
Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su presencia los que le aborrecen.
(Sal 68:2) Como es lanzado el humo, los lanzarás; Como se derrite la cera delante del fuego, Así
perecerán los impíos [irreverentes y sin
ley] delante de Dios.
(Sal 68:3) Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, Y saltarán de alegría.
(Sal 68:4) Canten a Dios,
canten salmos a su nombre; Exalten al que cabalga sobre los cielos. JAH es su
nombre; alégrense delante de él.
(Sal 68:5) Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en
su santa morada.
(Sal 68:6) Dios hace habitar en familia a los desamparados;
Saca a los cautivos a prosperidad; Mas los rebeldes habitan en tierra seca.
(Sal 68:7) Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo,
Cuando anduviste por el desierto,
(Sal 68:8) La tierra tembló;
También destilaron los cielos ante la presencia de Dios; Aquel Sinaí tembló
delante de Dios, del Dios de Israel.
(Sal 68:9) Abundante lluvia esparciste, oh Dios; A tu heredad [posesión]
exhausta tú la reanimaste.
(Sal 68:10) Los que son de tu grey han morado en ella; Por tu
bondad, oh Dios, has provisto al pobre.
(Sal 68:11) El Señor daba
palabra; Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas.
(Sal 68:12) Huyeron, huyeron
reyes de ejércitos, Y las que se quedaban en casa repartían los despojos.
(Sal 68:13) Bien que fueron echados
entre los tiestos, Serán como alas de paloma cubiertas de plata, Y sus plumas
con amarillez de oro.
(Sal 68:14) Cuando esparció el Omnipotente
los reyes allí, Fue como si hubiese nevado en el
monte Salmón.
(Sal 68:15) Monte de Dios es el monte de Basán; Monte alto el
de Basán.
(Sal 68:16) ¿Por qué observan,
oh montes altos, Al monte que deseó Dios para su morada? Ciertamente Jehová
habitará en él para siempre.
(Sal 68:17) Los carros de Dios se cuentan por veintenas de
millares de millares; El Señor viene del Sinaí a su santuario.
(Sal 68:18) Subiste a lo alto,
cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres, Y también para los
rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.
(Sal 68:19) Bendito el Señor; «cada
día»* nos
colma de beneficios El Dios de nuestra salvación.
(Sal 68:20) Dios, nuestro Dios
ha de salvarnos, Y de Jehová el Señor es el librar de la muerte.
(Sal 68:21) Ciertamente Dios herirá
la cabeza de sus enemigos, La testa cabelluda del que camina en sus pecados.
(Sal 68:22) El Señor dijo: De Basán te haré volver; Te haré
volver de las profundidades del mar;
(Sal 68:23) Porque tu pie se enrojecerá
de sangre de tus enemigos, Y de ella la
lengua de tus perros.
(Sal 68:24) Vieron tus caminos,
oh Dios; Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.
(Sal 68:25) Los cantores iban delante, los músicos detrás; En
medio las doncellas con panderos.
(Sal 68:26) Bendigan a Dios en
las congregaciones; Al Señor, ustedes de la estirpe de Israel.
(Sal 68:27) Allí estaba el joven Benjamín, señoreador de ellos,
Los príncipes de Judá en su congregación, Los príncipes de Zabulón, los
príncipes de Neftalí.
(Sal 68:28) Tu Dios ha ordenado
tu fuerza; Confirma, oh Dios, lo que has hecho para nosotros.
(Sal 68:29) Por razón de tu templo en Jerusalén Los reyes te
ofrecerán dones.
(Sal 68:30) Reprime la reunión
de gentes armadas, La multitud de toros con los becerros de los pueblos, Hasta
que todos se sometan con sus piezas de plata; Esparce a los pueblos que se
complacen en la guerra.
(Sal 68:31) Vendrán príncipes de
Egipto; Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios.
(Sal 68:32) Reinos de la tierra, canten
a Dios, Canten al Señor;
(Sal 68:33) Al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que
son desde la antigüedad; He aquí dará su voz,
poderosa voz.
(Sal 68:34) Atribuyan poder a
Dios; Sobre Israel es su magnificencia, Y su poder está en los cielos.
(Sal 68:35) Temible eres, oh Dios, desde tus santuarios; El
Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su
pueblo. Bendito sea Dios.
