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RVI: LEVITICO 11 - 18

Referencias para la lectura:

-       Texto actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Texto entre comillas y asterisco «expresión»* refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
-       Subtitulado tradicional actualizado

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

Animales limpios y animales inmundos
(Dt 14:3-21)
(Lv 11:1) Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciéndoles:

(Lv 11:2) Hablen a los hijos de Israel y díganles: Estos son los animales que comerán de entre todos los animales que hay sobre la tierra.

(Lv 11:3) De entre los animales, todo el que tiene pezuña hendida y que rumia, éste comerán.

(Lv 11:4) Pero de los que rumian o que tienen pezuña, no comerán éstos: el camello, porque rumia pero no tiene pezuña hendida, lo tendrán por inmundo.

(Lv 11:5) También el conejo, porque rumia, pero no tiene pezuña, lo tendrán por inmundo.

(Lv 11:6) Asimismo la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la tendrán por inmunda.

(Lv 11:7) También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendrán por inmundo.

(Lv 11:8) De la carne de ellos no comerán, ni tocaran su cuerpo muerto; los tendrán por inmundos.

(Lv 11:9) Esto comerán de todos los animales que viven en las aguas: todos los que tienen aletas y escamas en las aguas del mar, y en los ríos, estos comerán.

(Lv 11:10) Pero todos los que no tienen aletas ni escamas en el mar y en los ríos, así de todo lo que se mueve como de toda cosa viviente que está en las aguas, los tendrán en abominación [cosa repugnante].

(Lv 11:11) Les serán, pues, abominación [cosa repugnante]; de su carne no comerán, y abominaran sus cuerpos muertos.

(Lv 11:12) Todo lo que no tuviere aletas y escamas en las aguas, lo tendrán en abominación [cosa repugnante].

(Lv 11:13) Y de las aves, éstas tendrán en abominación [cosa repugnante]; no se comerán, serán abominación [cosa repugnante]: el águila, el quebrantahuesos, el azor,

(Lv 11:14) el gallinazo, el milano según su especie [género, condición natural];

(Lv 11:15) todo cuervo según su especie;

(Lv 11:16) el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán según su especie;

(Lv 11:17) el búho, el somormujo, el ibis,

(Lv 11:18) el calamón, el pelícano, el buitre,

(Lv 11:19) la cigüeña, la garza según su especie, la abubilla y el murciélago.

(Lv 11:20) Todo insecto alado que anduviere sobre cuatro patas, tendrán en abominación [cosa repugnante].

(Lv 11:21) Pero esto comerán de todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere piernas además de sus patas para saltar con ellas sobre la tierra;

(Lv 11:22) estos comerán de ellos: la langosta según su especie, el langostín según su especie, el argol según su especie, y el hagab según su especie.

(Lv 11:23) Todo insecto alado que tenga cuatro patas, tendrán en abominación [cosa repugnante].

(Lv 11:24) Y por estas cosas serán inmundos; cualquiera que tocare sus cuerpos muertos será inmundo hasta la noche,

(Lv 11:25) y cualquiera que llevare algo de sus cadáveres lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche.

(Lv 11:26) Todo animal de pezuña, pero que no tiene pezuña hendida, ni rumia, tendrán por inmundo; y cualquiera que los tocare será inmundo.

(Lv 11:27) Y de todos los animales que andan en cuatro patas, tendrán por inmundo a cualquiera que ande sobre sus garras; y todo el que tocare sus cadáveres será inmundo hasta la noche.

(Lv 11:28) Y el que llevare sus cadáveres, lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; los tendrán por inmundos.

(Lv 11:29) Y tendrán por inmundos a estos animales que se mueven sobre la tierra: la comadreja, el ratón, la rana según su especie,

(Lv 11:30) el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija y el camaleón.

(Lv 11:31) Estos tendrán por inmundos de entre los animales que se mueven, y cualquiera que los tocare cuando estuvieren muertos será inmundo hasta la noche.

(Lv 11:32) Y todo aquello sobre que cayere algo de ellos después de muertos, será inmundo; sea cosa de madera, vestido, piel, saco, sea cualquier instrumento con que se trabaja, será metido en agua, y quedará inmundo hasta la noche; entonces quedará limpio.

(Lv 11:33) Toda vasija de barro dentro de la cual cayere alguno de ellos será inmunda, así como todo lo que estuviere en ella, y quebraran la vasija.

(Lv 11:34) Todo alimento que se come, sobre el cual cayere el agua de tales vasijas, será inmundo; y toda bebida que hubiere en esas vasijas será inmunda.

(Lv 11:35) Todo aquello sobre que cayere algo del cadáver de ellos será inmundo; el horno u hornillos se derribarán; son inmundos, y por inmundos los tendrán.

(Lv 11:36) Con todo, la fuente y la cisterna donde se recogen aguas serán limpias; mas lo que hubiere tocado en los cadáveres será inmundo.

