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RVI: ISAIAS 45 - 66

Referencias para la lectura:

-       Texto actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Texto entre comillas y asterisco «expresión»* refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
-       Subtitulado tradicional actualizado

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

Encargo de Dios para Ciro
(Is 45:1) Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán:

(Is 45:2) Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos;

(Is 45:3) y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.

(Is 45:4) Por amor de mi esclavo [siervo, sirviente] Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste.

(Is 45:5) Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste,

(Is 45:6) para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo,

(Is 45:7) que formo la luz y creo [crió: formó, sustenta y mantiene] las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto.

Jehová el Creador
(Is 45:8) Rocíen, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; ábrase la tierra, y prodúzcanse la salvación y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo Jehová lo he creado.

(Is 45:9) ¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué haces?; o tu obra: ¿No tiene manos?

(Is 45:10) ¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? y a la mujer: ¿Por qué diste a luz?!

(Is 45:11) Así dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Pregúntenme de las cosas por venir; mándenme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos.

(Is 45:12) Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé.

(Is 45:13) Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio ni por dones, dice Jehová de los ejércitos.

(Is 45:14) Así dice Jehová: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a ti y serán tuyos; irán detrás de ti, pasarán con grillos; te harán reverencia y te suplicarán diciendo: Ciertamente en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios.

(Is 45:15) Verdaderamente eres Dios que te encubres, Dios de Israel, que salvas.

(Is 45:16) Confusos y avergonzados serán todos ellos; irán con afrenta todos los fabricadores de imágenes.

(Is 45:17) Israel será salvo en Jehová con salvación eterna; no se avergonzaran ni se afrentaran, «por todos los siglos.»*

(Is 45:18) Porque así dijo Jehová, que creó [crió: formó, sustenta y mantiene] los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro.

(Is 45:19) No hablé en secreto, en un lugar oscuro de la tierra; no dije a la descendencia de Jacob: En vano me buscan. Yo soy Jehová que hablo justicia, que anuncio rectitud.

Jehová y los ídolos de Babilonia
(Is 45:20) Reúnanse, y vengan; júntense todos los sobrevivientes de entre las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva.

(Is 45:21) Proclamen, y háganlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí.

(Is 45:22) Vean a mí, y sean salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más.

(Is 45:23) Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua.

(Is 45:24) Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados.

(Is 45:25) En Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.

(Is 46:1) Se postró Bel, se abatió Nebo; sus imágenes fueron puestas sobre bestias, sobre animales de carga; esas cosas que ustedes solían llevar son alzadas cual carga, sobre las bestias cansadas.

(Is 46:2) Fueron humillados, fueron abatidos juntamente; no pudieron escaparse de la carga, sino que tuvieron «ellos mismos»* que ir en cautiverio.

(Is 46:3) Óiganme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que son traídos por mí desde el vientre, los que son llevados desde la matriz.

(Is 46:4) Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas les soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré.

(Is 46:5) ¿A quién me asemejan, y me igualan, y me comparan, para que seamos semejantes?

(Is 46:6) Sacan oro de la bolsa, y pesan plata con balanzas, alquilan un platero para hacer un dios de ello; se postran y adoran.

(Is 46:7) Se lo echan sobre los hombros, lo llevan, y lo colocan en su lugar; allí se está, y no se mueve de su sitio. Le gritan, y tampoco responde, ni libra de la tribulación.

(Is 46:8) Acuerdense de esto, y tengan vergüenza; «vuelvan en ustedes,»* prevaricadores.

(Is 46:9) Acuerdense de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí,

(Is 46:10) que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;

(Is 46:11) que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré.

(Is 46:12) Óiganme, duros de corazón, que están lejos de la justicia:

(Is 46:13) Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación no se detendrá. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel.

Juicio sobre Babilonia
(Is 47:1) Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán tierna y delicada.

(Is 47:2) Toma el molino y muele harina; descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos.

(Is 47:3) Será tu vergüenza descubierta, y tu deshonra será vista; haré retribución, y no se librará hombre alguno.

(Is 47:4) Nuestro Redentor, Jehová de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel.

(Is 47:5) Siéntate, calla, y entra en tinieblas, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán señora de reinos.

(Is 47:6) Me enojé contra mi pueblo, profané mi heredad [posesión], y los entregué en tu mano; no les tuviste compasión; sobre el anciano agravaste mucho tu yugo.

(Is 47:7) Dijiste: Para siempre seré señora; y no «has pensado»* en esto, ni te acordaste de tu postrimería.

(Is 47:8) Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que estás sentada confiadamente, tú que dices en tu corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad.

(Is 47:9) Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez; en toda su fuerza vendrán sobre ti, a pesar de la multitud de tus hechizos y de tus muchos encantamientos.

