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RVI: GENESIS 42 - 50

Referencias para la lectura:

-       Texto actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Texto entre comillas y asterisco «expresión»* refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
-       Subtitulado tradicional actualizado

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

Los hermanos de José vienen por alimentos
(Gn 42:1) Viendo Jacob que en Egipto había alimentos, dijo a sus hijos: ¿Por qué se están mirando?

(Gn 42:2) Y dijo: He aquí, yo he oído que hay víveres en Egipto; desciendan allá, y compren de allí para nosotros, para que podamos vivir, y no muramos.

(Gn 42:3) Y descendieron los diez hermanos de José a comprar trigo en Egipto.

(Gn 42:4) Mas Jacob no envió a Benjamín, hermano de José, con sus hermanos; porque dijo: No sea que le suceda [acontezca] algún desastre.

(Gn 42:5) Vinieron los hijos de Israel a comprar entre los que venían; porque había hambre en la tierra de Canaán.

(Gn 42:6) Y José era el señor de la tierra, quien le vendía a todo el pueblo de la tierra; y llegaron los hermanos de José, y se inclinaron a él «rostro a tierra.»*

(Gn 42:7) Y José, cuando vio a sus hermanos, los conoció; mas hizo como que no los conocía, y les habló «ásperamente,»* y les dijo: ¿De dónde han venido? Ellos respondieron: De la tierra de Canaán, para comprar alimentos.

(Gn 42:8) José, pues, conoció a sus hermanos; pero ellos no le conocieron.

(Gn 42:9) Entonces se acordó José de los sueños que había tenido acerca de ellos, y les dijo: Espías son; por ver lo descubierto del país han venido.

(Gn 42:10) Ellos le respondieron: No, señor nuestro, sino que tus esclavos [siervos, sirvientes] han venido a comprar alimentos.

(Gn 42:11) Todos nosotros somos hijos de un varón; somos hombres honrados; tus esclavos [siervos, sirvientes] nunca fueron espías.

(Gn 42:12) Pero José les dijo: No; para ver lo descubierto del país han venido.

(Gn 42:13) Y ellos respondieron: Tus esclavos [siervos, sirvientes] somos doce hermanos, hijos de un varón en la tierra de Canaán; y he aquí el menor está hoy con nuestro padre, y «otro»* no parece.

(Gn 42:14) Y José les dijo: «Eso»* es lo que les he dicho, afirmando que son espías.

(Gn 42:15) En esto serán probados: Vive Faraón, que no saldrán de aquí, sino cuando su [de ustedes] hermano menor viniere aquí.

(Gn 42:16) Envíen a uno de ustedes y traiga a su [de ustedes] hermano, y ustedes queden presos, y sus [de ustedes] palabras serán probadas, si hay verdad en ustedes; y si no, vive Faraón, que son espías.

(Gn 42:17) Entonces los puso juntos en la cárcel por tres días.

(Gn 42:18) Y al tercer día les dijo José: Hagan esto, y vivan: Yo temo a Dios.

(Gn 42:19) Si son hombres honrados, quede preso en la casa de su [ustedes] cárcel uno de sus [de ustedes] hermanos, y ustedes vayan y lleven el alimento para el hambre de su [ustedes] casa.

(Gn 42:20) Pero traerán a su [de ustedes] hermano menor, y serán verificadas sus [de ustedes] palabras, y no morirán. Y ellos lo hicieron así.

(Gn 42:21) Y decían «el uno al otro:»* Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.

(Gn 42:22) Entonces Rubén les respondió, diciendo: ¿No les hablé yo y «dije:»* No pequen contra el joven, y no escucharon? He aquí también se nos demanda su sangre.

(Gn 42:23) Pero ellos no sabían que los entendía José, porque había intérprete entre ellos.

(Gn 42:24) Y se apartó José de ellos, y lloró; después volvió a ellos, y les habló, y tomó de entre ellos a Simeón, y lo aprisionó a vista de ellos.

(Gn 42:25) Después mandó José que llenaran sus sacos de trigo, y devolviesen el dinero de «cada uno de»* ellos, poniéndolo en su saco, y les diesen comida para el camino; y así se hizo con ellos.

(Gn 42:26) Y ellos pusieron su trigo sobre sus asnos, y se fueron de allí.

(Gn 42:27) Pero abriendo uno de ellos su saco para dar «de comer»* a su asno en el mesón, vio su dinero que estaba en la boca de su costal.

(Gn 42:28) Y dijo a sus hermanos: Mi dinero se me ha devuelto, y helo aquí en mi saco. Entonces se les sobresaltó el corazón, y espantados «dijeron»* «el uno al otro:»* ¿Qué es esto que nos ha hecho Dios?

(Gn 42:29) Y venidos a Jacob su padre en tierra de Canaán, le contaron todo «lo que les había sucedido [acontecido],»* diciendo:

(Gn 42:30) Aquel varón, el señor de la tierra, nos habló ásperamente, y nos trató como a espías de la tierra.

(Gn 42:31) Y nosotros le dijimos: Somos hombres honrados, nunca fuimos espías.

(Gn 42:32) Somos doce hermanos, hijos de nuestro padre; uno no parece, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán.

(Gn 42:33) Entonces aquel varón, el señor de la tierra, nos dijo: En esto conoceré que son hombres honrados: dejen conmigo uno de sus [de ustedes] hermanos, y tomen para el hambre de sus [de ustedes] casas, y vayan,

(Gn 42:34) y tráiganme a su [de ustedes] hermano el menor, para que yo sepa que no son espías, sino hombres honrados; así les daré a su [de ustedes] hermano, y negociaran en la tierra.