El Mesías en el abismo
(Sal 69:1) «Al músico
principal; sobre Lirios. Salmo de David.»*
Sálvame, oh Dios, Porque las aguas han entrado
hasta el alma.
(Sal 69:2) Estoy hundido en
cieno profundo, donde no puedo hacer pie; He venido a abismos
[profundidades] de aguas, y la
corriente me ha anegado.
(Sal 69:3) Cansado estoy de
llamar; mi garganta se ha enronquecido; Han desfallecido mis ojos esperando a
mi Dios.
(Sal 69:4) Se han aumentado más
que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa; Se han hecho
poderosos mis enemigos, los que me destruyen sin tener por qué. ¿Y he de pagar
lo que no robé?
(Sal 69:5) Dios, tú conoces mi
insensatez, Y mis pecados no te son ocultos.
(Sal 69:6) No sean avergonzados por causa mía los que en ti
confían, oh Señor Jehová de los ejércitos; No sean confundidos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.
(Sal 69:7) Porque por amor de ti he sufrido afrenta; Confusión ha cubierto mi rostro.
(Sal 69:8) Extraño he sido para
mis hermanos, Y desconocido para los hijos de mi madre.
(Sal 69:9) Porque me consumió
el celo de tu casa; Y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí.
(Sal 69:10) Lloré afligiendo con
ayuno mi alma, Y esto me ha sido por
afrenta.
(Sal 69:11) Puse además cilicio
por mi vestido, Y vine a serles por proverbio.
(Sal 69:12) Hablaban contra mí
los que se sentaban a la puerta, Y me zaherían en sus canciones los bebedores.
(Sal 69:13) Pero yo a ti oraba,
oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad; Oh Dios, por la abundancia de tu
misericordia, Por la verdad de tu salvación, escúchame.
(Sal 69:14) Sácame del lodo, y
no sea yo sumergido; Sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo
de las aguas.
(Sal 69:15) No me anegue la
corriente de las aguas, Ni me trague el abismo [profundidad], Ni el pozo cierre sobre mí su boca.
(Sal 69:16) Respóndeme, Jehová,
porque benigna es tu misericordia; Mírame conforme a la multitud de tus
piedades.
(Sal 69:17) No escondas de tu esclavo [siervo, sirviente] tu rostro, Porque estoy
angustiado; apresúrate, óyeme.
(Sal 69:18) Acércate a mi alma, redímela; Líbrame a causa de mis
enemigos.
(Sal 69:19) Tú sabes mi afrenta,
mi confusión y mi oprobio; Delante de ti están todos mis adversarios.
(Sal 69:20) El escarnio [burla
con agravio y tenacidad] ha quebrantado [despedazado] mi corazón, y
estoy acongojado. Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; Y
consoladores, y ninguno hallé.
(Sal 69:21) Me pusieron además
hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber vinagre.
(Sal 69:22) Sea su convite
delante de ellos por lazo, Y lo que es para bien, por tropiezo.
(Sal 69:23) Sean oscurecidos sus
ojos para que no vean, Y haz temblar continuamente sus lomos.
(Sal 69:24) Derrama sobre ellos
tu ira, Y el furor de tu enojo los alcance.
(Sal 69:25) Sea su palacio
asolado; En sus tiendas no haya morador.
(Sal 69:26) Porque persiguieron
al que tú heriste, Y cuentan del dolor de los que tú llagaste.
(Sal 69:27) Pon maldad sobre su
maldad, Y no entren en tu justicia.
(Sal 69:28) Sean raídos del
libro de los vivientes, Y no
sean escritos entre los justos.
(Sal 69:29) Mas a mí, afligido y
miserable, Tu salvación, oh Dios, me
ponga en alto.
(Sal 69:30) Alabaré yo el nombre
de Dios con cántico, Lo exaltaré con alabanza.
(Sal 69:31) Y agradará a Jehová más
que sacrificio de buey, O becerro que tiene cuernos y pezuñas;
(Sal 69:32) Lo verán los
oprimidos, y se gozarán. Busquen a Dios, y vivirá su [de ustedes] corazón,
(Sal 69:33) Porque Jehová oye a los menesterosos, Y no
desprecia a sus prisioneros.