(Is 47:10) Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y nadie más.

(Is 47:11) Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que no sepas vendrá de repente sobre ti.

(Is 47:12) Estate ahora en tus encantamientos y en la multitud de tus hechizos, en los cuales te fatigaste desde tu juventud; quizá podrás mejorarte, quizá te fortalecerás.

(Is 47:13) Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti.

(Is 47:14) He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del «poder de»* la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten.

(Is 47:15) Así te serán aquellos con quienes te fatigaste, los que traficaron contigo desde tu juventud; «cada uno»* irá por su camino, no habrá quien te salve.

Dios reprende la infidelidad de Israel
(Is 48:1) Oigan esto, casa de Jacob, que se llaman del nombre de Israel, los que salieron de las aguas de Judá, los que juran en el nombre de Jehová, y hacen memoria del Dios de Israel, mas no en verdad ni en justicia;

(Is 48:2) porque de la santa ciudad se nombran, y en el Dios de Israel confían; su nombre es Jehová de los ejércitos.

(Is 48:3) Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad.

(Is 48:4) Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce,

(Is 48:5) te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.

(Is 48:6) Lo oíste, y lo viste todo; ¿ y no lo anunciaran ustedes? Ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías.

(Is 48:7) Ahora han sido creadas, no «en días pasados,»* ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía.

(Is 48:8) Sí, nunca lo habías oído, ni nunca lo habías conocido; ciertamente no se abrió antes tu oído; porque sabía «que siendo desleal habías de desobedecer,»* por tanto te llamé rebelde desde el vientre.

(Is 48:9) Por amor de mi nombre diferiré mi ira, y para alabanza mía la reprimiré para no destruirte.

(Is 48:10) He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción.

(Is 48:11) Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro.

(Is 48:12) Óyeme, Jacob, y tú, Israel, a quien llamé: Yo mismo, yo el primero, yo también el último [postrero].

(Is 48:13) Mi mano fundó también la tierra, y mi mano derecha midió los cielos con el palmo; al llamarlos yo, comparecieron juntamente.

(Is 48:14) Júntense todos ustedes, y oigan. ¿Quién hay entre ellos que anuncie estas cosas? Aquel a quien Jehová amó ejecutará su voluntad en Babilonia, y su brazo estará sobre los caldeos.

(Is 48:15) Yo, yo hablé, y le llamé y le traje; por tanto, será prosperado su camino.

(Is 48:16) Acérquense a mí, oigan esto: desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu.

(Is 48:17) Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir.

(Is 48:18) ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar.

(Is 48:19) Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granos de arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de mi presencia.

(Is 48:20) Salgan de Babilonia, huyan de entre los caldeos; den nuevas de esto con voz de alegría, publíquenlo, llévenlo hasta lo último [postrero] de la tierra; digan: Redimió Jehová a Jacob su siervo.

(Is 48:21) No tuvieron sed cuando los llevó por los desiertos; les hizo brotar agua de la piedra; abrió la peña, y corrieron las aguas.

(Is 48:22) No hay paz para los malos, dijo Jehová.

Israel, siervo de Jehová
(Is 49:1) Óiganme, costas, y escuchen, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.

(Is 49:2) Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por flecha [saeta] bruñida, me guardó en su aljaba;

(Is 49:3) y me dijo: Mi esclavo [siervo, sirviente] eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré.

(Is 49:4) Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios.

(Is 49:5) Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su esclavo [siervo, sirviente], para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza);

(Is 49:6) dice: Poco es para mí que tú seas mi esclavo [siervo, sirviente] para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo último [postrero] de la tierra.

(Is 49:7) Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al despreciado de alma, al abominado de las naciones, al esclavo [siervo, sirviente] de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió.

(Is 49:8) Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto [alianza, convenio, acuerdo] al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades [posesiones];

(Is 49:9) para que digas a los presos: Salgan; y a los que están en tinieblas: Muéstrense. En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos.

(Is 49:10) No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas.

(Is 49:11) Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas.

(Is 49:12) He aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y éstos de la tierra de Sinim.

(Is 49:13) Canten alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpan en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.

(Is 49:14) Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.

(Is 49:15) ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.

(Is 49:16) He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.

(Is 49:17) Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti.

(Is 49:18) Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia.

(Is 49:19) Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud de los habitantes [moradores, residentes], y tus destruidores serán apartados lejos.

(Is 49:20) Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Estrecho es para mí este lugar; apártate, para que yo more.

(Is 49:21) Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró éstos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crió éstos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban éstos?

(Is 49:22) Así dijo Jehová el Señor: He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros.

(Is 49:23) Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí.

(Is 49:24) ¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el cautivo de un tirano?

(Is 49:25) Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos.

