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significados y conceptos.
Modo de proceder de Dios con Israel
(Ez 20:1) Sucedió en el año
séptimo, en el mes quinto, a los diez
días del mes, que vinieron algunos de
los ancianos de Israel a consultar a Jehová, y se sentaron delante de mí.
(Ez 20:2) Y vino a mí palabra
de Jehová, diciendo:
(Ez 20:3) Hijo de hombre, habla
a los ancianos de Israel, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿A consultarme
vienen ustedes? Vivo yo, que no les responderé, dice Jehová el Señor.
(Ez 20:4) ¿Quieres tú juzgarlos?
¿Los quieres juzgar tú, hijo de hombre? Hazles conocer las abominaciones de sus
padres,
(Ez 20:5) y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: El día que escogí a Israel, y que alcé mi mano para
jurar a la descendencia de la casa de Jacob, cuando me di a conocer a ellos en
la tierra de Egipto, cuando alcé mi mano y les juré diciendo: Yo soy Jehová su [de ustedes] Dios;
(Ez 20:6) aquel día que les alcé
mi mano, jurando así que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que les
había provisto, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las
tierras;
(Ez 20:7) entonces les dije: «Cada uno»*
eche de sí las abominaciones de delante de sus
ojos, y no se contaminen con los ídolos de Egipto. Yo soy Jehová su [de ustedes] Dios.
(Ez 20:8) Mas ellos se rebelaron
contra mí, y no quisieron obedecerme; no echó de sí «cada uno»* las
abominaciones de delante de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije
que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir
mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto.
(Ez 20:9) Con todo, a causa de mi nombre, para que no se
infamase ante los ojos de las naciones en medio
de las cuales estaban, en cuyos ojos fui conocido, actué para sacarlos de la
tierra de Egipto.
(Ez 20:10) Los saqué de la
tierra de Egipto, y los traje al desierto,
(Ez 20:11) y les di mis
estatutos, y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los
cumpliere vivirá.
(Ez 20:12) Y les di también mis
días de reposo, para que fuesen por señal
entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.
(Ez 20:13) Mas se rebeló contra
mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis estatutos, y
desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá; y
mis días de reposo profanaron enteramente [en
gran manera, grandemente]; dije, por tanto, que derramaría sobre
ellos mi ira en el desierto para exterminarlos.
(Ez 20:14) Pero actué a causa de mi nombre, para que no se
infamase a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado.
(Ez 20:15) También yo les alcé
mi mano en el desierto, jurando que no los traería a la tierra que les había
dado, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras;
(Ez 20:16) porque desecharon
mis decretos, y no anduvieron en mis estatutos, y mis días de reposo
profanaron, porque tras sus ídolos iba su corazón.
(Ez 20:17) Con todo, los perdonó
mi ojo, pues no los maté, ni los exterminé en el desierto;
(Ez 20:18) antes dije en el
desierto a sus hijos: No anden en los estatutos de sus [de ustedes] padres, ni guarden sus leyes, ni se contaminen con sus ídolos.
(Ez 20:19) Yo soy Jehová su [de ustedes] Dios; anden en mis estatutos, y guarden mis preceptos, y
pónganlos por obra;
(Ez 20:20) y santifiquen mis
días de reposo, y sean por señal entre
mí y ustedes, para que sepan que yo soy Jehová su [de ustedes] Dios.
(Ez 20:21) Mas los hijos se rebelaron
contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni cumplieron [guardaron, conservaron] mis decretos para
ponerlos por obra, por los cuales el hombre que
los cumpliere vivirá; profanaron mis días de reposo. Dije entonces que
derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto.
(Ez 20:22) Mas retraje mi mano a causa de mi nombre, para que
no se infamase a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado.
(Ez 20:23) También les alcé yo
mi mano en el desierto, jurando que los esparciría entre las naciones, y que
los dispersaría por las tierras,
(Ez 20:24) porque no pusieron por obra
mis decretos, sino que desecharon mis estatutos y profanaron mis días de
reposo, y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos.
(Ez 20:25) Por eso yo también les
di estatutos que no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir.
(Ez 20:26) Y los contaminé en
sus ofrendas cuando hacían pasar por el fuego a todo primogénito, para desolarlos y hacerles saber que yo soy
Jehová.
(Ez 20:27) Por tanto, hijo de hombre, habla a la casa de Israel, y diles: Así ha dicho Jehová el
Señor: Aun en esto me afrentaron sus [de
ustedes] padres cuando cometieron
rebelión contra mí.