(Sal 69:34) Alábenle los cielos
y la tierra, Los mares, y todo lo que se mueve en ellos.
(Sal 69:35) Porque Dios salvará
a Sion, y reedificará las ciudades de Judá; Y habitarán allí, y la poseerán.
(Sal 69:36) La descendencia de sus esclavos [siervos, sirvientes]
la heredará, Y los que aman su nombre habitarán
en ella.
Ruego por liberación
(Sal 70:1) «Al músico
principal. Salmo de David, para conmemorar.»*
Oh Dios, acude a librarme; Apresúrate, oh Dios, a socorrerme.
(Sal 70:2) Sean avergonzados y confundidos Los que buscan mi vida; Sean vueltos atrás y
avergonzados Los que mi mal desean.
(Sal 70:3) Sean vueltos atrás, en pago de su afrenta hecha,
Los que dicen: ¡Ah! ¡Ah!
(Sal 70:4) Gócense y alégrense
en ti todos los que te buscan, Y digan siempre los que aman tu salvación: Engrandecido sea Dios.
(Sal 70:5) Yo estoy afligido y
menesteroso; Apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; Oh
Jehová, no te detengas.
Oración de un anciano
(Sal 71:1) En ti, oh Jehová, me he refugiado; No sea yo avergonzado jamás.
(Sal 71:2) Socórreme y líbrame
en tu justicia; Inclina tu oído y sálvame.
(Sal 71:3) Sé para mí una roca
de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, Porque tú eres mi
roca y mi fortaleza.
(Sal 71:4) Dios mío, líbrame de
la mano del impío [irreverente y sin ley],
De la mano del perverso y violento.
(Sal 71:5) Porque tú, oh Señor
Jehová, eres mi esperanza, Seguridad
mía desde mi juventud.
(Sal 71:6) En ti he sido
sustentado desde el vientre; De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me
sacó; De ti será siempre mi alabanza.
(Sal 71:7) Como prodigio
he sido a muchos, Y tú mi refugio fuerte.
(Sal 71:8) Sea llena mi boca de
tu alabanza, De tu gloria todo el día.
(Sal 71:9) No me deseches en el
tiempo de la vejez; Cuando mi fuerza se
acabare, no me desampares.
(Sal 71:10) Porque mis enemigos hablan
de mí, Y los que acechan mi alma
consultaron juntamente,
(Sal 71:11) Diciendo: Dios lo ha desamparado; Persíganle y tómenle, porque no hay quien le libre.
(Sal 71:12) Oh Dios, no te alejes
de mí; Dios mío, acude pronto en mi socorro.
(Sal 71:13) Sean avergonzados, perezcan
los adversarios de mi alma; Sean
cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan.
(Sal 71:14) Mas yo esperaré
siempre, Y te alabaré más y más.
(Sal 71:15) Mi boca publicará tu
justicia Y tus hechos de salvación todo
el día, Aunque no sé su número.
(Sal 71:16) Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor;
Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola.
(Sal 71:17) Oh Dios, me enseñaste
desde mi juventud, Y hasta ahora he manifestado tus maravillas.
(Sal 71:18) Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me
desampares, Hasta que anuncie tu poder a la
posteridad, Y tu potencia a todos los que han de venir,
(Sal 71:19) Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso. Tú has hecho
grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como tú?
(Sal 71:20) Tú, que me has hecho
ver muchas angustias y males, Volverás a darme vida, Y de nuevo me levantarás
de los abismos [profundidades]
de la tierra.
(Sal 71:21) Aumentarás mi grandeza, Y volverás a consolarme.
(Sal 71:22) Asimismo yo te
alabaré con instrumento de salterio, Oh Dios mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa, Oh Santo de Israel.
(Sal 71:23) Mis labios se alegrarán
cuando cante a ti, Y mi alma, la cual
redimiste.
(Sal 71:24) Mi lengua hablará
también de tu justicia todo el día; Por cuanto han sido avergonzados, porque
han sido confundidos los que mi mal procuraban.
El Reino de un Rey Justo
(Sal 72:1) «Para Salomón.»* Oh Dios, da tus
juicios al rey, Y tu justicia al hijo del rey.
(Sal 72:2) El juzgará a tu pueblo con justicia, Y a tus
afligidos con juicio.