(Is 49:26) Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

Jehová ayuda a quienes confían en él
(Is 50:1) Así dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de su [de ustedes] madre, con la cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo les he vendido? He aquí que por sus [de ustedes] maldades son vendidos, y por sus [de ustedes] rebeliones fue repudiada su [de ustedes] madre.

(Is 50:2) ¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi mano para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; convierto los ríos en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren de sed.

(Is 50:3) Visto de oscuridad los cielos, y hago como cilicio su cubierta.

(Is 50:4) Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios.

(Is 50:5) Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás.

(Is 50:6) Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.

(Is 50:7) Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado.

(Is 50:8) Cercano está de mí el que me salva; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí.

(Is 50:9) He aquí que Jehová el Señor me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla.

(Is 50:10) ¿Quién hay entre ustedes que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios.

(Is 50:11) He aquí que todos ustedes encienden fuego, y se rodean de mecheros [antorchas, teas]; anden a la luz de su [de ustedes] fuego, y de los mecheros [antorchas, teas] que encendieron. De mi mano les vendrá esto; en dolor serán sepultados.

Palabras de consuelo para Sion
(Is 51:1) Óiganme, los que siguen la justicia, los que buscan a Jehová. Vean a la piedra de donde fueron cortados, y al hueco de la cantera de donde fueron arrancados.

(Is 51:2) Vean a Abraham su [de ustedes] padre, y a Sara que les dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué.

(Is 51:3) Ciertamente consolará Jehová a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto.

(Is 51:4) Estén atentos a mí, pueblo mío, y óiganme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi justicia para luz de los pueblos.

(Is 51:5) Cercana está mi justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a los pueblos; a mí me esperan los de la costa, y en mi brazo ponen su esperanza.

(Is 51:6) Alcen a los cielos sus [de ustedes] ojos, y vean abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus habitantes [moradores, residentes]; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.

(Is 51:7) Óiganme, los que conocen justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No teman afrenta de hombre, ni desmayen por sus ultrajes.

(Is 51:8) Porque como a vestidura los comerá polilla, como a lana los comerá gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salvación por siglos de siglos.

(Is 51:9) Despiértate, despiértate, vístete de poder, oh brazo de Jehová; despiértate como «en el tiempo antiguo,»* en los siglos pasados. ¿No eres tú el que cortó a Rahab, y el que hirió al dragón?

(Is 51:10) ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo [profundidad]; el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasaran los redimidos?

(Is 51:11) Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán.

(Is 51:12) Yo, yo soy su [de ustedes] consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno?

(Is 51:13) Y ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir. ¿Pero en dónde está el furor del que aflige?

(Is 51:14) El preso agobiado será libertado pronto; no morirá en la mazmorra, ni le faltará su pan.

(Is 51:15) Porque yo Jehová, que agito el mar y hago rugir sus ondas, soy tu Dios, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.

(Is 51:16) Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres tú.

(Is 51:17) Despierta, despierta, levántate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano de Jehová el cáliz de su ira; porque el cáliz de aturdimiento bebiste hasta los sedimentos.

(Is 51:18) De todos los hijos que dio a luz, no hay quien la guíe; ni quien la tome de la mano, de todos los hijos que crió.

(Is 51:19) Estas dos cosas te han sucedido [acontecido]: asolamiento [destrucción y ruina] y quebrantamiento, hambre y espada. ¿Quién se dolerá de ti? ¿Quién te consolará?

(Is 51:20) Tus hijos desmayaron, estuvieron tendidos en las encrucijadas de todos los caminos, como antílope en la red, llenos de la indignación de Jehová, de la ira del Dios tuyo.

(Is 51:21) Oye, pues, ahora esto, afligida, ebria, y no de vino:

(Is 51:22) Así dijo Jehová tu Señor, y tu Dios, el cual aboga por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi ira; nunca más lo beberás.

(Is 51:23) Y lo pondré en mano de tus angustiadores, que dijeron a tu alma: Inclínate, y pasaremos por encima de ti. Y tú pusiste tu cuerpo como tierra, y como camino, para que pasaran.

Dios librará del cautiverio a Sion
(Is 52:1) Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo.

(Is 52:2) Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion.

(Is 52:3) Porque así dice Jehová: De balde fueron vendidos; por tanto, sin dinero serán rescatados.

(Is 52:4) Porque así dijo Jehová el Señor: Mi pueblo descendió a Egipto en tiempo pasado, para morar allá, y el asirio lo cautivó sin razón.

(Is 52:5) Y ahora ¿qué hago aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado injustamente? Y los que en él se enseñorean, lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día.

(Is 52:6) Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente.

(Is 52:7) ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!

(Is 52:8) ¡Voz de tus atalayas! Alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo; porque ojo a ojo verán que Jehová vuelve a traer a Sion.

