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RVI: SALMOS 59 - 77

Referencias para la lectura:

-       Texto actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Texto entre comillas y asterisco «expresión»* refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
-       Subtitulado tradicional actualizado

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

Oración pidiendo ser librado de los enemigos
(Sal 59:1) «Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam de David, cuando envió Saúl, y vigilaron»* «la casa para matarlo.»* Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; Ponme a salvo de los que se levantan contra mí.

(Sal 59:2) Líbrame de los que cometen iniquidad [gran maldad e injusticia], Y sálvame de hombres sanguinarios.

(Sal 59:3) Porque he aquí están acechando mi vida; Se han juntado contra mí poderosos. No por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová;

(Sal 59:4) Sin delito mío corren y se aperciben. Despierta para venir a mi encuentro, y mira.

(Sal 59:5) Y tú, Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel, Despierta para castigar a todas las naciones; No tengas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad [gran maldad e injusticia].

(Sal 59:6) Volverán a la tarde, ladrarán como perros, Y rodearán la ciudad.

(Sal 59:7) He aquí proferirán con su boca; Espadas hay en sus labios, Porque dicen: ¿Quién oye?

(Sal 59:8) Mas tú, Jehová, te reirás de ellos; Te burlarás de todas las naciones.

(Sal 59:9) A causa del poder del enemigo esperaré en ti, Porque Dios es mi defensa.

(Sal 59:10) El Dios de mi misericordia irá delante de mí; Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo.

(Sal 59:11) No los mates, para que mi pueblo no olvide; Dispérsalos con tu poder, y abátelos, Oh Jehová, escudo nuestro.

(Sal 59:12) Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios, Sean ellos presos en su soberbia, Y por la maldición y mentira que profieren.

(Sal 59:13) Acábalos con furor, acábalos, para que no sean; Y sépase que Dios gobierna en Jacob Hasta los fines de la tierra.

(Sal 59:14) Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros, Y rodeen la ciudad.

(Sal 59:15) Vayan ellos errantes para hallar qué comer; Y si no se sacian, pasen la noche quejándose.

(Sal 59:16) Pero yo cantaré de tu poder, Y alabaré de mañana tu misericordia; Porque has sido mi amparo Y refugio en el día de mi angustia.

(Sal 59:17) Fortaleza mía, a ti cantaré; Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia.

Plegaria pidiendo ayuda contra el enemigo
(Sal 108:6-13)
(Sal 60:1) «Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Mictam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra contra Aram Naharaim y contra Aram de Soba, y volvió Joab, y destrozó a doce mil de Edom en el valle de la Sal.»* Oh Dios, tú nos has desechado, nos quebrantaste; Te has airado; ¡vuélvete a nosotros!

(Sal 60:2) Hiciste temblar la tierra, la has hendido; Sana sus roturas, porque titubea.

(Sal 60:3) Has hecho ver a tu pueblo cosas duras; Nos hiciste beber vino de aturdimiento.

(Sal 60:4) Has dado a los que te temen bandera Que alcen por causa de la verdad.

(Sal 60:5) Para que se libren tus amados, Salva con tu diestra, y óyeme.

(Sal 60:6) Dios ha dicho en su santuario: Yo me alegraré; Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.

(Sal 60:7) Mío es Galaad, y mío es Manasés; Y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi legislador.

(Sal 60:8) Moab, vasija para lavarme; Sobre Edom echaré mi calzado; Me regocijaré sobre Filistea.

(Sal 60:9) ¿Quién me llevará a la ciudad fortificada? ¿Quién me llevará hasta Edom?

(Sal 60:10) ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado, Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos?

(Sal 60:11) Danos socorro contra el enemigo, Porque vana es la ayuda de los hombres.

(Sal 60:12) En Dios haremos proezas, Y él hollará a nuestros enemigos.

Confianza en la protección de Dios
(Sal 61:1) «Al músico principal; sobre Neginot. Salmo de David.»* Oye, oh Dios, mi clamor; A mi oración atiende.

(Sal 61:2) Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo,

(Sal 61:3) Porque tú has sido mi refugio, Y torre fuerte delante del enemigo.

(Sal 61:4) Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas.

(Sal 61:5) Porque tú, oh Dios, has oído mis votos; Me has dado la heredad [posesión] de los que temen tu nombre.

(Sal 61:6) Días sobre días añadirás al rey; Sus años serán como generación y generación.

(Sal 61:7) Estará para siempre delante de Dios; Prepara misericordia y verdad para que lo conserven.