(Sal 72:3) Los montes llevarán
paz al pueblo, Y los collados justicia.
(Sal 72:4) Juzgará a los
afligidos del pueblo, Salvará a los hijos del menesteroso, Y aplastará al
opresor.
(Sal 72:5) Te temerán mientras
duren el sol Y la luna, de generación
en generación.
(Sal 72:6) Descenderá como la
lluvia sobre la hierba cortada; Como el rocío que destila sobre la tierra.
(Sal 72:7) Florecerá en sus días justicia, Y muchedumbre de paz, hasta
que no haya luna.
(Sal 72:8) Dominará de mar a
mar, Y desde el río hasta los confines de la tierra.
(Sal 72:9) Ante él se postrarán los habitantes [moradores, residentes] del desierto, Y sus
enemigos lamerán el polvo.
(Sal 72:10) Los reyes de Tarsis y de las costas traerán regalos
[presentes]; Los reyes de Sabá y de
Seba ofrecerán dones.
(Sal 72:11) Todos los reyes se postrarán delante de él; Todas
las naciones le servirán.
(Sal 72:12) Porque él librará al
menesteroso que clamare, Y al afligido que no tuviere quien le socorra.
(Sal 72:13) Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, Y
salvará la vida de los pobres.
(Sal 72:14) De engaño y de violencia [vergüenza, afrenta, deshonor] redimirá sus almas, Y
la sangre de ellos será preciosa ante
sus ojos.
(Sal 72:15) Vivirá, y se le dará
del oro de Sabá, Y se orará por él continuamente; Todo el día se le bendecirá.
(Sal 72:16) Será echado un
puñado de grano en la tierra, en las cumbres de los montes; Su fruto hará ruido
como el Líbano, Y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra.
(Sal 72:17) Será su nombre para
siempre, Se perpetuará su nombre mientras dure el sol.
Benditas serán en él todas las naciones; Lo llamarán dichoso [afortunado, bienaventurado].
(Sal 72:18) Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel, El único
que hace maravillas.
(Sal 72:19) Bendito su nombre glorioso para siempre, Y toda la
tierra sea llena de su gloria. Amén y Amén.
(Sal 72:20) Aquí terminan las
oraciones de David, hijo de Isaí.
El destino de los malos
(Sal 73:1) «Salmo de Asaf.»* Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para
con los limpios de corazón.
(Sal 73:2) En cuanto a mí, casi
se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos.
(Sal 73:3) Porque tuve envidia
de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos [irreverentes y sin ley].
(Sal 73:4) Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su
vigor está entero.
(Sal 73:5) No pasan trabajos
como los otros mortales, Ni son azotados como los demás hombres.
(Sal 73:6) Por tanto, la soberbia los corona; Se cubren de vestido de violencia [vergüenza, afrenta, deshonor].
(Sal 73:7) Los ojos se les saltan
de gordura; Logran con creces los antojos del corazón.
(Sal 73:8) Se burlan [mofan] y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con
altanería.
(Sal 73:9) Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra.
(Sal 73:10) Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, Y aguas
en abundancia serán extraídas para ellos.
(Sal 73:11) Y dicen: ¿Cómo sabe
Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo?
(Sal 73:12) He aquí estos impíos [irreverentes
y sin ley], Sin ser turbados [atormentados, agobiados, alterados] del mundo, alcanzaron
riquezas.
(Sal 73:13) Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y
lavado mis manos en inocencia;
(Sal 73:14) Pues he sido azotado
todo el día, Y castigado todas las
mañanas.
(Sal 73:15) Si dijera yo:
Hablaré como ellos, He aquí, a la generación
de tus hijos engañaría.
(Sal 73:16) Cuando pensé para
saber esto, Fue duro trabajo para mí,
(Sal 73:17) Hasta que entrando en el santuario de Dios,
Comprendí el fin de ellos.
(Sal 73:18) Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En
asolamientos los harás caer.
(Sal 73:19) ¡Cómo han sido
devastados [arruinados, asolados]
de repente! Perecieron, se consumieron de
terrores.
(Sal 73:20) Como sueño del que despierta, Así, Señor, cuando
despertares, despreciarás su apariencia.
(Sal 73:21) Se llenó de amargura
mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas.
(Sal 73:22) Tan torpe era yo,
que no entendía; Era como una bestia delante de ti.