(Is 52:9) Canten alabanzas, alégrense juntamente, soledades de Jerusalén; porque Jehová ha consolado a su pueblo, a Jerusalén ha redimido.

(Is 52:10) Jehová desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro.

(Is 52:11) Apártense, apártense, salgan de ahí, no toquen cosa inmunda; salgan de en medio de ella; purifíquense los que llevan los utensilios de Jehová.

(Is 52:12) Porque no saldrán apresurados, ni irán huyendo; porque Jehová irá delante de ustedes, y les congregará el Dios de Israel.

Sufrimiento del Mesías (El siervo de Jehová)
(Is 52:13) He aquí que mi esclavo [siervo, sirviente] será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto.

(Is 52:14) Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres,

(Is 52:15) así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído.

(Is 53:1) ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?

(Is 53:2) Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.

(Is 53:3) Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue despreciado, y no lo estimamos.

(Is 53:4) Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

(Is 53:5) Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

(Is 53:6) Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, «cada cual»* se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

(Is 53:7) Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

(Is 53:8) Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.

(Is 53:9) Y se dispuso con los impíos [irreverentes y sin ley] su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad [vergüenza, afrenta, deshonor], ni hubo engaño en su boca.

(Is 53:10) Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

(Is 53:11) Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi esclavo [siervo, sirviente] justo a muchos, y llevará las iniquidades [grandes maldades e injusticias] de ellos.

(Is 53:12) Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

El amor eterno de Jehová hacia Israel
(Is 54:1) Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová.

(Is 54:2) Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas.

(Is 54:3) Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades asoladas.

(Is 54:4) No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.

(Is 54:5) Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.

(Is 54:6) Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo.

(Is 54:7) Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias.

(Is 54:8) Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor.

(Is 54:9) Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré.

(Is 54:10) Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto [alianza, convenio, acuerdo] de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.

(Is 54:11) Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré.

(Is 54:12) Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas.

(Is 54:13) Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos.

(Is 54:14) Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti.

(Is 54:15) Si alguno conspirare contra ti, «lo hará sin mí;»* el que contra ti conspirare, delante de ti caerá.

(Is 54:16) He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir.

(Is 54:17) Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los esclavos [siervos, sirvientes] de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová.

Misericordia gratuita para todos
(Is 55:1) A todos los sedientos: Vengan a las aguas; y los que no tienen dinero, vengan, compren y coman. Vengan, compren sin dinero y sin precio, vino y leche.

(Is 55:2) ¿Por qué gastan el dinero en lo que no es pan, y su [de ustedes] trabajo en lo que no sacia? Óiganme atentamente, y coman del bien, y se deleitará su [de ustedes] alma con grosura.

(Is 55:3) Inclinen su [de ustedes] oído, y vengan a mí; oigan, y vivirá su [de ustedes] alma; y haré con ustedes pacto [alianza, convenio, acuerdo] eterno, las misericordias firmes a David.

(Is 55:4) He aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las naciones.

(Is 55:5) He aquí, llamarás a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado.

(Is 55:6) Busquen a Jehová mientras puede ser hallado, llámenle en tanto que está cercano.

(Is 55:7) Deje el impío [irreverente y sin ley] su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.

(Is 55:8) Porque mis pensamientos no son sus [de ustedes] pensamientos, ni sus [de ustedes] caminos mis caminos, dijo Jehová.

(Is 55:9) Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que sus [de ustedes] caminos, y mis pensamientos más que sus [de ustedes] pensamientos.

(Is 55:10) Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,

(Is 55:11) así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

(Is 55:12) Porque con alegría saldrán, y con paz serán vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de ustedes, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.

(Is 55:13) En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.

Recompensa de los que guardan el pacto de Dios
(Is 56:1) Así dijo Jehová: Guarden derecho, y hagan justicia; porque cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse.

(Is 56:2) Dichoso [afortunado, bienaventurado] el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal.

(Is 56:3) Y el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco.

(Is 56:4) Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto [alianza, convenio, acuerdo],

(Is 56:5) yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros, «y nombre mejor»* que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá.

(Is 56:6) Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus esclavos [siervos, sirvientes]; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto [alianza, convenio, acuerdo],

(Is 56:7) yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.

(Is 56:8) Dice Jehová el Señor, el que reúne a los dispersos de Israel: Aún juntaré sobre él a sus congregados.

(Is 56:9) Todas las bestias del campo, todas las fieras del bosque, vengan a devorar.

(Is 56:10) Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir.

(Is 56:11) Y esos perros «comilones son insaciables;»* y los pastores mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, «cada uno»* busca su propio provecho, cada uno por su lado.

(Is 56:12) Vengan, dicen, tomemos vino, embriaguémonos de sidra; y será el día de mañana como este, o mucho más excelente.