(Sal 61:8) Así cantaré tu nombre para siempre, Pagando mis votos «cada día.»*

Dios, el único refugio
(Sal 62:1) «Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.»* En Dios solamente está acallada mi alma; De él viene mi salvación.

(Sal 62:2) El solamente es mi roca y mi salvación; Es mi refugio, no resbalaré mucho.

(Sal 62:3) ¿Hasta cuándo maquinaran contra un hombre, Tratando todos ustedes de aplastarle Como pared desplomada y como cerca derribada?

(Sal 62:4) Solamente consultan para arrojarle de su grandeza. Aman la mentira; Con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón.

(Sal 62:5) Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza.

(Sal 62:6) El solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré.

(Sal 62:7) En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.

(Sal 62:8) Esperen en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramen delante de él su [de ustedes] corazón; Dios es nuestro refugio.

(Sal 62:9) Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón; Pesándolos a todos igualmente en la balanza, Serán menos que nada.

(Sal 62:10) No confíen en la violencia, Ni en la rapiña; no se envanezcan; Si se aumentan las riquezas, no pongan el corazón en ellas.

(Sal 62:11) Una vez habló Dios; Dos veces he oído esto: Que de Dios es el poder,

(Sal 62:12) Y tuya, oh Señor, es la misericordia; Porque tú pagas a «cada uno»* conforme a su obra.

Dios, satisfacción del alma
(Sal 63:1) «Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá.»* Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas,

(Sal 63:2) Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he visto en el santuario.

(Sal 63:3) Porque mejor es tu misericordia que la vida; Mis labios te alabarán.

(Sal 63:4) Así te bendeciré en mi vida; En tu nombre alzaré mis manos.

(Sal 63:5) Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi boca,

(Sal 63:6) Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las vigilias de la noche.

(Sal 63:7) Porque has sido mi socorro, Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.

(Sal 63:8) Está mi alma apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido.

(Sal 63:9) Pero los que para destrucción buscaron mi alma Caerán en los sitios bajos de la tierra.

(Sal 63:10) Los destruirán a filo de espada; Serán porción de los chacales.

(Sal 63:11) Pero el rey se alegrará en Dios; Será alabado cualquiera que jura por él; Porque la boca de los que hablan mentira será cerrada.

Plegaria pidiendo protección contra enemigos ocultos
(Sal 64:1) «Al músico principal. Salmo de David.»* Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; Guarda mi vida del temor del enemigo.

(Sal 64:2) Escóndeme del consejo secreto de los malignos, De la conspiración de los que hacen iniquidad [gran maldad e injusticia],

(Sal 64:3) Que afilan como espada su lengua; Lanzan cual flecha [saeta] suya, palabra amarga,

(Sal 64:4) Para asaetear a escondidas al íntegro; De repente lo asaetean, y no temen.

(Sal 64:5) Obstinados en su inicuo designio, Tratan de esconder los lazos, Y dicen: ¿Quién los ha de ver?

(Sal 64:6) Inquieren [averiguan] iniquidades, hacen una investigación exacta; Y el íntimo pensamiento de «cada uno»* de ellos, así como su corazón, es profundo.

(Sal 64:7) Mas Dios los herirá con saeta; De repente serán sus plagas.

(Sal 64:8) Sus propias lenguas los harán caer; Se espantarán todos los que los vean.

(Sal 64:9) Entonces temerán todos los hombres, Y anunciarán la obra de Dios, Y entenderán sus hechos.

(Sal 64:10) Se alegrará el justo en Jehová, y confiará en él; Y se gloriarán todos los rectos de corazón.

La manutención de Dios sobre la tierra
(Sal 65:1) «Al músico principal. Salmo. Cántico de David.»* Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios, Y a ti se pagarán los votos.

(Sal 65:2) Tú oyes la oración; A ti vendrá toda carne.

(Sal 65:3) Las iniquidades prevalecen contra mí; Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás.

(Sal 65:4) Dichoso [afortunado, bienaventurado] el que tú escogieres y atrajeres a ti, Para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de tu casa, De tu santo templo.

(Sal 65:5) Con tremendas cosas nos responderás tú en justicia, Oh Dios de nuestra salvación, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines del mar.

(Sal 65:6) Tú, el que afirma los montes con su poder, Ceñido de valentía;

(Sal 65:7) El que sosiega el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas, Y el alboroto de las naciones.

(Sal 65:8) Por tanto, los habitantes de los fines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde.