(Ez 20:28) Porque yo los traje a la tierra sobre la cual había
alzado mi mano jurando que había de dársela, y
miraron a todo collado alto y a todo árbol frondoso, y allí sacrificaron sus
víctimas, y allí presentaron ofrendas que me irritan, allí pusieron también su
incienso agradable, y allí derramaron sus libaciones.
(Ez 20:29) Y yo les dije: ¿Qué
es ese lugar alto adonde ustedes van? Y fue llamado su nombre Bama hasta el día
de hoy.
(Ez 20:30) Di, pues, a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿No se contaminan ustedes a la
manera de sus [de ustedes] padres, y fornican
tras sus abominaciones?
(Ez 20:31) Porque ofreciendo sus [de
ustedes] ofrendas, haciendo pasar sus
[de ustedes] hijos por el fuego, se han contaminado con todos sus [de ustedes]
ídolos hasta hoy; ¿y he de responderos yo, casa de Israel? Vivo yo, dice Jehová
el Señor, que no les responderé.
(Ez 20:32) Y no ha de ser «lo que han pensado.»*
Porque ustedes dicen: Seamos como las naciones,
como las demás familias de la tierra, que sirven al palo y a la piedra.
(Ez 20:33) Vivo yo, dice Jehová
el Señor, que con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado, he de
reinar sobre ustedes;
(Ez 20:34) y les sacaré de
entre los pueblos, y les reuniré de las tierras en que están esparcidos, con
mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado;
(Ez 20:35) y les traeré al desierto de los pueblos, y allí
litigaré con ustedes cara a cara.
(Ez 20:36) Como litigué con sus
[de ustedes] padres en el
desierto de la tierra de Egipto, así litigaré
con ustedes, dice Jehová el Señor.
(Ez 20:37) Los haré pasar bajo
la vara, y los haré entrar en los vínculos del pacto
[alianza, convenio, acuerdo];
(Ez 20:38) y apartaré de entre
ustedes a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus
peregrinaciones los sacaré, mas a la tierra de Israel no entrarán; y sabrán que
yo soy Jehová.
(Ez 20:39) Y a ustedes, oh casa
de Israel, así ha dicho Jehová el Señor: vayan «cada
uno»* tras sus ídolos, y sírvanles, si es que a mí no me obedecen; pero no profanen más
mi santo nombre con sus [de ustedes] ofrendas y con sus [de
ustedes] ídolos.
(Ez 20:40) Pero en mi santo monte, en el alto monte de Israel,
dice Jehová el Señor, allí me servirá toda la
casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los aceptaré, y allí demandaré sus
[de ustedes] ofrendas, y las
primicias de sus [de ustedes] dones,
con todas sus [de ustedes] cosas consagradas.
(Ez 20:41) Como incienso agradable los aceptaré, cuando les haya sacado de entre los pueblos, y les
haya congregado de entre las tierras en que están esparcidos; y seré
santificado en ustedes a los ojos de las naciones.
(Ez 20:42) Y sabrán que yo soy
Jehová, cuando les haya traído a la tierra de Israel, la tierra por la cual
alcé mi mano jurando que la daría a sus [de
ustedes] padres.
(Ez 20:43) Y allí se acordaran
de sus [de ustedes] caminos, y
de todos sus [de ustedes] hechos en
que se contaminaron; y se aborrecerán a ustedes
mismos a causa de todos sus [de ustedes]
pecados que cometieron.
(Ez 20:44) Y sabrán que yo soy
Jehová, cuando haga con ustedes por amor de mi nombre, no según sus [de ustedes] caminos malos ni según sus [de ustedes] perversas obras, oh casa de
Israel, dice Jehová el Señor.
Profecía contra el Neguev
(Ez 20:45) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 20:46) Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el sur, derrama tu palabra hacia la parte austral, profetiza contra
el bosque del Neguev.
(Ez 20:47) Y dirás al bosque del Neguev: Oye la palabra de Jehová: Así ha dicho Jehová el Señor:
He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde y
todo árbol seco; no se apagará la llama del fuego; y serán quemados en ella
todos los rostros, desde el sur hasta el norte.
(Ez 20:48) Y verá toda carne
que yo Jehová lo encendí; no se apagará.
(Ez 20:49) Y dije: ¡Ah, Señor
Jehová! ellos dicen de mí: ¿No profiere éste parábolas?
La espada afilada de Jehová
(Ez 21:1) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 21:2) Hijo de hombre, pon tu rostro contra Jerusalén, y
derrama palabra sobre los santuarios, y
profetiza contra la tierra de Israel.
(Ez 21:3) Dirás a la tierra de
Israel: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo estoy contra ti, y sacaré mi espada
de su vaina, y cortaré de ti al justo y al impío [irreverente y sin ley].