(Lv 11:37) Y si cayere algo de los cadáveres sobre alguna semilla que se haya de sembrar, será limpia.

(Lv 11:38) Mas si se hubiere puesto agua en la semilla, y cayere algo de los cadáveres sobre ella, la tendrán por inmunda.

(Lv 11:39) Y si algún animal que tuvieren para comer muriere, el que tocare su cadáver será inmundo hasta la noche.

(Lv 11:40) Y el que comiere del cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche; asimismo el que sacare el cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche.

(Lv 11:41) Y todo reptil que se arrastra sobre la tierra es abominación [cosa repugnante]; no se comerá.

(Lv 11:42) Todo lo que anda sobre el pecho, y todo lo que anda sobre cuatro o más patas, de todo animal que se arrastra sobre la tierra, no lo comerán, porque es abominación [cosa repugnante].

(Lv 11:43) No hagan abominables sus [de ustedes] personas con ningún animal que se arrastra, ni se contaminen con ellos, ni sean inmundos por ellos.

(Lv 11:44) Porque yo soy Jehová su [de ustedes] Dios; ustedes por tanto se santificaran, y serán santos, porque yo soy santo; así que no contaminen sus [de ustedes] personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra.

(Lv 11:45) Porque yo soy Jehová, que se hago subir de la tierra de Egipto para ser su [de ustedes] Dios: serán, pues, santos, porque yo soy santo.

(Lv 11:46) Esta es la ley acerca de las bestias, y las aves, y todo ser viviente que se mueve en las aguas, y todo animal que se arrastra sobre la tierra,

(Lv 11:47) para hacer diferencia entre lo inmundo y lo limpio, y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer.

La purificación de la mujer después del parto
(Lv 12:1) Habló Jehová a Moisés, diciendo:

(Lv 12:2) Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda.

(Lv 12:3) Y al octavo día se circuncidará al niño.

(Lv 12:4) Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación.

(Lv 12:5) Y si diere a luz hija, será inmunda dos semanas, conforme a su separación, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre.

(Lv 12:6) Cuando los días de su purificación fueren cumplidos, por hijo o por hija, traerá un cordero «de un año»* para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del tabernáculo de reunión, al sacerdote;

(Lv 12:7) y él los ofrecerá delante de Jehová, y hará expiación por ella, y será limpia del flujo de su sangre. Esta es la ley para la que diere a luz hijo o hija.

(Lv 12:8) Y si no «tiene»* lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para holocausto y otro para expiación; y el sacerdote hará expiación por ella, y será limpia.

Leyes acerca de la lepra
(Lv 13:1) Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:

(Lv 13:2) Cuando el hombre tuviere en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y hubiere en la piel de su cuerpo como llaga de lepra, será traído a Aarón el sacerdote o a uno de sus hijos los sacerdotes.

(Lv 13:3) Y el sacerdote mirará la llaga en la piel del cuerpo; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y pareciere la llaga más profunda que la piel de la carne, llaga de lepra es; y el sacerdote le reconocerá, y le declarará inmundo.

(Lv 13:4) Y si en la piel de su cuerpo hubiere mancha blanca, pero que no pareciere más profunda que la piel, ni el pelo se hubiere vuelto blanco, entonces el sacerdote encerrará al llagado por siete días.

(Lv 13:5) Y al séptimo día el sacerdote lo mirará; y si la llaga conserva el mismo aspecto, no habiéndose extendido en la piel, entonces el sacerdote le volverá a encerrar por otros siete días.

(Lv 13:6) Y al séptimo día el sacerdote le reconocerá de nuevo; y si parece haberse oscurecido la llaga, y que no ha cundido en la piel, entonces el sacerdote lo declarará limpio: era erupción; y lavará sus vestidos, y será limpio.

(Lv 13:7) Pero si se extendiere la erupción en la piel después que él se mostró al sacerdote para ser limpio, deberá mostrarse otra vez al sacerdote.

(Lv 13:8) Y si reconociéndolo el sacerdote ve que la erupción se ha extendido en la piel, lo declarará inmundo: es lepra.

(Lv 13:9) Cuando hubiere llaga de lepra en el hombre, será traído al sacerdote.

(Lv 13:10) Y éste lo mirará, y si apareciere tumor blanco en la piel, el cual haya mudado el color del pelo, y se descubre asimismo la carne viva,

(Lv 13:11) es lepra crónica en la piel de su cuerpo; y le declarará inmundo el sacerdote, y no le encerrará, porque es inmundo.

(Lv 13:12) Mas si brotare la lepra cundiendo por la piel, de modo que cubriere toda la piel del llagado desde la cabeza hasta sus pies, hasta donde «pueda ver»* el sacerdote,

(Lv 13:13) entonces éste le reconocerá; y si la lepra hubiere cubierto todo su cuerpo, declarará limpio al llagado; toda ella se ha vuelto blanca, y él es limpio.