(Gn 42:35) Y sucedió que vaciando ellos sus sacos, he aquí que en el saco de «cada uno»* estaba el atado de su dinero; y viendo ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron temor.

(Gn 42:36) Entonces su padre Jacob les dijo: Me han privado de mis hijos; José no parece, ni Simeón «tampoco,»* y a Benjamín le llevaran; contra mí son «todas estas cosas.»*

(Gn 42:37) Y Rubén habló a su padre, diciendo: Harás morir a mis dos hijos, si no te lo devuelvo; entrégalo en mi mano, que yo lo devolveré a ti.

(Gn 42:38) Y él dijo: No descenderá mi hijo con ustedes, pues su hermano ha muerto, y él solo ha quedado; y si le sucediere [aconteciere] algún desastre en el camino por donde vayan, harán descender mis canas con dolor al Seol.

Los hermanos de José regresan con Benjamín
(Gn 43:1) El hambre era grande en la tierra;

(Gn 43:2) y sucedió que cuando acabaron de comer el trigo que trajeron de Egipto, les dijo su padre: Vuelvan, y compren para nosotros un poco de alimento.

(Gn 43:3) Respondió Judá, diciendo: Aquel varón nos «protestó con ánimo resuelto,»* diciendo: No verán mi rostro si no traen a su [de ustedes] hermano con ustedes.

(Gn 43:4) Si enviares a nuestro hermano con nosotros, descenderemos y te compraremos alimento.

(Gn 43:5) Pero si no le enviares, no descenderemos; porque aquel varón nos dijo: No verán mi rostro si no traen a su [de ustedes] hermano con ustedes.

(Gn 43:6) Dijo entonces Israel: ¿Por qué me hicieron tanto mal, declarando al varón que tenían otro hermano?

(Gn 43:7) Y ellos respondieron: Aquel varón nos preguntó expresamente por nosotros, y por nuestra familia, diciendo: ¿Vive aún su [de ustedes] padre? ¿Tienen otro hermano? Y le declaramos «conforme a»* estas palabras. ¿Acaso podíamos saber que él nos diría: Hagan venir a su [de ustedes] hermano?

(Gn 43:8) Entonces Judá dijo a Israel su padre: Envía al joven conmigo, y nos levantaremos e iremos, a fin de que vivamos y no muramos nosotros, y tú, y nuestros niños.

(Gn 43:9) Yo te respondo por él; «a mí me»* pedirás cuenta. Si yo no te lo vuelvo a traer, y si no lo pongo delante de ti, «seré para ti el culpable»* «para siempre;»*

(Gn 43:10) pues si no nos hubiéramos detenido, ciertamente hubiéramos ya vuelto dos veces.

(Gn 43:11) Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, háganlo; tomen de «lo mejor de»* la tierra en sus [de ustedes] sacos, y lleven a aquel varón un regalo [presente], un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirra, nueces y almendras.

(Gn 43:12) Y tomen en sus [de ustedes] manos doble cantidad de dinero, y lleven en su [de ustedes] mano el dinero vuelto en las bocas de sus [de ustedes] costales; quizá fue equivocación.

(Gn 43:13) Tomen también a su [de ustedes] hermano, y levántense, y vuelvan a aquel varón.

(Gn 43:14) Y el Dios Omnipotente les dé misericordia delante de aquel varón, y les suelte al otro su [de ustedes] hermano, y a este Benjamín. Y «si he de ser»* privado de mis hijos, «séalo.»*

(Gn 43:15) Entonces tomaron aquellos varones el regalo [presente], y tomaron en su mano doble cantidad de dinero, y a Benjamín; y se levantaron y descendieron a Egipto, y se presentaron delante de José.

(Gn 43:16) Y vio José a Benjamín con ellos, y dijo al «mayordomo de»* su casa: Lleva a casa a esos hombres, y degüella una res y prepárala, pues estos hombres comerán conmigo al mediodía.

(Gn 43:17) E hizo el hombre como José dijo, y llevó a los hombres a casa de José.

(Gn 43:18) Entonces aquellos hombres tuvieron temor, cuando fueron llevados a casa de José, y decían: Por el dinero que fue devuelto en nuestros costales «la primera vez»* nos han traído aquí, para tendernos lazo, y atacarnos, y tomarnos por esclavos [siervos, sirvientes] a nosotros, y a nuestros asnos.

(Gn 43:19) Y se acercaron «al mayordomo de»* la casa de José, y le hablaron a la entrada de la casa.

(Gn 43:20) Y dijeron: «Ay, señor nuestro,»* nosotros en realidad de hecho descendimos al principio a comprar alimentos.

(Gn 43:21) Y sucedió que cuando llegamos al mesón y abrimos nuestros costales, he aquí el dinero de «cada uno»* estaba en la boca de su costal, nuestro dinero en su justo peso; y lo hemos vuelto a traer «con nosotros.»*

(Gn 43:22) Hemos también traído en nuestras manos otro dinero para comprar alimentos; nosotros no sabemos quién haya puesto nuestro dinero en nuestros costales.

(Gn 43:23) El les respondió: Paz a ustedes, no teman; su [de ustedes] Dios y el Dios de su [ustedes] padre les dio el tesoro en sus [de ustedes] costales; «yo recibí»* su [de ustedes] dinero. Y sacó a Simeón a ellos.

(Gn 43:24) Y llevó aquel varón a los hombres a casa de José; y les dio agua, y lavaron sus pies, y dio «de comer»* a sus asnos.

(Gn 43:25) Y ellos prepararon el regalo [presente] entretanto que venía José a mediodía, porque habían oído que allí habrían de comer pan.