Condenación de la idolatría de Israel
(Is 57:1) Perece el justo, y no hay «quien piense en ello;»* y los piadosos mueren, y no hay quien entienda que de la presencia [de delante] de la aflicción es quitado el justo.

(Is 57:2) Entrará en la paz; descansarán en sus lechos todos los que andan delante de Dios.

(Is 57:3) Mas ustedes lléguense acá, hijos de la hechicera, generación del adúltero y de la fornicaria.

(Is 57:4) ¿De quién se han burlado? ¿Contra quién ensancharon la boca, y alargaron la lengua? ¿No son ustedes hijos rebeldes, generación mentirosa,

(Is 57:5) que se enfervorizan con los ídolos debajo de todo árbol frondoso, que sacrifican los hijos en los valles, debajo de los peñascos?

(Is 57:6) En las piedras lisas del valle está tu parte; ellas, ellas son tu suerte; y a ellas derramaste libación, y ofreciste presente. ¿No habré de castigar estas cosas?

(Is 57:7) Sobre el monte alto y empinado pusiste tu cama; allí también subiste a hacer sacrificio.

(Is 57:8) Y tras la puerta y el umbral pusiste tu recuerdo; porque a otro, y no a mí, te descubriste, y subiste, y ensanchaste tu cama, e hiciste con ellos pacto [alianza, convenio, acuerdo]; amaste su cama «dondequiera que la veías.»*

(Is 57:9) Y fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y enviaste tus embajadores lejos, y te abatiste hasta la profundidad del Seol.

(Is 57:10) En la multitud de tus caminos te cansaste, pero no dijiste: No hay remedio; hallaste «nuevo vigor en tu mano,»* por tanto, no te desalentaste.

(Is 57:11) ¿Y de quién te asustaste y temiste, que has faltado a la fe [mentido, (desconfiado)], y no te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento? ¿ No he guardado silencio desde tiempos antiguos, y nunca me has temido?

(Is 57:12) Yo publicaré tu justicia y tus obras, que no te aprovecharán.

(Is 57:13) Cuando clames, que te libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí confía tendrá la tierra por heredad [posesión territorial], y poseerá mi santo monte.

(Is 57:14) Y dirá: Allanen, allanen; barran el camino, quiten los tropiezos del camino de mi pueblo.

(Is 57:15) Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado [despedazado] y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados [despedazados].

(Is 57:16) Porque no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí el espíritu, y las almas que yo he creado.

(Is 57:17) Por la iniquidad [gran maldad e injusticia] de su codicia me enojé, y le herí, escondí mi rostro y me indigné; y él siguió rebelde por el camino de su corazón.

(Is 57:18) He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados;

(Is 57:19) produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré.

(Is 57:20) Pero los impíos [irreverentes y sin ley] son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.

(Is 57:21) No hay paz, dijo mi Dios, para los impíos [irreverentes y sin ley].

El verdadero ayuno
(Is 58:1) Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.

(Is 58:2) Que me buscan «cada día,»* y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios.

(Is 58:3) ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de su [de ustedes] ayuno buscan su [de ustedes] propio gusto, y oprimís a todos sus [de ustedes] trabajadores.

(Is 58:4) He aquí que para contiendas y debates ayunan y para herir con el puño inicuamente; no ayunen como hoy, para que su [de ustedes] voz sea oída en lo alto.

(Is 58:5) ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaran esto ayuno, y día agradable a Jehová?

(Is 58:6) ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados [despedazados], y que rompan todo yugo?

(Is 58:7) ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de «tu hermano?»*

(Is 58:8) Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.

(Is 58:9) Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad;

(Is 58:10) y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía.

(Is 58:11) Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.

(Is 58:12) Y «los tuyos»* edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.

La observancia de día de reposo
(Is 58:13) Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras,

(Is 58:14) entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado.

Confesión del pecado de Israel
(Is 59:1) He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír;

(Is 59:2) pero sus [de ustedes] iniquidades [grandes maldades e injusticias] han hecho división entre ustedes y su [de ustedes] Dios, y sus [de ustedes] pecados han hecho ocultar de ustedes su rostro para no oír.

(Is 59:3) Porque sus [de ustedes] manos están contaminadas de sangre, y sus [de ustedes] dedos de iniquidad [gran maldad e injusticia]; sus [de ustedes] labios pronuncian mentira, habla maldad su [de ustedes] lengua.

(Is 59:4) No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad [gran maldad e injusticia].

(Is 59:5) Incuban huevos de áspides, y tejen telas de arañas; el que comiere de sus huevos, morirá; y si los apretaren, saldrán víboras.