(Lv 13:14) Mas el día que apareciere en él la carne viva, será inmundo.

(Lv 13:15) Y el sacerdote mirará la carne viva, y lo declarará inmundo. Es inmunda la carne viva; es lepra.

(Lv 13:16) Mas cuando la carne viva cambiare y se volviere blanca, entonces vendrá al sacerdote,

(Lv 13:17) y el sacerdote mirará; y si la llaga se hubiere vuelto blanca, el sacerdote declarará limpio al que tenía la llaga, y será limpio.

(Lv 13:18) Y cuando en la piel de la carne hubiere divieso, y se sanare,

(Lv 13:19) y en el lugar del divieso hubiere una hinchazón, o una mancha blanca rojiza, será mostrado al sacerdote.

(Lv 13:20) Y el sacerdote mirará; y si pareciere estar más profunda que la piel, y su pelo se hubiere vuelto blanco, el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga de lepra que se originó en el divieso.

(Lv 13:21) Y si el sacerdote la considerare, y no apareciere en ella pelo blanco, ni fuere más profunda que la piel, sino oscura, entonces el sacerdote le encerrará por siete días;

(Lv 13:22) y si se fuere extendiendo por la piel, entonces el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga.

(Lv 13:23) Pero si la mancha blanca se estuviere en su lugar, y no se hubiere extendido, es la cicatriz del divieso, y el sacerdote lo declarará limpio.

(Lv 13:24) Asimismo cuando hubiere en la piel del cuerpo quemadura de fuego, y hubiere en lo sanado del fuego mancha blanquecina, rojiza o blanca,

(Lv 13:25) el sacerdote la mirará; y si el pelo se hubiere vuelto blanco en la mancha, y ésta pareciere ser más profunda que la piel, es lepra que salió en la quemadura; y el sacerdote lo declarará inmundo, por ser llaga de lepra.

(Lv 13:26) Mas si el sacerdote la mirare, y no apareciere en la mancha pelo blanco, ni fuere más profunda que la piel, sino que estuviere oscura, le encerrará el sacerdote por siete días.

(Lv 13:27) Y al séptimo día el sacerdote la reconocerá; y si se hubiere ido extendiendo por la piel, el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga de lepra.

(Lv 13:28) Pero si la mancha se estuviere en su lugar, y no se hubiere extendido en la piel, sino que estuviere oscura, es la cicatriz de la quemadura; el sacerdote lo declarará limpio, porque señal de la quemadura es.

(Lv 13:29) Y al hombre o mujer que le saliere llaga en la cabeza, o en la barba,

(Lv 13:30) el sacerdote mirará la llaga; y si pareciere ser más profunda que la piel, y el pelo de ella fuere amarillento y delgado, entonces el sacerdote le declarará inmundo; es tiña, es lepra de la cabeza o de la barba.

(Lv 13:31) Mas cuando el sacerdote hubiere visto la llaga de la tiña, y no pareciere ser más profunda que la piel, ni hubiere en ella pelo negro, el sacerdote encerrará por siete días al llagado de la tiña;

(Lv 13:32) y al séptimo día el sacerdote mirará la llaga; y si la tiña no pareciere haberse extendido, ni hubiere en ella pelo amarillento, ni pareciere la tiña más profunda que la piel,

(Lv 13:33) entonces le hará que se rasure, pero no rasurará el lugar afectado; y el sacerdote encerrará por otros siete días al que tiene la tiña.

(Lv 13:34) Y al séptimo día mirará el sacerdote la tiña; y si la tiña no hubiere cundido en la piel, ni pareciere ser más profunda que la piel, el sacerdote lo declarará limpio; y lavará sus vestidos y será limpio.

(Lv 13:35) Pero si la tiña se hubiere ido extendiendo en la piel después de su purificación,

(Lv 13:36) entonces el sacerdote la mirará; y si la tiña hubiere cundido en la piel, no busque el sacerdote el pelo amarillento; es inmundo.

(Lv 13:37) Mas si «le pareciere»* que la tiña está detenida, y que ha salido en ella el pelo negro, la tiña está sanada; él está limpio, y limpio lo declarará el sacerdote.

(Lv 13:38) Asimismo cuando el hombre o la mujer tuviere en la piel de su cuerpo manchas, manchas blancas,

(Lv 13:39) el sacerdote mirará, y si en la piel de su cuerpo aparecieren manchas blancas algo oscurecidas, es empeine que brotó en la piel; está limpia la persona.

(Lv 13:40) Y el hombre, cuando se le «cayere el cabello,»* es calvo, pero limpio.

(Lv 13:41) Y si hacia su frente «se le cayere el cabello,»* es calvo por delante, pero limpio.

(Lv 13:42) Mas cuando en la calva o en la antecalva hubiere llaga blanca rojiza, lepra es que brota en su calva o en su antecalva.