(Sal 73:23) Con todo, yo siempre
estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha.
(Sal 73:24) Me has guiado según
tu consejo, Y después me recibirás en gloria.
(Sal 73:25) ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.
(Sal 73:26) Mi carne y mi corazón
desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.
(Sal 73:27) Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.
(Sal 73:28) Pero en cuanto a mí,
el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.
Apelación a Dios en contra del
enemigo
(Sal 74:1) «Masquil de Asaf.»* ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué se ha encendido tu furor contra las
ovejas de tu prado?
(Sal 74:2) Acuérdate de tu
congregación, la que adquiriste desde tiempos
antiguos, La que redimiste para hacerla la tribu de tu herencia; Este monte de
Sion, donde has habitado.
(Sal 74:3) Dirige tus pasos a los asolamientos eternos, A todo
el mal que el enemigo ha hecho en el santuario.
(Sal 74:4) Tus enemigos vociferan
en medio de tus asambleas; Han puesto
sus divisas por señales.
(Sal 74:5) Se parecen a los que levantan El hacha en medio de
tupido bosque.
(Sal 74:6) Y ahora con hachas y martillos Han quebrado todas sus entalladuras.
(Sal 74:7) Han puesto a fuego
tu santuario, Han profanado el tabernáculo
de tu nombre, echándolo a tierra.
(Sal 74:8) Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez; Han
quemado todas las sinagogas de Dios en la tierra.
(Sal 74:9) No vemos ya nuestras
señales; No hay más profeta, Ni entre nosotros hay quien sepa
hasta cuándo.
(Sal 74:10) ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el angustiador? ¿Ha de blasfemar el enemigo
perpetuamente tu nombre?
(Sal 74:11) ¿Por qué retraes tu mano? ¿Por qué escondes tu
diestra en tu seno?
(Sal 74:12) Pero Dios es mi rey desde tiempo antiguo; El que obra salvación
en medio de la tierra.
(Sal 74:13) Dividiste el mar con tu poder;
Quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas.
(Sal 74:14) Magullaste las cabezas del leviatán, Y lo diste por comida a los habitantes [moradores,
residentes] del desierto.
(Sal 74:15) Abriste la fuente y el río;
Secaste ríos impetuosos.
(Sal 74:16) Tuyo es el día, tuya
también es la noche; Tú estableciste la luna
y el sol.
(Sal 74:17) Tú fijaste todos los
términos de la tierra; El verano y el invierno tú los formaste.
(Sal 74:18) Acuérdate de esto:
que el enemigo ha afrentado a Jehová, Y pueblo insensato [irracional, fatuo, necio] ha desechado [blasfemado] tu
nombre.
(Sal 74:19) No entregues a las
fieras el alma de tu tórtola, Y no
olvides para siempre la congregación de tus afligidos.
(Sal 74:20) Mira al pacto [alianza, convenio,
acuerdo], Porque los lugares
tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia. [vergüenza, afrenta, deshonor]
(Sal 74:21) No vuelva avergonzado el abatido; El afligido y el
menesteroso alabarán tu nombre.
(Sal 74:22) Levántate, oh Dios, aboga
tu causa; Acuérdate de cómo el insensato [irracional,
fatuo, necio] te injuria cada día.
(Sal 74:23) No olvides las voces
de tus enemigos; El alboroto de los que se levantan contra ti sube
continuamente.
Dios abate al malo y exalta al justo
(Sal 75:1) «Al músico
principal; sobre No destruyas. Salmo de Asaf. Cántico.»*
Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos,
Pues cercano está tu nombre; Los hombres cuentan tus maravillas.
(Sal 75:2) Al tiempo
que señalaré Yo juzgaré rectamente.
(Sal 75:3) Se arruinaban la tierra y sus habitantes [moradores, residentes]; Yo sostengo sus columnas.
(Sal 75:4) Dije a los
insensatos: No se infatúen; Y a los impíos [irreverentes
y sin ley]: No «se enorgullezcan;»*
(Sal 75:5) No «hagan alarde
de su [ustedes] poder;»* No hablen con
cerviz erguida.
(Sal 75:6) Porque ni de oriente ni de occidente, Ni del
desierto viene el enaltecimiento.