(Sal 65:9) Visitas la tierra, y la riegas; En gran manera la enriqueces; Con el río de Dios, lleno de aguas, Preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.

(Sal 65:10) Haces que se empapen sus surcos, Haces descender sus canales; La ablandas con lluvias, Bendices sus renuevos.

(Sal 65:11) Tú coronas el año con tus bienes, Y tus nubes destilan grosura.

(Sal 65:12) Destilan sobre los pastizales del desierto, Y los collados se ciñen de alegría.

(Sal 65:13) Se visten de manadas los llanos, Y los valles se cubren de grano; Dan voces de júbilo, y aun cantan.

Alabanzas por las obras poderosas de Dios
(Sal 66:1) «Al músico principal. Cántico. Salmo.»* Aclamen a Dios con alegría, toda la tierra.

(Sal 66:2) Canten la gloria de su nombre; Pongan gloria en su alabanza.

(Sal 66:3) Digan a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.

(Sal 66:4) Toda la tierra te adorará, Y cantará a ti; Cantarán a tu nombre.

(Sal 66:5) Vengan, y observen las obras de Dios, Temible en hechos sobre los hijos de los hombres.

(Sal 66:6) Volvió el mar en seco; Por el río pasaron a pie; Allí en él nos alegramos.

(Sal 66:7) El señorea con su poder para siempre; Sus ojos atalayan sobre las naciones; Los rebeldes no serán enaltecidos.

(Sal 66:8) Bendigan, pueblos, a nuestro Dios, Y hagan oír la voz de su alabanza.

(Sal 66:9) El es quien preservó la vida a nuestra alma, Y no permitió que nuestros pies resbalasen.

(Sal 66:10) Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina la plata.

(Sal 66:11) Nos metiste en la red; Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.

(Sal 66:12) Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza; Pasamos por el fuego y por el agua, Y nos sacaste a abundancia.

(Sal 66:13) Entraré en tu casa con holocaustos; Te pagaré mis votos,

(Sal 66:14) Que pronunciaron mis labios Y habló mi boca, cuando estaba angustiado.

(Sal 66:15) Holocaustos de animales engordados te ofreceré, Con sahumerio de carneros; Te ofreceré en sacrificio bueyes y machos cabríos.

(Sal 66:16) Vengan, oigan todos los que temen a Dios, Y contaré lo que ha hecho a mi alma.

(Sal 66:17) A él clamé con mi boca, Y fue exaltado con mi lengua.

(Sal 66:18) Si en mi corazón hubiese yo visto a la iniquidad [gran maldad e injusticia], El Señor no me habría escuchado.

(Sal 66:19) Mas ciertamente me escuchó Dios; Atendió a la voz de mi súplica.

(Sal 66:20) Bendito sea Dios, Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

Te alaben todos los pueblos
(Sal 67:1) «Al músico principal; en Neginot. Salmo. Cántico.»* Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; Haga resplandecer su rostro sobre nosotros;

(Sal 67:2) Para que sea conocido en la tierra tu camino, En todas las naciones tu salvación.

(Sal 67:3) Te alaben los pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben.

(Sal 67:4) Alégrense y gócense las naciones, Porque juzgarás los pueblos con rectitud [equidad, derecho], Y pastorearás las naciones en la tierra.

(Sal 67:5) Te alaben los pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben.

(Sal 67:6) La tierra dará su fruto; Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro.

(Sal 67:7) Bendíganos Dios, Y témanlo todos los términos de la tierra.

El Dios de los montes y de los reinos
(Sal 68:1) «Al músico principal. Salmo de David. Cántico.»* Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su presencia los que le aborrecen.

(Sal 68:2) Como es lanzado el humo, los lanzarás; Como se derrite la cera delante del fuego, Así perecerán los impíos [irreverentes y sin ley] delante de Dios.

(Sal 68:3) Mas los justos se alegrarán; se gozarán delante de Dios, Y saltarán de alegría.

(Sal 68:4) Canten a Dios, canten salmos a su nombre; Exalten al que cabalga sobre los cielos. JAH es su nombre; alégrense delante de él.

(Sal 68:5) Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su santa morada.

(Sal 68:6) Dios hace habitar en familia a los desamparados; Saca a los cautivos a prosperidad; Mas los rebeldes habitan en tierra seca.

(Sal 68:7) Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pueblo, Cuando anduviste por el desierto,

(Sal 68:8) La tierra tembló; También destilaron los cielos ante la presencia de Dios; Aquel Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel.

(Sal 68:9) Abundante lluvia esparciste, oh Dios; A tu heredad [posesión] exhausta tú la reanimaste.