(Lv 13:43) Entonces el sacerdote lo mirará, y si pareciere la hinchazón de la llaga blanca rojiza en su calva o en su antecalva, como el parecer de la lepra de la piel del cuerpo,

(Lv 13:44) leproso es, es inmundo, y el sacerdote lo declarará luego inmundo; en su cabeza tiene la llaga.

(Lv 13:45) Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo!

(Lv 13:46) Todo «el tiempo»* que la llaga estuviere en él, será inmundo; estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada.

(Lv 13:47) Cuando en un vestido hubiere plaga de lepra, ya sea vestido de lana, o de lino,

(Lv 13:48) o en urdimbre o en trama de lino o de lana, o en cuero, o en cualquiera obra de cuero;

(Lv 13:49) y la plaga fuere verdosa, o rojiza, en vestido o en cuero, en urdimbre o en trama, o en cualquiera obra de cuero; plaga es de lepra, y se ha de mostrar al sacerdote.

(Lv 13:50) Y el sacerdote mirará la plaga, y encerrará la cosa plagada por siete días.

(Lv 13:51) Y al séptimo día mirará la plaga; y si se hubiere extendido la plaga en el vestido, en la urdimbre o en la trama, en el cuero, o en cualquiera obra que se hace de cuero, lepra maligna es la plaga; inmunda será.

(Lv 13:52) Será quemado el vestido, la urdimbre o trama de lana o de lino, o cualquiera obra de cuero en que hubiere tal plaga, porque lepra maligna es; al fuego será quemada.

(Lv 13:53) Y si el sacerdote mirare, y no pareciere que la plaga se haya extendido en el vestido, en la urdimbre o en la trama, o en cualquiera obra de cuero,

(Lv 13:54) entonces el sacerdote mandará que laven donde está la plaga, y lo encerrará otra vez por siete días.

(Lv 13:55) Y el sacerdote mirará después que la plaga fuere lavada; y si pareciere que la plaga no ha cambiado de «aspecto,»* aunque no se haya extendido la plaga, inmunda es; la quemarás al fuego; es corrosión penetrante, esté lo raído en el derecho o en el revés de aquella cosa.

(Lv 13:56) Mas si el sacerdote la viere, y pareciere que la plaga se ha oscurecido después que fue lavada, la cortará del vestido, del cuero, de la urdimbre o de la trama.

(Lv 13:57) Y si apareciere de nuevo en el vestido, la urdimbre o trama, o en cualquiera cosa de cuero, extendiéndose en ellos, quemarás al fuego aquello en que estuviere la plaga.

(Lv 13:58) Pero el vestido, la urdimbre o la trama, o cualquiera cosa de cuero que lavares, y que se le quitare la plaga, se lavará segunda vez, y entonces será limpia.

(Lv 13:59) Esta es la ley para la plaga de la lepra del vestido de lana o de lino, o de urdimbre o de trama, o de cualquiera cosa de cuero, para que sea declarada limpia o inmunda.

(Lv 14:1) Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

(Lv 14:2) Esta será la ley para el leproso «cuando»* se limpiare: Será traído al sacerdote,

(Lv 14:3) y éste saldrá fuera del campamento y lo examinará; y si ve que está sana la plaga de la lepra del leproso,

(Lv 14:4) el sacerdote mandará luego que se tomen para el que se purifica dos avecillas vivas, limpias, y madera de cedro, grana e hisopo.

(Lv 14:5) Y mandará el sacerdote matar una avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes.

(Lv 14:6) Después tomará la avecilla viva, el cedro, la grana y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas corrientes;

(Lv 14:7) y rociará siete veces sobre el que se purifica de la lepra, y le declarará limpio; y soltará la avecilla viva en el campo.

(Lv 14:8) Y el que se purifica lavará sus vestidos, y raerá todo su pelo, y se lavará con agua, y será limpio; y después entrará en el campamento, y morará fuera de su tienda siete días.

(Lv 14:9) Y el séptimo día raerá todo el pelo de su cabeza, su barba y las cejas de sus ojos y todo su pelo, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en agua, y será limpio.

(Lv 14:10) El día octavo tomará dos corderos sin defecto, y una cordera «de un»* año sin tacha, y tres décimas de efa de flor de harina para ofrenda amasada con aceite, y un log de aceite.

(Lv 14:11) Y el sacerdote que le purifica presentará delante de Jehová al que se ha de limpiar, con aquellas cosas, a la puerta del tabernáculo de reunión;

(Lv 14:12) y tomará el sacerdote un cordero y lo ofrecerá por la culpa, con el log de aceite, y lo mecerá como ofrenda mecida delante de Jehová.

(Lv 14:13) Y degollará el cordero en el lugar donde se degüella el sacrificio por el pecado y el holocausto, en el lugar del santuario; porque como la víctima por el pecado, así también la víctima por la culpa es del sacerdote; es cosa muy sagrada.