(Ez 21:4) Y por cuanto he de cortar de ti al justo y al impío [irreverente y sin ley], por tanto, mi espada saldrá de su vaina contra toda carne, desde el sur hasta el
norte.
(Ez 21:5) Y sabrá toda carne
que yo Jehová saqué mi espada de su vaina; no la envainaré más.
(Ez 21:6) Y tú, hijo de
hombre, gime con quebrantamiento de tus lomos y con amargura; gime delante de
los ojos de ellos.
(Ez 21:7) Y cuando te dijeren:
¿Por qué gimes tú? dirás: Por una noticia que cuando llegue hará que
desfallezca todo corazón, y toda mano
se debilitará, y se angustiará todo espíritu,
y toda rodilla será débil como el agua; he aquí que viene, y se hará, dice
Jehová el Señor.
(Ez 21:8) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 21:9) Hijo de hombre, profetiza,
y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Di: La espada, la espada está afilada, y
también pulida.
(Ez 21:10) Para degollar víctimas está afilada, pulida está para que relumbre. ¿Hemos de alegrarnos?
Al cetro de mi hijo ha despreciado como a un palo cualquiera.
(Ez 21:11) Y la dio a pulir
para tenerla a mano; la espada está afilada, y está pulida para entregarla en
mano del matador.
(Ez 21:12) Clama y lamenta, oh
hijo de hombre; porque ésta será sobre mi pueblo, será ella sobre todos los
príncipes de Israel; caerán ellos a espada juntamente con mi pueblo; hiere,
pues, tu muslo;
(Ez 21:13) porque está probado.
¿Y qué, si la espada desprecia aun al cetro? El no será más, dice Jehová el
Señor.
(Ez 21:14) Tú, pues, hijo de
hombre, profetiza, y bate una mano contra otra, y duplíquese y triplíquese el
furor de la espada homicida; esta es la espada de la gran matanza que los
traspasará,
(Ez 21:15) para que el corazón
desmaye, y los estragos se multipliquen; en todas las puertas de ellos he
puesto espanto de espada. ¡Ah! dispuesta está
para que relumbre, y preparada para degollar.
(Ez 21:16) Corta a la derecha,
hiere a la izquierda, adonde quiera que «te
vuelvas.»
(Ez 21:17) Y yo también batiré
mi mano contra mi mano, y haré reposar mi ira. Yo Jehová he hablado.
(Ez 21:18) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 21:19) Tú, hijo de hombre,
traza dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia; de una misma
tierra salgan ambos; y pon una señal al
comienzo de cada camino, que indique la ciudad adonde va.
(Ez 21:20) El camino señalarás por donde venga la espada a
Rabá de los hijos de Amón, y a Judá contra Jerusalén, la ciudad fortificada.
(Ez 21:21) Porque el rey de Babilonia se ha detenido en «una
encrucijada,»* al principio de los dos
caminos, para usar de adivinación; ha
sacudido las flechas [saetas], consultó a sus ídolos, miró el hígado.
(Ez 21:22) La adivinación
señaló a su mano derecha, sobre Jerusalén, para
dar «la orden de ataque,»* para dar comienzo a la matanza, para levantar
la voz en grito de guerra, para poner arietes contra las puertas, para levantar
vallados, y edificar torres de sitio.
(Ez 21:23) Mas para ellos esto será como adivinación mentirosa, «ya que les ha hecho solemnes juramentos;»* pero él trae a
la memoria la maldad de ellos, para apresarlos.
(Ez 21:24) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto
han hecho traer a la memoria sus [de ustedes]
maldades, manifestando sus [de ustedes]
traiciones, y descubriendo sus [de ustedes]
pecados en todas sus [de ustedes]
obras; por cuanto han venido en memoria, serán entregados en su mano.
(Ez 21:25) Y tú, profano e
impío [irreverente y sin ley]
príncipe de Israel, cuyo día ha llegado ya, el tiempo
de la consumación de la maldad,
(Ez 21:26) así ha dicho Jehová el Señor: Depón la tiara, quita la corona; esto no será más así; sea
exaltado lo bajo, y humillado lo alto.
(Ez 21:27) A ruina, a ruina, a ruina lo reduciré, y esto no será más, hasta que venga aquel cuyo es el
derecho, y yo se lo entregaré.
Juicio contra los amonitas
(Ez 21:28) Y tú, hijo de
hombre, profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el Señor acerca de los hijos de
Amón, y de su oprobio. Dirás, pues: La espada, la espada está desenvainada para
degollar; para consumir está pulida con resplandor.
(Ez 21:29) Te profetizan vanidad, te adivinan mentira, para que la emplees
sobre los cuellos de los malos sentenciados a muerte, cuyo día vino en el tiempo de la consumación de la maldad.