(Gn 43:26) Y vino José a casa, y ellos le trajeron el regalo [presente] que tenían en su mano dentro de la casa, y se inclinaron ante él hasta la tierra.

(Gn 43:27) Entonces les preguntó José «cómo estaban,»* y dijo: ¿Su [de ustedes] padre, el anciano que dijeron, «lo pasa bien?»* ¿Vive todavía?

(Gn 43:28) Y ellos respondieron: «Bien va»* a tu esclavo [siervo, sirviente] nuestro padre; aún vive. Y se inclinaron, e hicieron reverencia.

(Gn 43:29) Y alzando José sus ojos vio a Benjamín su hermano, hijo de su madre, y dijo: ¿Es éste su [de ustedes] hermano menor, de quien me hablaron? Y dijo: Dios tenga misericordia de ti, hijo mío.

(Gn 43:30) Entonces José se apresuró, porque se conmovieron sus entrañas a causa de su hermano, y buscó dónde llorar; y entró en su cámara, y lloró allí.

(Gn 43:31) Y lavó su rostro y salió, y se contuvo, y dijo: Pongan pan.

(Gn 43:32) Y pusieron para él aparte, y separadamente para ellos, y aparte para los egipcios que con él comían; porque los egipcios no pueden comer pan con los hebreos, lo cual es abominación [cosa repugnante] a los egipcios.

(Gn 43:33) Y se sentaron delante de él, el mayor conforme a su primogenitura, y el menor conforme a su menor edad; y estaban aquellos hombres atónitos mirándose «el uno al otro.»*

(Gn 43:34) Y José tomó viandas de delante de sí para ellos; mas la porción de Benjamín era cinco veces mayor que cualquiera de las de ellos. Y bebieron, y se alegraron con él.

La copa de José
(Gn 44:1) Mandó José al «mayordomo de»* su casa, diciendo: Llena de alimento los costales de estos varones, cuanto puedan llevar, y pon el dinero de «cada uno»* en la boca de su costal.

(Gn 44:2) Y pondrás mi copa, la copa de plata, en la boca del costal del menor, con el dinero de su trigo. Y él hizo como dijo José.

(Gn 44:3) «Venida»* la mañana, los hombres fueron despedidos con sus asnos.

(Gn 44:4) Habiendo ellos salido de la ciudad, de la que aún no se habían alejado, dijo José «a su mayordomo:»* Levántate y sigue a esos hombres; y cuando los alcances, diles: ¿Por qué han vuelto mal por bien? ¿Por qué han robado mi copa de plata?

(Gn 44:5) ¿No es ésta en la que bebe mi señor, y por la que suele adivinar? Han hecho mal en lo que hicieron.

(Gn 44:6) Cuando él los alcanzó, les dijo estas palabras.

(Gn 44:7) Y ellos le respondieron: ¿Por qué dice nuestro señor tales cosas? Nunca tal hagan tus esclavos [siervos, sirvientes].

(Gn 44:8) He aquí, el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales, te lo volvimos a traer desde la tierra de Canaán; ¿cómo, pues, habíamos de hurtar [robar] de casa de tu señor plata ni oro?

(Gn 44:9) Aquel de tus esclavos [siervos, sirvientes] en quien fuere hallada la copa, que muera, y aun nosotros seremos esclavos [siervos, sirvientes] de mi señor.

(Gn 44:10) Y él dijo: También ahora sea conforme a sus [de ustedes] palabras; aquel en quien se hallare será mi esclavo [siervo, sirviente], y ustedes serán sin culpa.

(Gn 44:11) Ellos entonces se dieron prisa, y derribando «cada uno»* su costal en tierra, abrió «cada cual»* el costal suyo.

(Gn 44:12) Y buscó; desde el mayor comenzó, y acabó en el menor; y la copa fue hallada en el costal de Benjamín.

(Gn 44:13) Entonces ellos rasgaron sus vestidos, y cargó «cada uno»* su asno y volvieron a la ciudad.

(Gn 44:14) Vino Judá con sus hermanos a casa de José, que aún estaba allí, y se postraron delante de él en tierra.

(Gn 44:15) Y les dijo José: ¿Qué acción es esta que han hecho? ¿No saben que un hombre como yo sabe adivinar?

(Gn 44:16) Entonces dijo Judá: ¿Qué diremos a mi señor? ¿Qué hablaremos, o con qué nos justificaremos? Dios ha hallado la maldad de tus esclavos [siervos, sirvientes]; he aquí, nosotros somos esclavos [siervos, sirvientes] de mi señor, nosotros, y también aquel «en cuyo poder»* fue hallada la copa.

(Gn 44:17) José respondió: «Nunca yo tal haga.»* El varón «en cuyo poder»* fue hallada la copa, él será mi esclavo [siervo, sirviente]; ustedes vayan en paz a su [de ustedes] padre.

Judá intercede por Benjamín
(Gn 44:18) Entonces Judá se acercó a él, y dijo: «Ay,»* señor mío, «te ruego»* que permitas que hable tu esclavo [siervo, sirviente] una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda «tu enojo»* contra tu esclavo [siervo, sirviente], pues tú eres como Faraón.

(Gn 44:19) Mi señor preguntó a sus esclavos [siervos, sirvientes], diciendo: ¿Tienen padre o hermano?

(Gn 44:20) Y nosotros respondimos a mi señor: Tenemos un padre anciano, y un hermano joven, pequeño aún, que le «nació en su vejez;»* y un hermano suyo murió, y él solo quedó de los hijos de su madre; y su padre lo ama.

(Gn 44:21) Y tú dijiste a tus esclavos [siervos, sirvientes]: Tráiganmelo, y pondré mis ojos sobre él.