(Lv 14:14) Y el sacerdote tomará de la sangre de la víctima por la culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho.

(Lv 14:15) Asimismo el sacerdote tomará del log de aceite, y lo echará sobre la palma de su mano izquierda,

(Lv 14:16) y mojará su dedo derecho en el aceite que tiene en su mano izquierda, y esparcirá del aceite con su dedo siete veces delante de Jehová.

(Lv 14:17) Y de lo que quedare del aceite que tiene en su mano, pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, encima de la sangre del sacrificio por la culpa.

(Lv 14:18) Y lo que quedare del aceite que tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica; y hará el sacerdote expiación por él delante de Jehová.

(Lv 14:19) Ofrecerá luego el sacerdote el sacrificio por el pecado, y hará expiación por el que se ha de purificar de su inmundicia; y después degollará el holocausto,

(Lv 14:20) y hará subir el sacerdote el holocausto y la ofrenda sobre el altar. Así hará el sacerdote expiación por él, y será limpio.

(Lv 14:21) Mas si fuere pobre, y «no tuviere para tanto,»* entonces tomará un cordero para ser ofrecido como ofrenda mecida por la culpa, para reconciliarse, y una décima de efa de flor de harina amasada con aceite para ofrenda, y un log de aceite,

(Lv 14:22) y dos tórtolas o dos palominos, según pueda; uno será para expiación por el pecado, y el otro para holocausto.

(Lv 14:23) Al octavo día de su purificación traerá estas cosas al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión, delante de Jehová.

(Lv 14:24) Y el sacerdote tomará el cordero de la expiación por la culpa, y el log de aceite, y los mecerá el sacerdote como ofrenda mecida delante de Jehová.

(Lv 14:25) Luego degollará el cordero de la culpa, y el sacerdote tomará de la sangre de la culpa, y la pondrá sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho.

(Lv 14:26) Y el sacerdote echará del aceite sobre la palma de su mano izquierda;

(Lv 14:27) y con su dedo derecho el sacerdote rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete veces delante de Jehová.

(Lv 14:28) También el sacerdote pondrá del aceite que tiene en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho, en el lugar de la sangre de la culpa.

(Lv 14:29) Y lo que sobre del aceite que el sacerdote tiene en su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica, para reconciliarlo delante de Jehová.

(Lv 14:30) Asimismo ofrecerá una de las tórtolas o uno de los palominos, según «pueda.»*

(Lv 14:31) Uno en sacrificio de expiación por el pecado, y el otro en holocausto, además de la ofrenda; y hará el sacerdote expiación por el que se ha de purificar, delante de Jehová.

(Lv 14:32) Esta es la ley para el que hubiere tenido plaga de lepra, y no «tuviere más»* para su purificación.

(Lv 14:33) Habló también Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:

(Lv 14:34) Cuando hayan entrado en la tierra de Canaán, la cual yo les doy en posesión, si pusiere yo plaga de lepra en alguna casa de la tierra de su [ustedes] posesión,

(Lv 14:35) vendrá aquel de quien fuere la casa y dará aviso al sacerdote, diciendo: Algo como plaga ha aparecido en mi casa.

(Lv 14:36) Entonces el sacerdote mandará desocupar la casa antes que entre a mirar la plaga, para que no sea contaminado todo lo que estuviere en la casa; y después el sacerdote entrará a examinarla.

(Lv 14:37) Y examinará la plaga; y si se vieren manchas en las paredes de la casa, manchas verdosas o rojizas, las cuales parecieren más profundas que la superficie de la pared,

(Lv 14:38) el sacerdote saldrá de la casa a la puerta de ella, y cerrará la casa por siete días.

(Lv 14:39) Y al séptimo día volverá el sacerdote, y la examinará; y si la plaga se hubiere extendido en las paredes de la casa,

(Lv 14:40) entonces mandará el sacerdote, y arrancarán las piedras en que estuviere la plaga, y las echarán fuera de la ciudad en lugar inmundo.

(Lv 14:41) Y hará raspar la casa por «dentro»* alrededor, y derramarán fuera de la ciudad, en lugar inmundo, el barro que rasparen.

(Lv 14:42) Y tomarán otras piedras y las pondrán en lugar de las piedras quitadas; y tomarán otro barro y recubrirán la casa.

(Lv 14:43) Y si la plaga volviere a brotar en aquella casa, después que hizo arrancar las piedras y raspar la casa, y después que fue recubierta,

(Lv 14:44) entonces el sacerdote entrará y la examinará; y si pareciere haberse extendido la plaga en la casa, es lepra maligna en la casa; inmunda es.

(Lv 14:45) Derribará, por tanto, la tal casa, sus piedras, sus maderos y toda la mezcla de la casa; y sacarán todo fuera de la ciudad a lugar inmundo.