(Ez 21:30) ¿La volveré a su
vaina? En el lugar donde te criaste, en la tierra donde has vivido, te juzgaré,
(Ez 21:31) y derramaré sobre ti
mi ira; el fuego de mi enojo haré encender sobre ti, y te entregaré en mano de
hombres temerarios, artífices de destrucción.
(Ez 21:32) Serás pasto del
fuego, se empapará la tierra de tu sangre;
no habrá más memoria de ti, porque yo Jehová he hablado.
Los pecados de Jerusalén
(Ez 22:1) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 22:2) Tú, hijo de hombre,
¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad derramadora de sangre, y le mostrarás todas sus
abominaciones?
(Ez 22:3) Dirás, pues: Así ha dicho
Jehová el Señor: ¡Ciudad derramadora de sangre
en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para
contaminarse!
(Ez 22:4) En tu sangre
que derramaste has pecado, y te has contaminado
en tus ídolos que hiciste; y has hecho acercar tu día, y has llegado al término
de tus años; por tanto, te he dado en oprobio a las
naciones, y en escarnio a todas las tierras.
(Ez 22:5) Las que están cerca de ti y las que están lejos se
reirán de ti, amancillada de nombre, y de grande
turbación [tormento,
agobio, alteración].
(Ez 22:6) He aquí que los príncipes de Israel, «cada uno»*
según su poder, se esfuerzan en derramar sangre.
(Ez 22:7) Al padre y a la madre despreciaron en ti; al extranjero trataron con violencia en medio
de ti; al huérfano y a la viuda despojaron en ti.
(Ez 22:8) Mis santuarios despreciaste, y mis días de reposo has profanado.
(Ez 22:9) Calumniadores hubo en ti para derramar sangre; y sobre los montes comieron en ti; hicieron en medio de ti perversidades.
(Ez 22:10) La desnudez del padre descubrieron en ti, y en ti hicieron violencia a la que estaba
inmunda por su menstruo.
(Ez 22:11) «Cada uno»* hizo abominación
[cosa repugnante] con la mujer
de su prójimo, «cada uno»* contaminó
pervertidamente a su nuera, y «cada
uno»* violó
en ti a su hermana, hija de su padre.
(Ez 22:12) Precio recibieron en ti
para derramar sangre; interés y usura
tomaste, y a tus prójimos defraudaste con violencia; te olvidaste de mí, dice
Jehová el Señor.
(Ez 22:13) Y he aquí que batí
mis manos a causa de tu avaricia que cometiste, y a causa de la sangre que derramaste en medio de ti.
(Ez 22:14) ¿Estará firme tu corazón? ¿Serán fuertes tus manos en los días
en que yo proceda contra ti? Yo Jehová he hablado, y lo haré.
(Ez 22:15) Te dispersaré por las naciones, y te esparciré por las tierras; y haré fenecer de ti tu
inmundicia.
(Ez 22:16) Y por ti misma serás degradada a la vista de las naciones; y sabrás que yo soy
Jehová.
(Ez 22:17) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 22:18) Hijo de hombre, la casa de Israel se me ha
convertido en escoria; todos ellos son bronce y
estaño y hierro y plomo en medio del horno; y en escorias de plata se
convirtieron.
(Ez 22:19) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto
todos ustedes se han convertido en escorias, por tanto, he aquí que yo los
reuniré en medio de Jerusalén.
(Ez 22:20) Como quien junta plata y bronce y hierro y plomo y
estaño en medio del horno, para encender fuego en él
para fundirlos, así los juntaré en mi furor y en mi ira, y los pondré allí, y
los fundiré.
(Ez 22:21) Yo los juntaré y
soplaré sobre ustedes en el fuego de mi furor, y en medio de él serán fundidos.
(Ez 22:22) Como se funde la plata en medio del horno, así
serán fundidos en medio de él; y sabrán que yo
Jehová habré derramado mi enojo sobre ustedes.
(Ez 22:23) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 22:24) Hijo de hombre, di a
ella: Tú no eres tierra limpia, ni rociada con lluvia en el día del furor.
(Ez 22:25) Hay conjuración de sus profetas en medio de ella,
como león rugiente que arrebata presa; devoraron
almas, tomaron haciendas y honra, multiplicaron sus viudas en medio
de ella.
(Ez 22:26) Sus sacerdotes violaron
mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron
diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis días de reposo
apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos.
(Ez 22:27) Sus príncipes en medio de ella son como lobos que
arrebatan presa, derramando sangre,
para destruir las almas, para obtener ganancias injustas.