(Sal 68:10) Los que son de tu grey han morado en ella; Por tu bondad, oh Dios, has provisto al pobre.

(Sal 68:11) El Señor daba palabra; Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas.

(Sal 68:12) Huyeron, huyeron reyes de ejércitos, Y las que se quedaban en casa repartían los despojos.

(Sal 68:13) Bien que fueron echados entre los tiestos, Serán como alas de paloma cubiertas de plata, Y sus plumas con amarillez de oro.

(Sal 68:14) Cuando esparció el Omnipotente los reyes allí, Fue como si hubiese nevado en el monte Salmón.

(Sal 68:15) Monte de Dios es el monte de Basán; Monte alto el de Basán.

(Sal 68:16) ¿Por qué observan, oh montes altos, Al monte que deseó Dios para su morada? Ciertamente Jehová habitará en él para siempre.

(Sal 68:17) Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares; El Señor viene del Sinaí a su santuario.

(Sal 68:18) Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres, Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos JAH Dios.

(Sal 68:19) Bendito el Señor; «cada día»* nos colma de beneficios El Dios de nuestra salvación.

(Sal 68:20) Dios, nuestro Dios ha de salvarnos, Y de Jehová el Señor es el librar de la muerte.

(Sal 68:21) Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos, La testa cabelluda del que camina en sus pecados.

(Sal 68:22) El Señor dijo: De Basán te haré volver; Te haré volver de las profundidades del mar;

(Sal 68:23) Porque tu pie se enrojecerá de sangre de tus enemigos, Y de ella la lengua de tus perros.

(Sal 68:24) Vieron tus caminos, oh Dios; Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.

(Sal 68:25) Los cantores iban delante, los músicos detrás; En medio las doncellas con panderos.

(Sal 68:26) Bendigan a Dios en las congregaciones; Al Señor, ustedes de la estirpe de Israel.

(Sal 68:27) Allí estaba el joven Benjamín, señoreador de ellos, Los príncipes de Judá en su congregación, Los príncipes de Zabulón, los príncipes de Neftalí.

(Sal 68:28) Tu Dios ha ordenado tu fuerza; Confirma, oh Dios, lo que has hecho para nosotros.

(Sal 68:29) Por razón de tu templo en Jerusalén Los reyes te ofrecerán dones.

(Sal 68:30) Reprime la reunión de gentes armadas, La multitud de toros con los becerros de los pueblos, Hasta que todos se sometan con sus piezas de plata; Esparce a los pueblos que se complacen en la guerra.

(Sal 68:31) Vendrán príncipes de Egipto; Etiopía se apresurará a extender sus manos hacia Dios.

(Sal 68:32) Reinos de la tierra, canten a Dios, Canten al Señor;

(Sal 68:33) Al que cabalga sobre los cielos de los cielos, que son desde la antigüedad; He aquí dará su voz, poderosa voz.

(Sal 68:34) Atribuyan poder a Dios; Sobre Israel es su magnificencia, Y su poder está en los cielos.

(Sal 68:35) Temible eres, oh Dios, desde tus santuarios; El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo. Bendito sea Dios.

El Mesías en el abismo
(Sal 69:1) «Al músico principal; sobre Lirios. Salmo de David.»* Sálvame, oh Dios, Porque las aguas han entrado hasta el alma.

(Sal 69:2) Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie; He venido a abismos [profundidades] de aguas, y la corriente me ha anegado.

(Sal 69:3) Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; Han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.

(Sal 69:4) Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa; Se han hecho poderosos mis enemigos, los que me destruyen sin tener por qué. ¿Y he de pagar lo que no robé?

(Sal 69:5) Dios, tú conoces mi insensatez, Y mis pecados no te son ocultos.

(Sal 69:6) No sean avergonzados por causa mía los que en ti confían, oh Señor Jehová de los ejércitos; No sean confundidos por mí los que te buscan, oh Dios de Israel.

(Sal 69:7) Porque por amor de ti he sufrido afrenta; Confusión ha cubierto mi rostro.

(Sal 69:8) Extraño he sido para mis hermanos, Y desconocido para los hijos de mi madre.

(Sal 69:9) Porque me consumió el celo de tu casa; Y los denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí.

(Sal 69:10) Lloré afligiendo con ayuno mi alma, Y esto me ha sido por afrenta.

(Sal 69:11) Puse además cilicio por mi vestido, Y vine a serles por proverbio.

(Sal 69:12) Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta, Y me zaherían en sus canciones los bebedores.