(Lv 14:46) Y cualquiera que entrare en aquella casa durante los días en que la mandó cerrar, será inmundo hasta la noche.

(Lv 14:47) Y el que durmiere en aquella casa, lavará sus vestidos; también el que comiere en la casa lavará sus vestidos.

(Lv 14:48) Mas si entrare el sacerdote y la examinare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa después que fue recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la plaga ha desaparecido.

(Lv 14:49) Entonces tomará para limpiar la casa dos avecillas, y madera de cedro, grana e hisopo;

(Lv 14:50) y degollará una avecilla en una vasija de barro sobre aguas corrientes.

(Lv 14:51) Y tomará el cedro, el hisopo, la grana y la avecilla viva, y los mojará en la sangre de la avecilla muerta y en las aguas corrientes, y rociará la casa siete veces.

(Lv 14:52) Y purificará la casa con la sangre de la avecilla, con las aguas corrientes, con la avecilla viva, la madera de cedro, el hisopo y la grana.

(Lv 14:53) Luego soltará la avecilla viva fuera de la ciudad sobre la superficie [faz] del campo. Así hará expiación por la casa, y será limpia.

(Lv 14:54) Esta es la ley acerca de toda plaga de lepra y de tiña,

(Lv 14:55) y de la lepra del vestido, y de la casa,

(Lv 14:56) y acerca de la hinchazón, y de la erupción, y de la mancha blanca,

(Lv 14:57) para enseñar cuándo es inmundo, y cuándo limpio. Esta es la ley tocante a la lepra.

Impurezas físicas
(Lv 15:1) Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo:

(Lv 15:2) Hablen a los hijos de Israel y díganles: «Cualquier»* varón, cuando tuviere flujo de semen, será inmundo.

(Lv 15:3) Y esta será su inmundicia en su flujo: sea que su cuerpo destiló a causa de su flujo, o que deje de destilar a causa de su flujo, él será inmundo.

(Lv 15:4) Toda cama en que se acostare el que tuviere flujo, será inmunda; y toda cosa sobre que se sentare, inmunda será.

(Lv 15:5) Y «cualquiera»* que tocare su cama lavará sus vestidos; se lavará también a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche.

(Lv 15:6) Y el que se sentare sobre aquello en que se hubiere sentado el que tiene flujo, lavará sus vestidos, se lavará también a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche.

(Lv 15:7) Asimismo el que tocare el cuerpo del que tiene flujo, lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche.

(Lv 15:8) Y si el que tiene flujo escupiere sobre el limpio, éste lavará sus vestidos, y después de haberse lavado con agua, será inmundo hasta la noche.

(Lv 15:9) Y toda montura sobre que cabalgare el que tuviere flujo será inmunda.

(Lv 15:10) Cualquiera que tocare cualquiera cosa que haya estado debajo de él, será inmundo hasta la noche; y el que la llevare, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua, será inmundo hasta la noche.

(Lv 15:11) Y todo aquel a quien tocare el que tiene flujo, y no lavare con agua sus manos, lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche.

(Lv 15:12) La vasija de barro que tocare el que tiene flujo será quebrada, y toda vasija de madera será lavada con agua.

(Lv 15:13) Cuando se hubiere limpiado de su flujo el que tiene flujo, contará siete días desde su purificación, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en aguas corrientes, y será limpio.

(Lv 15:14) Y el octavo día tomará dos tórtolas o dos palominos, y vendrá delante de Jehová a la puerta del tabernáculo de reunión, y los dará al sacerdote;

(Lv 15:15) y el sacerdote hará del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y el sacerdote le purificará de su flujo delante de Jehová.

(Lv 15:16) Cuando el hombre tuviere emisión de semen, lavará en agua todo su cuerpo, y será inmundo hasta la noche.

(Lv 15:17) Y toda vestidura, o toda piel sobre la cual cayere la emisión del semen, se lavará con agua, y será inmunda hasta la noche.

(Lv 15:18) Y cuando un hombre yaciere con una mujer y tuviere emisión de semen, ambos se lavarán con agua, y serán inmundos hasta la noche.

(Lv 15:19) Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete días estará «apartada;»* y cualquiera que la tocare será inmundo hasta la noche.

(Lv 15:20) Todo aquello sobre que ella se acostare mientras «estuviere separada,»* será inmundo; también todo aquello sobre que se sentare será inmundo.

(Lv 15:21) Y cualquiera que tocare su cama, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua, será inmundo hasta la noche.

(Lv 15:22) También cualquiera que tocare cualquier mueble sobre que ella se hubiere sentado, lavará sus vestidos; se lavará luego a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche.

(Lv 15:23) Y lo que estuviere sobre la cama, o sobre la silla en que ella se hubiere sentado, el que lo tocare será inmundo hasta la noche.

(Lv 15:24) Si «alguno»* durmiere con ella, y su menstruo fuere sobre él, será inmundo por siete días; y toda cama sobre que durmiere, será inmunda.