(Gn 44:22) Y nosotros dijimos a mi señor: El joven no puede dejar a su padre, porque si lo dejare, su padre morirá.

(Gn 44:23) Y dijiste a tus esclavos [siervos, sirvientes]: Si su [de ustedes] hermano menor no desciende con ustedes, no «verán más»* mi rostro.

(Gn 44:24) Sucedió, pues, que cuando llegamos a mi padre tu esclavo [siervo, sirviente], le contamos las palabras de mi señor.

(Gn 44:25) Y dijo nuestro padre: Vuelvan a comprarnos un poco de alimento.

(Gn 44:26) Y nosotros respondimos: No podemos ir; si nuestro hermano va con nosotros, iremos; porque no podremos ver el rostro del varón, si «no está»* con nosotros nuestro hermano el menor.

(Gn 44:27) Entonces tu esclavo [siervo, sirviente] mi padre nos dijo: Ustedes saben que dos hijos me dio a luz mi mujer;

(Gn 44:28) y el uno salió de «mi presencia,»* y pienso de cierto que fue despedazado, y hasta ahora no lo he visto.

(Gn 44:29) Y si toman también a éste de delante de mí, y le sucede [acontece] algún desastre, harán descender mis canas con dolor al Seol.

(Gn 44:30) Ahora, pues, cuando vuelva yo a tu esclavo [siervo, sirviente] mi padre, si el joven no va conmigo, como su vida está ligada a la vida de él,

(Gn 44:31) sucederá que cuando no vea al joven, morirá; y tus esclavos [siervos, sirvientes] harán descender las canas de tu esclavo [siervo, sirviente] nuestro padre con dolor al Seol.

(Gn 44:32) Como tu esclavo [siervo, sirviente] salió por fiador del joven con mi padre, diciendo: Si no te lo vuelvo a traer, entonces yo seré culpable ante mi padre «para siempre;»*

(Gn 44:33) «te ruego,»* por tanto, que quede ahora tu esclavo [siervo, sirviente] en lugar del joven por esclavo [siervo, sirviente] de mi señor, y que el joven vaya con sus hermanos.

(Gn 44:34) Porque ¿cómo volveré yo a mi padre «sin»* el joven? No podré, por no ver el mal que sobrevendrá a mi padre.

José se da a conocer a sus hermanos
(Gn 45:1) No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Hagan salir de «mi presencia»* a «todos.»* Y no quedó «nadie»* con él, al darse a conocer José a sus hermanos.

(Gn 45:2) Entonces se dio «a llorar a gritos;»* y oyeron los egipcios, y oyó también la casa de Faraón.

(Gn 45:3) Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados [atormentados, agobiados, alterados] delante de él.

(Gn 45:4) Entonces dijo José a sus hermanos: Acérquense ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José su [de ustedes] hermano, el que vendieron para Egipto.

(Gn 45:5) Ahora, pues, no se entristezcan, ni «se pese»* de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de ustedes.

(Gn 45:6) Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega.

(Gn 45:7) Y Dios me envió delante de ustedes, para preservarles posteridad sobre la tierra, y para darles vida por medio de gran liberación.

(Gn 45:8) Así, pues, no me enviaron acá ustedes, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.

(Gn 45:9) Dense prisa, vayan a mi padre y díganle: Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas.

(Gn 45:10) Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes.

(Gn 45:11) Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes.

(Gn 45:12) He aquí, sus [de ustedes] ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín, que mi boca les habla.

(Gn 45:13) Harán, pues, saber a mi padre toda mi gloria en Egipto, y todo lo que han visto; y dense prisa, y traigan a mi padre acá.

(Gn 45:14) Y se echó sobre el cuello de Benjamín su hermano, y lloró; y también Benjamín lloró sobre su cuello.

(Gn 45:15) Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus hermanos hablaron con él.

(Gn 45:16) Y se oyó «la noticia»* en la casa de Faraón, diciendo: Los hermanos de José han venido. Y esto agradó en los ojos de Faraón y de sus esclavos [siervos, sirvientes].

(Gn 45:17) Y dijo Faraón a José: Di a tus hermanos: Hagan esto: carguen sus [de ustedes] bestias, y vayan, vuelvan a la tierra de Canaán;

(Gn 45:18) y tomen a su [de ustedes] padre y a sus [de ustedes] familias y vengan a mí, porque yo les daré lo bueno de la tierra de Egipto, y comerán de la abundancia de la tierra.

(Gn 45:19) Y tú manda: Hagan esto: tómense de la tierra de Egipto carros para sus [de ustedes] niños y sus [de ustedes] mujeres, y traigan a su [de ustedes] padre, y vengan.

(Gn 45:20) Y no se preocupen por sus [de ustedes] enseres, porque la riqueza de la tierra de Egipto será suya [de ustedes].

(Gn 45:21) Y lo hicieron así los hijos de Israel; y les dio José carros «conforme a la orden de»* Faraón, y les suministró víveres para el camino.

(Gn 45:22) A «cada uno de»* todos ellos dio mudas de vestidos, y a Benjamín dio trescientas «piezas de plata,»* y cinco mudas de vestidos.

(Gn 45:23) Y a su padre envió esto: diez asnos cargados de lo mejor de Egipto, y diez asnas cargadas de trigo, y pan y comida, para su padre en el camino.

(Gn 45:24) Y despidió a sus hermanos, y ellos se fueron. Y él les dijo: No riñan por el camino.

(Gn 45:25) Y subieron de Egipto, y llegaron a la tierra de Canaán a Jacob su padre.

(Gn 45:26) Y le «dieron las nuevas,»* diciendo: José vive aún; y él es señor en toda la tierra de Egipto. Y el corazón de Jacob se afligió, porque no los creía.