(Sal 69:13) Pero yo a ti oraba, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad; Oh Dios, por la abundancia de tu misericordia, Por la verdad de tu salvación, escúchame.

(Sal 69:14) Sácame del lodo, y no sea yo sumergido; Sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas.

(Sal 69:15) No me anegue la corriente de las aguas, Ni me trague el abismo [profundidad], Ni el pozo cierre sobre mí su boca.

(Sal 69:16) Respóndeme, Jehová, porque benigna es tu misericordia; Mírame conforme a la multitud de tus piedades.

(Sal 69:17) No escondas de tu esclavo [siervo, sirviente] tu rostro, Porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme.

(Sal 69:18) Acércate a mi alma, redímela; Líbrame a causa de mis enemigos.

(Sal 69:19) sabes mi afrenta, mi confusión y mi oprobio; Delante de ti están todos mis adversarios.

(Sal 69:20) El escarnio [burla con agravio y tenacidad] ha quebrantado [despedazado] mi corazón, y estoy acongojado. Esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; Y consoladores, y ninguno hallé.

(Sal 69:21) Me pusieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber vinagre.

(Sal 69:22) Sea su convite delante de ellos por lazo, Y lo que es para bien, por tropiezo.

(Sal 69:23) Sean oscurecidos sus ojos para que no vean, Y haz temblar continuamente sus lomos.

(Sal 69:24) Derrama sobre ellos tu ira, Y el furor de tu enojo los alcance.

(Sal 69:25) Sea su palacio asolado; En sus tiendas no haya morador.

(Sal 69:26) Porque persiguieron al que tú heriste, Y cuentan del dolor de los que tú llagaste.

(Sal 69:27) Pon maldad sobre su maldad, Y no entren en tu justicia.

(Sal 69:28) Sean raídos del libro de los vivientes, Y no sean escritos entre los justos.

(Sal 69:29) Mas a mí, afligido y miserable, Tu salvación, oh Dios, me ponga en alto.

(Sal 69:30) Alabaré yo el nombre de Dios con cántico, Lo exaltaré con alabanza.

(Sal 69:31) Y agradará a Jehová más que sacrificio de buey, O becerro que tiene cuernos y pezuñas;

(Sal 69:32) Lo verán los oprimidos, y se gozarán. Busquen a Dios, y vivirá su [de ustedes] corazón,

(Sal 69:33) Porque Jehová oye a los menesterosos, Y no desprecia a sus prisioneros.

(Sal 69:34) Alábenle los cielos y la tierra, Los mares, y todo lo que se mueve en ellos.

(Sal 69:35) Porque Dios salvará a Sion, y reedificará las ciudades de Judá; Y habitarán allí, y la poseerán.

(Sal 69:36) La descendencia de sus esclavos [siervos, sirvientes] la heredará, Y los que aman su nombre habitarán en ella.

Ruego por liberación
(Sal 70:1) «Al músico principal. Salmo de David, para conmemorar.»* Oh Dios, acude a librarme; Apresúrate, oh Dios, a socorrerme.

(Sal 70:2) Sean avergonzados y confundidos Los que buscan mi vida; Sean vueltos atrás y avergonzados Los que mi mal desean.

(Sal 70:3) Sean vueltos atrás, en pago de su afrenta hecha, Los que dicen: ¡Ah! ¡Ah!

(Sal 70:4) Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, Y digan siempre los que aman tu salvación: Engrandecido sea Dios.

(Sal 70:5) Yo estoy afligido y menesteroso; Apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; Oh Jehová, no te detengas.

Oración de un anciano
(Sal 71:1) En ti, oh Jehová, me he refugiado; No sea yo avergonzado jamás.

(Sal 71:2) Socórreme y líbrame en tu justicia; Inclina tu oído y sálvame.

(Sal 71:3) para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme, Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.

(Sal 71:4) Dios mío, líbrame de la mano del impío [irreverente y sin ley], De la mano del perverso y violento.

(Sal 71:5) Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, Seguridad mía desde mi juventud.

(Sal 71:6) En ti he sido sustentado desde el vientre; De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; De ti será siempre mi alabanza.

(Sal 71:7) Como prodigio he sido a muchos, Y tú mi refugio fuerte.

(Sal 71:8) Sea llena mi boca de tu alabanza, De tu gloria todo el día.

(Sal 71:9) No me deseches en el tiempo de la vejez; Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.