(Lv 15:25) Y la mujer, cuando siguiere el flujo de su sangre por muchos días fuera del tiempo de su costumbre, o cuando tuviere flujo de sangre más de su costumbre, todo «el tiempo de»* su flujo será inmunda como en los días de su costumbre.

(Lv 15:26) Toda cama en que durmiere todo «el tiempo de»* su flujo, le será como la cama de su costumbre; y todo mueble sobre que se sentare, será inmundo, como la impureza de su costumbre.

(Lv 15:27) Cualquiera que tocare esas cosas será inmundo; y lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche.

(Lv 15:28) Y cuando fuere libre de su flujo, contará siete días, y después será limpia.

(Lv 15:29) Y el octavo día tomará consigo dos tórtolas o dos palominos, y los traerá al sacerdote, a la puerta del tabernáculo de reunión;

(Lv 15:30) y el sacerdote hará del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y la purificará el sacerdote delante de Jehová del flujo de su impureza.

(Lv 15:31) Así apartaran de sus impurezas a los hijos de Israel, a fin de que no mueran por sus impurezas por haber contaminado mi tabernáculo que está entre ellos.

(Lv 15:32) Esta es la ley para el que tiene flujo, y «para el que tiene»* emisión de semen, viniendo a ser inmundo a causa de ello;

(Lv 15:33) y para la que padece su costumbre, y para el que tuviere flujo, sea varón o mujer, y para el hombre que durmiere con mujer inmunda.

El día de la expiación
(Lv 16:1) Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron.

(Lv 16:2) Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario «detrás»* del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.

(Lv 16:3) Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto.

(Lv 16:4) Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua.

(Lv 16:5) Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto.

(Lv 16:6) Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa.

(Lv 16:7) Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión.

(Lv 16:8) Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel.

(Lv 16:9) Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación.

(Lv 16:10) Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.

(Lv 16:11) Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo.

(Lv 16:12) Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de la presencia [de delante] de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará «detrás»* del velo.

(Lv 16:13) Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera.

(Lv 16:14) Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo «hacia»* el propiciatorio al lado oriental; «hacia»* el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre.

(Lv 16:15) Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre «detrás»* del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio.

(Lv 16:16) Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas.

(Lv 16:17) Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel.

(Lv 16:18) Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor.

(Lv 16:19) Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.

(Lv 16:20) Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo;

(Lv 16:21) y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades [grandes maldades e injusticias] de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.

(Lv 16:22) Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades [grandes maldades e injusticias] de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.

(Lv 16:23) Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí.

(Lv 16:24) Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo.

(Lv 16:25) Y quemará en el altar la grosura del sacrificio por el pecado.

(Lv 16:26) El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará sus vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento.

(Lv 16:27) Y sacarán fuera del campamento el becerro y el macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol.

(Lv 16:28) El que los quemare lavará sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después podrá entrar en el campamento.

(Lv 16:29) Y esto tendrán por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligirán sus [de ustedes] almas, y ninguna obra harán, ni el natural ni el extranjero que mora entre ustedes.

(Lv 16:30) Porque en este día se hará expiación por ustedes, y serán limpios de todos sus [de ustedes] pecados delante de Jehová.

(Lv 16:31) Día de reposo es para ustedes, y afligirán sus [de ustedes] almas; es estatuto perpetuo.

(Lv 16:32) Hará la expiación el sacerdote que fuere ungido y «consagrado»* para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas.

(Lv 16:33) Y hará la expiación por el santuario santo, y el tabernáculo de reunión; también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo el pueblo de la congregación.

(Lv 16:34) Y esto tendrán como estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de Israel. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó.

El santuario único
(Lv 17:1) Habló Jehová a Moisés, diciendo:

(Lv 17:2) Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los hijos de Israel, y diles: Esto es lo que ha mandado Jehová:

(Lv 17:3) «Cualquier»* varón de la casa de Israel que degollare buey o cordero o cabra, en el campamento o fuera de él,

(Lv 17:4) y no lo trajere a la puerta del tabernáculo de reunión para ofrecer ofrenda a Jehová delante del tabernáculo de Jehová, será culpado de sangre el tal varón; sangre derramó; será cortado el tal varón de entre su pueblo,

(Lv 17:5) a fin de que traigan los hijos de Israel sus sacrificios, los que sacrifican en medio del campo, para que los traigan a Jehová a la puerta del tabernáculo de reunión al sacerdote, y sacrifiquen ellos sacrificios de paz a Jehová.

(Lv 17:6) Y el sacerdote esparcirá la sangre sobre el altar de Jehová a la puerta del tabernáculo de reunión, y quemará la grosura en olor grato a Jehová.

(Lv 17:7) Y nunca más sacrificarán sus sacrificios a los demonios, tras de los cuales han fornicado; tendrán esto por estatuto perpetuo por sus edades.