(Is 59:6) Sus telas no servirán para vestir, ni de sus obras serán cubiertos; sus obras son obras de iniquidad [gran maldad e injusticia], y obra de rapiña [vergüenza, afrenta, deshonor] está en sus manos.

(Is 59:7) Sus pies corren al mal, se apresuran para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad [gran maldad e injusticia]; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos.

(Is 59:8) No conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son torcidas [de ley violada]; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz.

(Is 59:9) Por esto se alejó de nosotros la justicia, y no nos alcanzó la rectitud; esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad.

(Is 59:10) Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como sin ojos; tropezamos a mediodía como de noche; estamos en lugares oscuros como muertos.

(Is 59:11) Gruñimos como osos todos nosotros, y gemimos lastimeramente como palomas; esperamos justicia, y no la hay; salvación, y se alejó de nosotros.

(Is 59:12) Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros están nuestras iniquidades [grandes maldades e injusticias], y conocemos nuestros pecados:

(Is 59:13) el prevaricar y mentir contra Jehová, y el apartarse de detrás de nuestro Dios; el hablar calumnia y rebelión, concebir y proferir de corazón palabras de mentira.

(Is 59:14) Y el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la rectitud [equidad, derecho] no pudo venir.

(Is 59:15) Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho.

(Is 59:16) Y vio que no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia.

(Is 59:17) Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto,

(Is 59:18) como para vindicación, como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la costa.

(Is 59:19) Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él.

(Is 59:20) Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad [gran maldad e injusticia] en Jacob, dice Jehová.

(Is 59:21) Y este será mi pacto [alianza, convenio, acuerdo] con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.

La futura gloria de Sion
(Is 60:1) Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.

(Is 60:2) Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.

(Is 60:3) Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.

(Is 60:4) Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos.

(Is 60:5) Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti.

(Is 60:6) Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová.

(Is 60:7) Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria.

(Is 60:8) ¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas?

(Is 60:9) Ciertamente a mí esperarán los de la costa, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado.

(Is 60:10) Y extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te castigué, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia.

(Is 60:11) Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones, y conducidos a ti sus reyes.

(Is 60:12) Porque la nación o el reino que no te sirviere perecerá, y del todo será asolado.

(Is 60:13) La gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y bojes juntamente, para decorar el lugar de mi santuario; y yo honraré el lugar de mis pies.

(Is 60:14) Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían, y te llamarán Ciudad de Jehová, Sion del Santo de Israel.

(Is 60:15) En vez de estar abandonada y aborrecida, tanto que nadie pasaba por ti, haré que seas una gloria eterna, el gozo de «todos los siglos

(Is 60:16) Y mamarás la leche de las naciones, el pecho de los reyes mamarás; y conocerás que yo Jehová soy el Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

(Is 60:17) En vez de bronce traeré oro, y por hierro plata, y por madera bronce, y en lugar de piedras hierro; y pondré paz por tu tributo, y justicia por tus opresores.

(Is 60:18) Nunca más se oirá en tu tierra violencia [vergüenza, afrenta, deshonor], destrucción ni quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas Alabanza.

(Is 60:19) El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová te será por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria.

(Is 60:20) No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados.

(Is 60:21) Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.

(Is 60:22) El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte. Yo Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto.

Buenas nuevas de salvación para Sion
(Is 61:1) El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados [despedazados] de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;

(Is 61:2) a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;

(Is 61:3) a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.

(Is 61:4) Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de «muchas generaciones.»*

(Is 61:5) Y extranjeros apacentarán sus [de ustedes] ovejas, y los extraños serán sus [de ustedes] labradores y sus [de ustedes] viñadores.

(Is 61:6) Y ustedes serán llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios serán llamados; comerán las riquezas de las naciones, y con su gloria serán sublimes.

(Is 61:7) En lugar de su [de ustedes] doble confusión y de su [ustedes] deshonra, les alabarán en sus heredades [posesiones]; por lo cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo gozo.

(Is 61:8) Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto [alianza, convenio, acuerdo] perpetuo.

(Is 61:9) Y la descendencia de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en medio de los pueblos; todos los que los vieren, reconocerán que son linaje bendito de Jehová.

(Is 61:10) Enteramente [en gran manera, grandemente] me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.

(Is 61:11) Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones.

(Is 62:1) Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha.

(Is 62:2) Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará.

(Is 62:3) Y serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo.

(Is 62:4) Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Devastada [arruinada, desolada]; sino que serás llamada Hefzibá, y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada.

(Is 62:5) Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.

(Is 62:6) Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que se acuerdan de Jehová, no reposen,

(Is 62:7) ni le den tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra.