(Sal 75:7) Mas Dios es el juez; A éste humilla, y a aquél enaltece.
(Sal 75:8) Porque el cáliz está en la mano de Jehová, y el
vino está fermentado, Lleno de mistura; y él
derrama del mismo; Hasta el fondo lo apurarán, y lo beberán todos los impíos [irreverentes y sin ley] de la tierra.
(Sal 75:9) Pero yo siempre
anunciaré Y cantaré alabanzas al Dios de Jacob.
(Sal 75:10) Quebrantaré todo el poderío de los pecadores, Pero
el poder del justo será exaltado.
El Dios de la victoria y el juicio
(Sal 76:1) «Al músico
principal; sobre Neginot. Salmo de Asaf. Cántico.»*
Dios es conocido en Judá; En Israel es grande su nombre.
(Sal 76:2) En Salem está su tabernáculo, Y su habitación en Sion.
(Sal 76:3) Allí quebró las
flechas [saetas] del arco, El
escudo, la espada y las armas de guerra.
(Sal 76:4) Glorioso eres tú,
poderoso más que los montes de caza.
(Sal 76:5) Los fuertes de corazón
fueron despojados, durmieron su sueño; No hizo
uso de sus manos ninguno de los varones fuertes.
(Sal 76:6) A tu reprensión, oh Dios de Jacob, El carro y el
caballo fueron entorpecidos.
(Sal 76:7) Tú, temible eres tú;
¿Y quién podrá estar en pie delante de ti cuando se encienda tu ira?
(Sal 76:8) Desde los cielos hiciste oír juicio; La tierra tuvo temor y quedó suspensa
(Sal 76:9) Cuando te levantaste, oh Dios, para juzgar, Para salvar
a todos los mansos de la tierra.
(Sal 76:10) Ciertamente la ira del hombre te alabará; Tú reprimirás el resto de las iras.
(Sal 76:11) Prometan, y paguen a
Jehová su [de ustedes] Dios;
Todos los que están alrededor de él, traigan
ofrendas al Temible.
(Sal 76:12) Cortará él el espíritu de los príncipes; Temible es a los
reyes de la tierra.
Meditación acerca de las obras
poderosas de Dios
(Sal 77:1) «Al músico
principal; para Jedutún. Salmo de Asaf.»*
Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará.
(Sal 77:2) Al Señor busqué en
el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo.
(Sal 77:3) Me acordaba de Dios,
y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu.
(Sal 77:4) No me dejabas pegar
los ojos; Estaba yo quebrantado [despedazado], y no hablaba.
(Sal 77:5) Consideraba los días desde el principio, Los años de los siglos.
(Sal 77:6) Me acordaba de mis
cánticos de noche; Meditaba en mi corazón,
Y mi espíritu inquiría [averiguaba]:
(Sal 77:7) ¿Desechará el Señor para siempre, Y no volverá más a sernos propicio?
(Sal 77:8) ¿Ha cesado para
siempre su misericordia? ¿Se ha acabado «perpetuamente»* su promesa?
(Sal 77:9) ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha
encerrado con ira sus piedades?
(Sal 77:10) Dije: Enfermedad mía es esta; Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo.
(Sal 77:11) Me acordaré de las
obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas
antiguas.
(Sal 77:12) Meditaré en todas
tus obras, Y hablaré de tus hechos.
(Sal 77:13) Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande
como nuestro Dios?
(Sal 77:14) Tú eres el Dios que
hace maravillas; Hiciste notorio en los
pueblos tu poder.
(Sal 77:15) Con tu brazo redimiste
a tu pueblo, A los hijos de Jacob y de José.
(Sal 77:16) Te vieron las aguas,
oh Dios; Las aguas te vieron, y temieron; Los abismos [profundidades] también se estremecieron.
(Sal 77:17) Las nubes echaron
inundaciones de aguas; Tronaron los cielos, Y discurrieron tus rayos.
(Sal 77:18) La voz de tu trueno estaba en el torbellino; Tus
relámpagos alumbraron el mundo; Se
estremeció y tembló la tierra.
(Sal 77:19) En el mar fue tu camino, Y tus sendas en las muchas
aguas; Y tus pisadas no fueron conocidas.
(Sal 77:20) Condujiste a tu
pueblo como ovejas Por mano de Moisés y de Aarón.