(Gn 45:27) Y ellos le contaron todas las palabras de José, que él les había hablado; y viendo Jacob los carros que José enviaba para llevarlo, su espíritu revivió.

(Gn 45:28) Entonces dijo Israel: Basta; José mi hijo vive todavía; iré, y le veré antes que yo muera.

Jacob y su familia en Egipto
(Gn 46:1) Salió Israel con todo lo que tenía, y vino a Beerseba, y ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.

(Gn 46:2) Y habló Dios a Israel en visiones de noche, y dijo: Jacob, Jacob. Y él respondió: Heme aquí.

(Gn 46:3) Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas de descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación.

(Gn 46:4) Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y «la mano de»* José «cerrará»* tus ojos.

(Gn 46:5) Y se levantó Jacob de Beerseba; y tomaron los hijos de Israel a su padre Jacob, y a sus niños, y a sus mujeres, en los carros que Faraón había enviado para llevarlo.

(Gn 46:6) Y tomaron sus ganados, y sus bienes que habían adquirido en la tierra de Canaán, y vinieron a Egipto, Jacob y toda su descendencia consigo;

(Gn 46:7) sus hijos, y los hijos de sus hijos consigo; sus hijas, y las hijas de sus hijos, y a toda su descendencia trajo consigo a Egipto.

(Gn 46:8) Y estos son los nombres de los hijos de Israel, que entraron en Egipto, Jacob y sus hijos: Rubén, el primogénito de Jacob.

(Gn 46:9) Y los hijos de Rubén: Hanoc, Falú, Hezrón y Carmi.

(Gn 46:10) Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Zohar, y Saúl hijo de la cananea.

(Gn 46:11) Los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari.

(Gn 46:12) Los hijos de Judá: Er, Onán, Sela, Fares y Zara; mas Er y Onán murieron en la tierra de Canaán. Y los hijos de Fares fueron Hezrón y Hamul.

(Gn 46:13) Los hijos de Isacar: Tola, Fúa, Job y Simrón.

(Gn 46:14) Los hijos de Zabulón: Sered, Elón y Jahleel.

(Gn 46:15) Estos fueron los hijos de Lea, los que dio a luz a Jacob en Padanaram, y además su hija Dina; treinta y tres las personas todas de sus hijos e hijas.

(Gn 46:16) Los hijos de Gad: Zifión, Hagui, Ezbón, Suni, Eri, Arodi y Areli.

(Gn 46:17) Y los hijos de Aser: Imna, Isúa, Isúi, Bería, y Sera hermana de ellos. Los hijos de Bería: Heber y Malquiel.

(Gn 46:18) Estos fueron los hijos de Zilpa, la que Labán dio a su hija Lea, y dio a luz éstos a Jacob; por todas dieciséis personas.

(Gn 46:19) Los hijos de Raquel, mujer de Jacob: José y Benjamín.

(Gn 46:20) Y nacieron a José en la tierra de Egipto Manasés y Efraín, los que le dio a luz Asenat, hija de Potifera sacerdote de On.

(Gn 46:21) Los hijos de Benjamín fueron Bela, Bequer, Asbel, Gera, Naamán, Ehi, Ros, Mupim, Hupim y Ard.

(Gn 46:22) Estos fueron los hijos de Raquel, que nacieron a Jacob; por todas catorce personas.

(Gn 46:23) Los hijos de Dan: Husim.

(Gn 46:24) Los hijos de Neftalí: Jahzeel, Guni, Jezer y Silem.

(Gn 46:25) Estos fueron los hijos de Bilha, la que dio Labán a Raquel su hija, y dio a luz éstos a Jacob; por todas siete personas.

(Gn 46:26) Todas las personas que vinieron con Jacob a Egipto, procedentes de sus lomos, sin las mujeres de los hijos de Jacob, todas las personas fueron sesenta y seis.

(Gn 46:27) Y los hijos de José, que le nacieron en Egipto, dos personas. Todas las personas de la casa de Jacob, que entraron en Egipto, fueron setenta.

(Gn 46:28) Y envió Jacob a Judá delante de sí a José, para «que le viniese a ver»* en Gosén; y llegaron a la tierra de Gosén.

(Gn 46:29) Y José amarró [ató, unció] su carro y vino a recibir a Israel su padre en Gosén; y se manifestó a él, y se echó sobre su cuello, y lloró sobre su cuello largamente.

(Gn 46:30) Entonces Israel dijo a José: Muera yo ahora, ya que he visto tu rostro, y sé que aún vives.

(Gn 46:31) Y José dijo a sus hermanos, y a la casa de su padre: Subiré y lo haré saber a Faraón, y le diré: Mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en la tierra de Canaán, han venido a mí.

(Gn 46:32) Y los hombres son pastores de ovejas, porque son hombres ganaderos; y han traído sus ovejas y sus vacas, y todo lo que tenían.

(Gn 46:33) Y cuando Faraón les llamare y dijere: ¿Cuál es su [de ustedes] oficio?

(Gn 46:34) entonces dirán: Hombres de ganadería han sido tus esclavos [siervos, sirvientes] desde nuestra juventud hasta ahora, nosotros y nuestros padres; a fin de que moren en la tierra de Gosén, porque para los egipcios es abominación [cosa repugnante] todo pastor de ovejas.

(Gn 47:1) Vino José y lo hizo saber a Faraón, y dijo: Mi padre y mis hermanos, y sus ovejas y sus vacas, con todo lo que tienen, han venido de la tierra de Canaán, y he aquí están en la tierra de Gosén.