(Is 62:8) Juró Jehová por su mano derecha, y por su poderoso brazo: Que jamás daré tu trigo por comida a tus enemigos, ni beberán los extraños el vino que es fruto de tu trabajo;

(Is 62:9) sino que los que lo cosechan lo comerán, y alabarán a Jehová; y los que lo vendimian, lo beberán en los atrios de mi santuario.

(Is 62:10) Pasen, pasen por las puertas; barran el camino al pueblo; allanen, allanen la calzada, quiten las piedras, alcen pendón a los pueblos.

(Is 62:11) He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Digan a la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y delante de él su obra.

(Is 62:12) Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada.

El día de venganza de Jehová
(Is 63:1) ¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿éste hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar.

(Is 63:2) ¿Por qué es rojo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar?

(Is 63:3) He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo; los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas.

(Is 63:4) Porque el día de la venganza está en mi corazón, y el año de mis redimidos ha llegado.

(Is 63:5) Miré, y no había quien ayudara, y me maravillé que no hubiera quien sustentase; y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira.

(Is 63:6) Y con mi ira hollé los pueblos, y los embriagué en mi furor, y derramé en tierra su sangre.

Bondad de Jehová hacia Israel
(Is 63:7) De las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová, conforme a todo lo que Jehová nos ha dado, y de la grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel, que les ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de sus piedades.

(Is 63:8) Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador.

(Is 63:9) En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su superficie [faz] los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad.

(Is 63:10) Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.

(Is 63:11) Pero se acordó de los días antiguos, de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿dónde el que puso en medio de él su santo espíritu,

(Is 63:12) el que los guió por la diestra de Moisés con el brazo de su gloria; el que dividió las aguas delante de ellos, haciéndose así nombre perpetuo,

(Is 63:13) el que los condujo por los abismos [profundidades], como un caballo por el desierto, sin que tropezaran?

(Is 63:14) El Espíritu de Jehová los pastoreó, como a una bestia que desciende al valle; así pastoreaste a tu pueblo, para hacerte nombre glorioso.

Plegaria pidiendo misericordia y ayuda
(Is 63:15) Mira desde el cielo, y contempla desde tu santa y gloriosa morada. ¿Dónde está tu celo, y tu poder, la conmoción de tus entrañas y tus piedades para conmigo? ¿Se han estrechado?

(Is 63:16) Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre.

(Is 63:17) ¿Por qué, oh Jehová, nos has hecho errar de tus caminos, y endureciste nuestro corazón a tu temor? Vuélvete por amor de tus esclavos [siervos, sirvientes], por las tribus de tu heredad [posesión].

(Is 63:18) Por poco tiempo lo poseyó tu santo pueblo; nuestros enemigos han hollado tu santuario.

(Is 63:19) Hemos venido a ser como aquellos de quienes nunca te enseñoreaste, sobre los cuales nunca fue llamado tu nombre.

(Is 64:1) ¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes,

(Is 64:2) como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia!

(Is 64:3) Cuando, haciendo cosas terribles cuales nunca esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti.

(Is 64:4) Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera.

(Is 64:5) Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en los pecados «hemos perseverado por largo tiempo;»* ¿podremos acaso ser salvos?

(Is 64:6) Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.

(Is 64:7) Nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para apoyarse en ti; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.

(Is 64:8) Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.

(Is 64:9) No te enojes sobremanera, Jehová, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad [gran maldad e injusticia]; he aquí, mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros.

(Is 64:10) Tus santas ciudades están desiertas, Sion es un desierto, Jerusalén una soledad.

(Is 64:11) La casa de nuestro santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron nuestros padres, fue consumida al fuego; y todas nuestras cosas preciosas han sido destruidas.

(Is 64:12) ¿Te estarás quieto, oh Jehová, sobre estas cosas? ¿Callarás, y nos afligirás sobremanera?

Castigo de los rebeldes
(Is 65:1) Fui buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí.

(Is 65:2) Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, detrás de sus pensamientos;

(Is 65:3) pueblo que en mi rostro me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y quemando incienso sobre ladrillos;

(Is 65:4) que se quedan en los sepulcros, y en lugares escondidos pasan la noche; que comen carne de cerdo, y en sus ollas hay caldo de cosas inmundas;

(Is 65:5) que dicen: «Estate en tu lugar,»* no te acerques a mí, porque soy más santo que tú; éstos son humo en mi furor, fuego que arde todo el día.

(Is 65:6) He aquí que escrito está delante de mí; no callaré, sino que recompensaré, y daré el pago en su seno

(Is 65:7) por sus [de ustedes] iniquidades [grandes maldades e injusticias], dice Jehová, y por las iniquidades [grandes maldades e injusticias] de sus [de ustedes] padres juntamente, los cuales quemaron incienso sobre los montes, y sobre los collados me afrentaron; por tanto, yo les mediré su obra antigua en su seno.