(Sal 71:10) Porque mis enemigos hablan de mí, Y los que acechan mi alma consultaron juntamente,

(Sal 71:11) Diciendo: Dios lo ha desamparado; Persíganle y tómenle, porque no hay quien le libre.

(Sal 71:12) Oh Dios, no te alejes de mí; Dios mío, acude pronto en mi socorro.

(Sal 71:13) Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma; Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan.

(Sal 71:14) Mas yo esperaré siempre, Y te alabaré más y más.

(Sal 71:15) Mi boca publicará tu justicia Y tus hechos de salvación todo el día, Aunque no sé su número.

(Sal 71:16) Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor; Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola.

(Sal 71:17) Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, Y hasta ahora he manifestado tus maravillas.

(Sal 71:18) Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares, Hasta que anuncie tu poder a la posteridad, Y tu potencia a todos los que han de venir,

(Sal 71:19) Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso. Tú has hecho grandes cosas; Oh Dios, ¿quién como tú?

(Sal 71:20) Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, Volverás a darme vida, Y de nuevo me levantarás de los abismos [profundidades] de la tierra.

(Sal 71:21) Aumentarás mi grandeza, Y volverás a consolarme.

(Sal 71:22) Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio, Oh Dios mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa, Oh Santo de Israel.

(Sal 71:23) Mis labios se alegrarán cuando cante a ti, Y mi alma, la cual redimiste.

(Sal 71:24) Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día; Por cuanto han sido avergonzados, porque han sido confundidos los que mi mal procuraban.

El Reino de un Rey Justo
(Sal 72:1) «Para Salomón.»* Oh Dios, da tus juicios al rey, Y tu justicia al hijo del rey.

(Sal 72:2) El juzgará a tu pueblo con justicia, Y a tus afligidos con juicio.

(Sal 72:3) Los montes llevarán paz al pueblo, Y los collados justicia.

(Sal 72:4) Juzgará a los afligidos del pueblo, Salvará a los hijos del menesteroso, Y aplastará al opresor.

(Sal 72:5) Te temerán mientras duren el sol Y la luna, de generación en generación.

(Sal 72:6) Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; Como el rocío que destila sobre la tierra.

(Sal 72:7) Florecerá en sus días justicia, Y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna.

(Sal 72:8) Dominará de mar a mar, Y desde el río hasta los confines de la tierra.

(Sal 72:9) Ante él se postrarán los habitantes [moradores, residentes] del desierto, Y sus enemigos lamerán el polvo.

(Sal 72:10) Los reyes de Tarsis y de las costas traerán regalos [presentes]; Los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones.

(Sal 72:11) Todos los reyes se postrarán delante de él; Todas las naciones le servirán.

(Sal 72:12) Porque él librará al menesteroso que clamare, Y al afligido que no tuviere quien le socorra.

(Sal 72:13) Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, Y salvará la vida de los pobres.

(Sal 72:14) De engaño y de violencia [vergüenza, afrenta, deshonor] redimirá sus almas, Y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.

(Sal 72:15) Vivirá, y se le dará del oro de Sabá, Y se orará por él continuamente; Todo el día se le bendecirá.

(Sal 72:16) Será echado un puñado de grano en la tierra, en las cumbres de los montes; Su fruto hará ruido como el Líbano, Y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra.

(Sal 72:17) Será su nombre para siempre, Se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas serán en él todas las naciones; Lo llamarán dichoso [afortunado, bienaventurado].

(Sal 72:18) Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel, El único que hace maravillas.

(Sal 72:19) Bendito su nombre glorioso para siempre, Y toda la tierra sea llena de su gloria. Amén y Amén.

(Sal 72:20) Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Isaí.

El destino de los malos
(Sal 73:1) «Salmo de Asaf.»* Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los limpios de corazón.

(Sal 73:2) En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; Por poco resbalaron mis pasos.

(Sal 73:3) Porque tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos [irreverentes y sin ley].

(Sal 73:4) Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero.

(Sal 73:5) No pasan trabajos como los otros mortales, Ni son azotados como los demás hombres.

(Sal 73:6) Por tanto, la soberbia los corona; Se cubren de vestido de violencia [vergüenza, afrenta, deshonor].

(Sal 73:7) Los ojos se les saltan de gordura; Logran con creces los antojos del corazón.

(Sal 73:8) Se burlan [mofan] y hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería.

(Sal 73:9) Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra.

(Sal 73:10) Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, Y aguas en abundancia serán extraídas para ellos.

(Sal 73:11) Y dicen: ¿Cómo sabe Dios? ¿Y hay conocimiento en el Altísimo?