(Gn 47:2) Y de los últimos de sus hermanos tomó cinco varones, y los presentó delante de Faraón.

(Gn 47:3) Y Faraón dijo a sus hermanos: ¿Cuál es su [de ustedes] oficio? Y ellos respondieron a Faraón: Pastores de ovejas son tus esclavos [siervos, sirvientes], así nosotros como nuestros padres.

(Gn 47:4) Dijeron además a Faraón: Para morar en esta tierra hemos venido; porque no hay pasto para las ovejas de tus esclavos [siervos, sirvientes], pues el hambre es grave en la tierra de Canaán; por tanto, «te rogamos»* ahora que permitas que habiten tus esclavos [siervos, sirvientes] en la tierra de Gosén.

(Gn 47:5) Entonces Faraón habló a José, diciendo: Tu padre y tus hermanos han venido a ti.

(Gn 47:6) La tierra de Egipto delante de ti está; en lo mejor de la tierra haz habitar a tu padre y a tus hermanos; habiten en la tierra de Gosén; y si entiendes que hay entre ellos «hombres capaces,»* ponlos por mayorales del ganado  mío.

(Gn 47:7) También José introdujo a Jacob su padre, y lo presentó delante de Faraón; y Jacob bendijo a Faraón.

(Gn 47:8) Y dijo Faraón a Jacob: ¿Cuántos son los días de los años de tu vida?

(Gn 47:9) Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.

(Gn 47:10) Y Jacob bendijo a Faraón, y salió de la presencia de Faraón.

(Gn 47:11) Así José hizo habitar a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés, como mandó Faraón.

(Gn 47:12) Y alimentaba José a su padre y a sus hermanos, y a toda la casa de su padre, con pan, «según»* el número de los hijos.

(Gn 47:13) No había pan en toda la tierra, y el hambre era muy grave, por lo que desfalleció de hambre la tierra de Egipto y la tierra de Canaán.

(Gn 47:14) Y recogió José todo el dinero que había en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, por los alimentos que de él compraban; y metió José el dinero en casa de Faraón.

(Gn 47:15) Acabado el dinero de la tierra de Egipto y de la tierra de Canaán, vino todo Egipto a José, diciendo: Danos pan; ¿por qué moriremos delante de ti, por haberse acabado el dinero?

(Gn 47:16) Y José dijo: Den sus [de ustedes] ganados y yo les daré por sus [de ustedes] ganados, si se ha acabado el dinero.

(Gn 47:17) Y ellos trajeron sus ganados a José, y José les dio alimentos por caballos, y por el ganado de las ovejas, y por el ganado de las vacas, y por asnos; y les sustentó de pan por todos sus ganados aquel año.

(Gn 47:18) Acabado aquel año, vinieron a él el segundo año, y le dijeron: No encubrimos a nuestro señor que el dinero ciertamente se ha acabado; también el ganado es ya de nuestro señor; nada ha quedado delante de nuestro señor sino nuestros cuerpos y nuestra tierra.

(Gn 47:19) ¿Por qué moriremos delante de tus ojos, así nosotros como nuestra tierra? Cómpranos a nosotros y a nuestra tierra por pan, y seremos nosotros y nuestra tierra esclavos [siervos, sirvientes] de Faraón; y danos semilla para que vivamos y no muramos, y no sea asolada la tierra.

(Gn 47:20) Entonces compró José toda la tierra de Egipto para Faraón; pues los egipcios vendieron «cada uno»* sus tierras, porque se agravó el hambre sobre ellos; y la tierra vino a ser de Faraón.

(Gn 47:21) Y al pueblo lo hizo pasar a las ciudades, desde un extremo «al otro»* del territorio de Egipto.

(Gn 47:22) Solamente la tierra de los sacerdotes no compró, por cuanto los sacerdotes tenían ración de Faraón, y ellos comían la ración que Faraón les daba; por eso no vendieron su tierra.

(Gn 47:23) Y José dijo al pueblo: He aquí les he comprado hoy, a ustedes y a su [de ustedes] tierra, para Faraón; «observen aquí»* semilla, y sembraran la tierra.

(Gn 47:24) De los frutos darán el quinto a Faraón, y las cuatro partes serán suyas [de ustedes] para sembrar las tierras, y para su [de ustedes] mantenimiento, y de los que están en sus [de ustedes] casas, y para que coman sus [de ustedes] niños.

(Gn 47:25) Y ellos respondieron: La vida nos has dado; hallemos gracia en ojos de nuestro señor, y seamos esclavos [siervos, sirvientes] de Faraón.

(Gn 47:26) Entonces José lo puso por ley hasta hoy sobre la tierra de Egipto, señalando para Faraón el quinto, excepto sólo la tierra de los sacerdotes, que no fue de Faraón.

(Gn 47:27) Así habitó Israel en la tierra de Egipto, en la tierra de Gosén; y tomaron posesión de ella, y se aumentaron, y se multiplicaron enteramente [en gran manera, grandemente].

(Gn 47:28) Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años; y fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años.

(Gn 47:29) Y llegaron los días de Israel para morir, y llamó a José su hijo, y le dijo: Si he hallado ahora gracia en tus ojos, «te ruego»* que pongas tu mano debajo de mi muslo, y harás conmigo misericordia y verdad. «Te ruego»* que no me entierres en Egipto.

(Gn 47:30) Mas cuando duerma con mis padres, me llevarás de Egipto y me sepultarás en el sepulcro de ellos. Y José respondió: Haré como «tú dices.»*

(Gn 47:31) E Israel dijo: Júramelo. Y José le juró. Entonces Israel se inclinó sobre la cabecera de la cama.