(Lv 17:8) Les dirás también: «Cualquier»* varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan [moran, residen] entre ustedes, que ofreciere holocausto o sacrificio,

(Lv 17:9) y no lo trajere a la puerta del tabernáculo de reunión para hacerlo a Jehová, el tal varón será igualmente cortado de su pueblo.

Prohibición de comer la sangre
(Lv 17:10) Si «cualquier»* varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan [moran, residen] entre ellos, comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y la cortaré de entre su pueblo.

(Lv 17:11) Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo se la he dado para hacer expiación sobre el altar por sus [de ustedes] almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.

(Lv 17:12) Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de ustedes comerá sangre, ni el extranjero que mora entre ustedes comerá sangre.

(Lv 17:13) Y «cualquier»* varón de los hijos de Israel, o de los extranjeros que habitan [moran, residen] entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer, derramará su sangre y la cubrirá con tierra.

(Lv 17:14) Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comerán la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado.

(Lv 17:15) Y cualquier persona, así de los naturales como de los extranjeros, que comiere animal mortecino o despedazado por fiera, lavará sus vestidos y a sí misma se lavará con agua, y será inmunda hasta la noche; entonces será limpia.

(Lv 17:16) Y si no los lavare, ni lavare su cuerpo, llevará su iniquidad [gran maldad e injusticia].

Actos prohibidos
(Lv 18:1) Habló Jehová a Moisés, diciendo:

(Lv 18:2) Habla a los hijos de Israel, y diles: Yo soy Jehová su [de ustedes] Dios.

(Lv 18:3) No harán como hacen en la tierra de Egipto, en la cual moraron; ni harán como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo les conduzco, ni andarán en sus estatutos.

(Lv 18:4) Mis ordenanzas pondrán por obra, y mis estatutos cumplirán [guardaran, conservaran], andando en ellos. Yo Jehová su [de ustedes] Dios.

(Lv 18:5) Por tanto, cumplirán [guardaran, conservaran] mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová.

(Lv 18:6) «Ningún»* varón se llegue a «parienta próxima»* alguna, para descubrir su desnudez. Yo Jehová.

(Lv 18:7) La desnudez de tu padre, o la desnudez de tu madre, no descubrirás; tu madre es, no descubrirás su desnudez.

(Lv 18:8) La desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre.

(Lv 18:9) La desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o nacida fuera, su desnudez no descubrirás.

(Lv 18:10) La desnudez de la hija de tu hijo, o de la hija de tu hija, su desnudez no descubrirás, porque es la desnudez tuya.

(Lv 18:11) La desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu padre, tu hermana es; su desnudez no descubrirás.

(Lv 18:12) La desnudez de la hermana de tu padre no descubrirás; es parienta de tu padre.

(Lv 18:13) La desnudez de la hermana de tu madre no descubrirás, porque parienta de tu madre es.

(Lv 18:14) La desnudez del hermano de tu padre no descubrirás; no llegarás a su mujer; es mujer del hermano de tu padre.

(Lv 18:15) La desnudez de tu nuera no descubrirás; mujer es de tu hijo, no descubrirás su desnudez.

(Lv 18:16) La desnudez de la mujer de tu hermano no descubrirás; es la desnudez de tu hermano.

(Lv 18:17) La desnudez de la mujer y de su hija no descubrirás; no tomarás la hija de su hijo, ni la hija de su hija, para descubrir su desnudez; son parientas, es maldad.

(Lv 18:18) No tomarás mujer juntamente con su hermana, para hacerla su rival, descubriendo su desnudez delante de ella en su vida.

(Lv 18:19) Y no llegarás a la mujer para descubrir su desnudez mientras esté en su impureza menstrual.

(Lv 18:20) Además, no tendrás «acto carnal»* con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella.

(Lv 18:21) Y no des hijo tuyo para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.

(Lv 18:22) No te echarás con varón como con mujer; es abominación [cosa repugnante].

(Lv 18:23) Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión.

(Lv 18:24) En ninguna de estas cosas se amancillaran; pues en todas estas cosas se han corrompido las naciones que yo echo de delante de ustedes,

(Lv 18:25) y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad sobre ella, y la tierra vomitó sus habitantes [moradores, residentes].

(Lv 18:26) Guarden, pues, ustedes mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagan ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora entre ustedes

(Lv 18:27) (porque todas estas abominaciones hicieron los hombres de aquella tierra que fueron antes de ustedes, y la tierra fue contaminada);

(Lv 18:28) no sea que la tierra les vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que la habitó antes de ustedes.

(Lv 18:29) Porque cualquiera que hiciere alguna de todas estas abominaciones, las personas que las hicieren serán cortadas de entre su pueblo.

(Lv 18:30) Guarden, pues, mi ordenanza, no haciendo las costumbres abominables que practicaron antes de ustedes, y no se contaminen en ellas. Yo Jehová su [de ustedes] Dios.

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