(Is 65:8) Así ha dicho Jehová: Como si alguno hallase mosto en un racimo, y dijese: No lo desperdicies, porque bendición hay en él; así haré yo por mis esclavos [siervos, sirvientes], que no lo destruiré todo.

(Is 65:9) Sacaré descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos poseerán por heredad [posesión territorial] la tierra, y mis esclavos [siervos, sirvientes] habitarán allí.

(Is 65:10) Y será Sarón para habitación de ovejas, y el valle de Acor para majada de vacas, para mi pueblo que me buscó.

(Is 65:11) Pero ustedes los que dejan a Jehová, que olvidan mi santo monte, que ponen mesa para la Fortuna, y suministran libaciones para el Destino;

(Is 65:12) yo también les destinaré a la espada, y todos ustedes se arrodillaran al degolladero, por cuanto llamé, y no respondieron; hablé, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me desagrada.

(Is 65:13) Por tanto, así dijo Jehová el Señor: He aquí que mis esclavos [siervos, sirvientes] comerán, y ustedes tendrán hambre; he aquí que mis esclavos [siervos, sirvientes] beberán, y ustedes tendrán sed; he aquí que mis esclavos [siervos, sirvientes] se alegrarán, y ustedes serán avergonzados;

(Is 65:14) he aquí que mis esclavos [siervos, sirvientes] cantarán por júbilo del corazón, y ustedes clamaran por el dolor del corazón, y por el quebrantamiento de espíritu aullaran.

(Is 65:15) Y dejaran su [de ustedes] nombre por maldición a mis escogidos, y Jehová el Señor te matará, y a sus esclavos [siervos, sirvientes] llamará por otro nombre.

(Is 65:16) El que se bendijere en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en la tierra, por el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos.

Cielos nuevos y tierra nueva
(Is 65:17) Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento.

(Is 65:18) Mas se gozaran y se alegraran para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo.

(Is 65:19) Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.

(Is 65:20) No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.

(Is 65:21) Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas.

(Is 65:22) No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos.

(Is 65:23) No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos.

(Is 65:24) Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído.

(Is 65:25) El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.

Los juicios de Jehová y la futura prosperidad de Sion
(Is 66:1) Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habrán de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?

(Is 66:2) Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.

(Is 66:3) El que sacrifica buey es como si matase a un hombre; el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que hace ofrenda, como si ofreciese sangre de cerdo; el que quema incienso, como si bendijese a un ídolo. Y porque escogieron sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones,

(Is 66:4) también yo escogeré para ellos escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me desagrada.

(Is 66:5) Oigan palabra de Jehová, ustedes los que tiemblan a su palabra: Sus [de ustedes] hermanos que les aborrecen, y les echan fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Pero él se mostrará para alegría suya [de ustedes], y ellos serán confundidos.

(Is 66:6) Voz de alboroto de la ciudad, voz del templo, voz de Jehová que da el pago a sus enemigos.

(Is 66:7) Antes que estuviese de parto, dio a luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz hijo.

(Is 66:8) ¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos.

(Is 66:9) Yo que hago dar a luz, ¿ no haré nacer? dijo Jehová. Yo que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? dice tu Dios.

(Is 66:10) Alégrense con Jerusalén, y gócense con ella, todos los que la aman; llénense con ella de gozo, todos los que se enlutan por ella;

(Is 66:11) para que mamen y se sacien de los pechos de sus consolaciones; para que beban, y se deleiten con el resplandor de su gloria.

(Is 66:12) Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, y la gloria de las naciones como torrente que se desborda; y mamaran, y en los brazos serán traídos, y sobre las rodillas serán mimados.

(Is 66:13) Como aquel a quien consuela su madre, así les consolaré yo a ustedes, y en Jerusalén tomaran consuelo.

(Is 66:14) Y verán, y se alegrará su [de ustedes] corazón, y sus [de ustedes] huesos reverdecerán como la hierba; y la mano de Jehová para con sus esclavos [siervos, sirvientes] será conocida, y se enojará contra sus enemigos.

(Is 66:15) Porque he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con furor, y su reprensión con llama de fuego.

(Is 66:16) Porque Jehová juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehová serán multiplicados.

(Is 66:17) Los que se santifican y los que se purifican en los huertos, «unos tras otros,»* los que comen carne de cerdo y abominación [cosa repugnante] y ratón, juntamente serán talados, dice Jehová.

(Is 66:18) Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.

(Is 66:19) Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones.

(Is 66:20) Y traerán a todos sus [de ustedes] hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová.

(Is 66:21) Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehová.

(Is 66:22) Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá su [de ustedes] descendencia y su [de ustedes] nombre.

(Is 66:23) Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová.

(Is 66:24) Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre.

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