Jacob bendice a Efraín y a Manasés
(Gn 48:1) Sucedió después de estas cosas que dijeron a José: He aquí tu padre está enfermo. Y él tomó consigo a sus dos hijos, Manasés y Efraín.

(Gn 48:2) Y se le hizo saber a Jacob, diciendo: He aquí tu hijo José viene a ti. Entonces se esforzó Israel, y se sentó sobre la cama,

(Gn 48:3) y dijo a José: El Dios Omnipotente me apareció en Luz en la tierra de Canaán, y me bendijo,

(Gn 48:4) y me dijo: He aquí yo te haré crecer, y te multiplicaré, y te pondré por estirpe de naciones; y daré esta tierra a tu descendencia después de ti por heredad [posesión territorial] perpetua.

(Gn 48:5) Y ahora tus dos hijos Efraín y Manasés, que te nacieron en la tierra de Egipto, antes que viniese a ti a la tierra de Egipto, míos son; como Rubén y Simeón, serán míos.

(Gn 48:6) Y los que después de ellos has engendrado, serán tuyos; por el nombre de sus hermanos serán llamados en sus heredades [posesiones].

(Gn 48:7) Porque «cuando yo venía»* de Padan-aram, se me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, «como media legua de»* tierra viniendo a Efrata; y la sepulté allí en el camino de Efrata, que es  Belén.

(Gn 48:8) Y vio Israel los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos?

(Gn 48:9) Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado «aquí.»* Y él dijo: Acércalos ahora a mí, y los bendeciré.

(Gn 48:10) Y los ojos de Israel estaban tan agravados por la vejez, que no podía ver. Les hizo, pues, acercarse a él, y él les besó y les abrazó.

(Gn 48:11) Y dijo Israel a José: No pensaba yo ver tu rostro, y he aquí Dios me ha hecho ver también a tu descendencia.

(Gn 48:12) Entonces José los sacó de entre sus rodillas, y se inclinó a tierra.

(Gn 48:13) Y los tomó José a ambos, Efraín a su derecha, a la izquierda de Israel, y Manasés a su izquierda, a la derecha de Israel; y los acercó a él.

(Gn 48:14) Entonces Israel extendió su mano derecha, y la puso sobre la cabeza de Efraín, que era el menor, y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, colocando así sus manos adrede, aunque Manasés era el primogénito.

(Gn 48:15) Y bendijo a José, «diciendo:»* El Dios en cuya presencia anduvieron mis padres Abraham e Isaac, el Dios que me mantiene desde que «yo soy»* hasta este día,

(Gn 48:16) el Ángel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense «enteramente [en gran manera, grandemente]»* en medio de la tierra.

(Gn 48:17) Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, «le causó esto disgusto;»* y asió la mano de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.

(Gn 48:18) Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza.

(Gn 48:19) Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones.

(Gn 48:20) Y los bendijo aquel día, diciendo: En ti bendecirá Israel, diciendo: Te haga como a Efraín y como a Manasés. Y puso a Efraín «antes de»* Manasés.

(Gn 48:21) Y dijo Israel a José: He aquí yo muero; pero Dios estará con ustedes, y les hará volver a la tierra de sus [de ustedes] padres.

(Gn 48:22) Y yo te he dado a ti una parte más que a tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo con mi espada y con mi arco.

Profecía de Jacob acerca de sus hijos
(Gn 49:1) Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Júntense, y les declararé lo que les ha de suceder [acontecer] en los días venideros.

(Gn 49:2) Júntense y oigan, hijos de Jacob, Y escuchen a su [de ustedes] padre Israel.

(Gn 49:3) Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor; Principal en dignidad, principal en poder.

(Gn 49:4) Impetuoso como las aguas, no serás el principal, Por cuanto subiste al lecho de tu padre; Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado.

(Gn 49:5) Simeón y Leví son hermanos; Armas de iniquidad [vergüenza, afrenta, deshonor] sus armas.

(Gn 49:6) En su consejo no entre mi alma, Ni mi espíritu se junte en su compañía. Porque en su «furor»* mataron hombres, Y en su temeridad desjarretaron toros.

(Gn 49:7) Maldito su «furor,»* que fue fiero; Y su ira, que fue dura. Yo los apartaré en Jacob, Y los esparciré en Israel.

(Gn 49:8) Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los hijos de tu padre se inclinarán a ti.

(Gn 49:9) Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará?

(Gn 49:10) No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.

(Gn 49:11) Atando a la vid su pollino, Y a la cepa el hijo de su asna, Lavó en el vino su vestido, Y en la sangre de uvas su manto.

(Gn 49:12) Sus ojos, rojos del vino, Y sus dientes blancos de la leche.

(Gn 49:13) Zabulón en puertos de mar habitará; Será para puerto de naves, Y su límite hasta Sidón.

(Gn 49:14) Isacar, asno fuerte Que se recuesta entre los apriscos;

(Gn 49:15) Y vio que el descanso era bueno, y que la tierra era deleitosa; Y bajó su hombro para llevar, Y sirvió en tributo.

(Gn 49:16) Dan juzgará a su pueblo, Como una de las tribus de Israel.

(Gn 49:17) Será Dan serpiente junto al camino, Víbora junto a la senda, Que muerde los talones del caballo, Y hace caer hacia atrás al jinete.

(Gn 49:18) Tu salvación esperé, oh Jehová.

(Gn 49:19) Gad, ejército lo acometerá; Mas él acometerá «al fin.»*

(Gn 49:20) El pan de Aser será substancioso, Y él dará deleites al rey.

(Gn 49:21) Neftalí, cierva suelta, Que pronunciará dichos hermosos.