(Sal 73:12) He aquí estos impíos [irreverentes y sin ley], Sin ser turbados [atormentados, agobiados, alterados] del mundo, alcanzaron riquezas.

(Sal 73:13) Verdaderamente en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia;

(Sal 73:14) Pues he sido azotado todo el día, Y castigado todas las mañanas.

(Sal 73:15) Si dijera yo: Hablaré como ellos, He aquí, a la generación de tus hijos engañaría.

(Sal 73:16) Cuando pensé para saber esto, Fue duro trabajo para mí,

(Sal 73:17) Hasta que entrando en el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos.

(Sal 73:18) Ciertamente los has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer.

(Sal 73:19) ¡Cómo han sido devastados [arruinados, asolados] de repente! Perecieron, se consumieron de terrores.

(Sal 73:20) Como sueño del que despierta, Así, Señor, cuando despertares, despreciarás su apariencia.

(Sal 73:21) Se llenó de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas.

(Sal 73:22) Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante de ti.

(Sal 73:23) Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha.

(Sal 73:24) Me has guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria.

(Sal 73:25) ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra.

(Sal 73:26) Mi carne y mi corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.

(Sal 73:27) Porque he aquí, los que se alejan de ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.

(Sal 73:28) Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.

Apelación a Dios en contra del enemigo
(Sal 74:1) «Masquil de Asaf.»* ¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué se ha encendido tu furor contra las ovejas de tu prado?

(Sal 74:2) Acuérdate de tu congregación, la que adquiriste desde tiempos antiguos, La que redimiste para hacerla la tribu de tu herencia; Este monte de Sion, donde has habitado.

(Sal 74:3) Dirige tus pasos a los asolamientos eternos, A todo el mal que el enemigo ha hecho en el santuario.

(Sal 74:4) Tus enemigos vociferan en medio de tus asambleas; Han puesto sus divisas por señales.

(Sal 74:5) Se parecen a los que levantan El hacha en medio de tupido bosque.

(Sal 74:6) Y ahora con hachas y martillos Han quebrado todas sus entalladuras.

(Sal 74:7) Han puesto a fuego tu santuario, Han profanado el tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra.

(Sal 74:8) Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez; Han quemado todas las sinagogas de Dios en la tierra.

(Sal 74:9) No vemos ya nuestras señales; No hay más profeta, Ni entre nosotros hay quien sepa hasta cuándo.

(Sal 74:10) ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el angustiador? ¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre?

(Sal 74:11) ¿Por qué retraes tu mano? ¿Por qué escondes tu diestra en tu seno?

(Sal 74:12) Pero Dios es mi rey desde tiempo antiguo; El que obra salvación en medio de la tierra.

(Sal 74:13) Dividiste el mar con tu poder; Quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas.

(Sal 74:14) Magullaste las cabezas del leviatán, Y lo diste por comida a los habitantes [moradores, residentes] del desierto.

(Sal 74:15) Abriste la fuente y el río; Secaste ríos impetuosos.

(Sal 74:16) Tuyo es el día, tuya también es la noche; Tú estableciste la luna y el sol.

(Sal 74:17) fijaste todos los términos de la tierra; El verano y el invierno tú los formaste.

(Sal 74:18) Acuérdate de esto: que el enemigo ha afrentado a Jehová, Y pueblo insensato [irracional, fatuo, necio] ha desechado [blasfemado] tu nombre.

(Sal 74:19) No entregues a las fieras el alma de tu tórtola, Y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos.

(Sal 74:20) Mira al pacto [alianza, convenio, acuerdo], Porque los lugares tenebrosos de la tierra están llenos de habitaciones de violencia. [vergüenza, afrenta, deshonor]

(Sal 74:21) No vuelva avergonzado el abatido; El afligido y el menesteroso alabarán tu nombre.

(Sal 74:22) Levántate, oh Dios, aboga tu causa; Acuérdate de cómo el insensato [irracional, fatuo, necio] te injuria cada día.

(Sal 74:23) No olvides las voces de tus enemigos; El alboroto de los que se levantan contra ti sube continuamente.

Dios abate al malo y exalta al justo
(Sal 75:1) «Al músico principal; sobre No destruyas. Salmo de Asaf. Cántico.»* Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos, Pues cercano está tu nombre; Los hombres cuentan tus maravillas.

(Sal 75:2) Al tiempo que señalaré Yo juzgaré rectamente.

(Sal 75:3) Se arruinaban la tierra y sus habitantes [moradores, residentes]; Yo sostengo sus columnas.