(Gn 49:22) «Rama fructífera»* es José, «Rama fructífera»* junto a una fuente, Cuyos vástagos se extienden sobre el muro.

(Gn 49:23) Le causaron amargura, Le asaetearon, Y le aborrecieron «los arqueros;»*

(Gn 49:24) Mas su arco se mantuvo poderoso, Y los brazos de sus manos se fortalecieron Por las manos del Fuerte de Jacob (Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel),

(Gn 49:25) Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará, Por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá Con bendiciones de los cielos de arriba, Con bendiciones del abismo [profundidad] que está abajo, Con bendiciones de los pechos y del vientre.

(Gn 49:26) Las bendiciones de tu padre Fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores; Hasta el término de los collados eternos Serán sobre la cabeza de José, Y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos.

(Gn 49:27) Benjamín es lobo arrebatador; A la mañana comerá la presa, Y a la tarde repartirá los despojos.

Muerte y sepelio de Jacob
(Gn 49:28) Todos éstos fueron las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre les dijo, al bendecirlos; «a cada uno»* por su bendición los bendijo.

(Gn 49:29) Les mandó luego, y les dijo: Yo voy a ser reunido con mi pueblo. Sepúltenme con mis padres en la cueva que está en el campo de Efrón el heteo,

(Gn 49:30) en la cueva que está en el campo de Macpela, «al oriente de»* Mamre en la tierra de Canaán, la cual compró Abraham con el mismo campo de Efrón el heteo, para heredad [posesión territorial] de sepultura.

(Gn 49:31) Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer; allí sepultaron a Isaac y a Rebeca su mujer; allí también sepulté yo a Lea.

(Gn 49:32) La compra del campo y de la cueva que está en él, fue de los hijos de Het.

(Gn 49:33) Y cuando acabó Jacob de dar mandamientos a sus hijos, encogió sus pies en la cama, y expiró, y fue reunido con «sus padres.»*

(Gn 50:1) Entonces se echó José sobre el rostro de su padre, y lloró sobre él, y lo besó.

(Gn 50:2) Y mandó José a sus esclavos [siervos, sirvientes] los médicos que embalsamasen a su padre; y los médicos embalsamaron a Israel.

(Gn 50:3) Y le cumplieron cuarenta días, porque así cumplían los días de los embalsamados, y lo lloraron los egipcios setenta días.

(Gn 50:4) Y pasados los días de su luto, habló José a los de la casa de Faraón, diciendo: Si he hallado ahora gracia en sus [de ustedes] ojos, «les ruego»* que hablen en oídos de Faraón, diciendo:

(Gn 50:5) Mi padre me hizo jurar, diciendo: He aquí que voy a morir; en el sepulcro que cavé para mí en la tierra de Canaán, allí me sepultarás; «ruego,»* pues, que vaya yo ahora y sepulte a mi padre, y volveré.

(Gn 50:6) Y Faraón dijo: Ve, y sepulta a tu padre, como él te hizo jurar.

(Gn 50:7) Entonces José subió para sepultar a su padre; y subieron con él todos los esclavos [siervos, sirvientes] de Faraón, los ancianos de su casa, y todos los ancianos de la tierra de Egipto,

(Gn 50:8) y toda la casa de José, y sus hermanos, y la casa de su padre; solamente dejaron en la tierra de Gosén sus niños, y sus ovejas y sus vacas.

(Gn 50:9) Subieron también con él carros y «gente de a caballo,»* y se hizo un escuadrón muy grande.

(Gn 50:10) Y llegaron hasta la era de Atad, que está al «otro lado»* del Jordán, y endecharon allí con grande y muy triste lamentación; y José hizo a su padre duelo por siete días.

(Gn 50:11) Y viendo los habitantes [moradores, residentes] de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: Llanto grande es este de los egipcios; por eso fue llamado su nombre Abelmizraim, que está al «otro lado»* del Jordán.

(Gn 50:12) Hicieron, pues, sus hijos con él según les había mandado;

(Gn 50:13) pues lo llevaron sus hijos a la tierra de Canaán, y lo sepultaron en la cueva del campo de Macpela, la que había comprado Abraham con el mismo campo, para heredad [posesión territorial] de sepultura, de Efrón el heteo, «al oriente de»* Mamre.

(Gn 50:14) Y volvió José a Egipto, él y sus hermanos, y todos los que subieron con él a sepultar a su padre, después que lo hubo sepultado.

Muerte de José
(Gn 50:15) Viendo los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos.

(Gn 50:16) Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo:

(Gn 50:17) Así dirán a José: «Te ruego que perdones»* ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora «te rogamos que perdones»* la maldad de los esclavos [siervos, sirvientes] del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.

(Gn 50:18) Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él, y dijeron: Henos aquí por esclavos [siervos, sirvientes] tuyos.

(Gn 50:19) Y les respondió José: No teman; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios?

(Gn 50:20) Ustedes pensaron mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.

(Gn 50:21) Ahora, pues, no tengan miedo; yo les sustentaré a ustedes y a sus [de ustedes] hijos. Así los consoló, y les habló al corazón.

(Gn 50:22) Y habitó José en Egipto, él y la casa de su padre; y vivió José ciento diez años.

(Gn 50:23) Y vio José «los hijos»* de Efraín hasta la «tercera generación;»* también los hijos de Maquir hijo de Manasés fueron criados sobre las rodillas de José.

(Gn 50:24) Y José dijo a sus hermanos: Yo voy a morir; mas Dios ciertamente les visitará, y les hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob.

(Gn 50:25) E hizo jurar José a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente les visitará, y harán llevar de aquí mis huesos.

(Gn 50:26) Y murió José «a la edad de»* ciento diez años; y lo embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en Egipto.

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