(Sal 75:4) Dije a los insensatos: No se infatúen; Y a los impíos [irreverentes y sin ley]: No «se enorgullezcan;»*

(Sal 75:5) No «hagan alarde de su [ustedes] poder;»* No hablen con cerviz erguida.

(Sal 75:6) Porque ni de oriente ni de occidente, Ni del desierto viene el enaltecimiento.

(Sal 75:7) Mas Dios es el juez; A éste humilla, y a aquél enaltece.

(Sal 75:8) Porque el cáliz está en la mano de Jehová, y el vino está fermentado, Lleno de mistura; y él derrama del mismo; Hasta el fondo lo apurarán, y lo beberán todos los impíos [irreverentes y sin ley] de la tierra.

(Sal 75:9) Pero yo siempre anunciaré Y cantaré alabanzas al Dios de Jacob.

(Sal 75:10) Quebrantaré todo el poderío de los pecadores, Pero el poder del justo será exaltado.

El Dios de la victoria y el juicio
(Sal 76:1) «Al músico principal; sobre Neginot. Salmo de Asaf. Cántico.»* Dios es conocido en Judá; En Israel es grande su nombre.

(Sal 76:2) En Salem está su tabernáculo, Y su habitación en Sion.

(Sal 76:3) Allí quebró las flechas [saetas] del arco, El escudo, la espada y las armas de guerra.

(Sal 76:4) Glorioso eres tú, poderoso más que los montes de caza.

(Sal 76:5) Los fuertes de corazón fueron despojados, durmieron su sueño; No hizo uso de sus manos ninguno de los varones fuertes.

(Sal 76:6) A tu reprensión, oh Dios de Jacob, El carro y el caballo fueron entorpecidos.

(Sal 76:7) Tú, temible eres tú; ¿Y quién podrá estar en pie delante de ti cuando se encienda tu ira?

(Sal 76:8) Desde los cielos hiciste oír juicio; La tierra tuvo temor y quedó suspensa

(Sal 76:9) Cuando te levantaste, oh Dios, para juzgar, Para salvar a todos los mansos de la tierra.

(Sal 76:10) Ciertamente la ira del hombre te alabará; Tú reprimirás el resto de las iras.

(Sal 76:11) Prometan, y paguen a Jehová su [de ustedes] Dios; Todos los que están alrededor de él, traigan ofrendas al Temible.

(Sal 76:12) Cortará él el espíritu de los príncipes; Temible es a los reyes de la tierra.

Meditación acerca de las obras poderosas de Dios
(Sal 77:1) «Al músico principal; para Jedutún. Salmo de Asaf.»* Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará.

(Sal 77:2) Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo.

(Sal 77:3) Me acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba mi espíritu.

(Sal 77:4) No me dejabas pegar los ojos; Estaba yo quebrantado [despedazado], y no hablaba.

(Sal 77:5) Consideraba los días desde el principio, Los años de los siglos.

(Sal 77:6) Me acordaba de mis cánticos de noche; Meditaba en mi corazón, Y mi espíritu inquiría [averiguaba]:

(Sal 77:7) ¿Desechará el Señor para siempre, Y no volverá más a sernos propicio?

(Sal 77:8) ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado «perpetuamente»* su promesa?

(Sal 77:9) ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades?

(Sal 77:10) Dije: Enfermedad mía es esta; Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo.

(Sal 77:11) Me acordaré de las obras de JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas.

(Sal 77:12) Meditaré en todas tus obras, Y hablaré de tus hechos.

(Sal 77:13) Oh Dios, santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro Dios?

(Sal 77:14) eres el Dios que hace maravillas; Hiciste notorio en los pueblos tu poder.

(Sal 77:15) Con tu brazo redimiste a tu pueblo, A los hijos de Jacob y de José.

(Sal 77:16) Te vieron las aguas, oh Dios; Las aguas te vieron, y temieron; Los abismos [profundidades] también se estremecieron.

(Sal 77:17) Las nubes echaron inundaciones de aguas; Tronaron los cielos, Y discurrieron tus rayos.

(Sal 77:18) La voz de tu trueno estaba en el torbellino; Tus relámpagos alumbraron el mundo; Se estremeció y tembló la tierra.

(Sal 77:19) En el mar fue tu camino, Y tus sendas en las muchas aguas; Y tus pisadas no fueron conocidas.

(Sal 77:20) Condujiste a tu pueblo como ovejas Por mano de Moisés y de Aarón.

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