(Ez 22:28) Y sus profetas recubrían con lodo suelto,
profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y
Jehová no había hablado.
(Ez 22:29) El pueblo de la tierra usaba de opresión y cometía robo, al afligido y menesteroso hacía
violencia, y al extranjero oprimía sin derecho.
(Ez 22:30) Y busqué entre ellos
«hombre»*
que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la
tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.
(Ez 22:31) Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el ardor de mi ira los consumí; hice
volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová el Señor.
Las dos hermanas
(Ez 23:1) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 23:2) Hijo de hombre, hubo
dos mujeres, hijas de una madre,
(Ez 23:3) las cuales fornicaron
en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron
estrujados sus pechos virginales.
(Ez 23:4) Y se llamaban, la
mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales llegaron a ser mías, y dieron a
luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba.
(Ez 23:5) Y Ahola cometió fornicación aun estando en mi poder; y se enamoró de sus amantes
los asirios, vecinos suyos,
(Ez 23:6) vestidos de púrpura, gobernadores y capitanes,
jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a caballo.
(Ez 23:7) Y se prostituyó con ellos, con todos los más
escogidos de los hijos de los asirios, y con todos aquellos de quienes se
enamoró; se contaminó con todos los ídolos de
ellos.
(Ez 23:8) Y no dejó sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se
echaron en su juventud, y ellos comprimieron sus pechos virginales, y
derramaron sobre ella su fornicación.
(Ez 23:9) Por lo cual la entregué
en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los asirios, de quienes se
había enamorado.
(Ez 23:10) Ellos descubrieron
su desnudez, tomaron sus hijos y sus hijas, y a ella mataron a espada;
y vino a ser famosa entre las mujeres, pues en ella hicieron escarmiento.
(Ez 23:11) Y lo vio su hermana
Aholiba, y enloqueció de lujuria más que ella; y sus fornicaciones fueron más que las fornicaciones
de su hermana.
(Ez 23:12) Se enamoró de los hijos de los asirios sus vecinos,
gobernadores y capitanes, vestidos de ropas y armas excelentes, jinetes que
iban a caballo, todos ellos jóvenes codiciables.
(Ez 23:13) Y vi que se había
contaminado; un mismo camino era el de ambas.
(Ez 23:14) Y aumentó sus fornicaciones;
pues cuando vio a hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de
color,
(Ez 23:15) ceñidos por sus lomos con talabartes, y tiaras de
colores en sus cabezas, teniendo todos ellos apariencia de capitanes, a la
manera de los hombres de Babilonia, de Caldea, tierra de su nacimiento,
(Ez 23:16) se enamoró de ellos a «primera vista,»* y les envió
mensajeros a la tierra de los caldeos.
(Ez 23:17) Así, pues, se llegaron a ella los hombres de Babilonia en su lecho de amores, y la
contaminaron, y ella también se contaminó con ellos, y su alma se hastió de ellos.
(Ez 23:18) Así hizo patentes
sus fornicaciones y descubrió sus
desnudeces, por lo cual mi alma se hastió de ella, como se había
ya hastiado mi alma de su hermana.
(Ez 23:19) Aun multiplicó sus fornicaciones, trayendo en memoria los días
de su juventud, en los cuales había fornicado
en la tierra de Egipto.
(Ez 23:20) Y se enamoró de sus
rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los asnos, y cuyo flujo como
flujo de caballos.
(Ez 23:21) Así trajiste de nuevo a la memoria la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios comprimieron tus
pechos, los pechos de tu juventud.
(Ez 23:22) Por tanto, Aholiba, así ha dicho Jehová el Señor:
He aquí que yo suscitaré contra ti a tus
amantes, de los cuales se hastió tu alma, y les haré venir contra ti en
derredor;
(Ez 23:23) los de Babilonia, y todos los caldeos, los de
Pecod, Soa y Coa, y todos los de Asiria con ellos;
jóvenes codiciables, gobernadores y capitanes, nobles y varones de renombre,
que montan a caballo todos ellos.
(Ez 23:24) Y vendrán contra ti carros, carretas y ruedas, y
multitud de pueblos. Escudos, paveses y yelmos pondrán contra ti en derredor; y
yo pondré delante de ellos el juicio, y por sus leyes
te juzgarán.
(Ez 23:25) Y pondré mi celo
contra ti, y procederán contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas, y
lo que te quedare caerá a espada. Ellos tomarán a tus hijos y a tus hijas, y tu
remanente será consumido por el fuego.
(Ez 23:26) Y te despojarán de
tus vestidos, y te arrebatarán todos los adornos de tu hermosura.
(Ez 23:27) Y haré cesar de ti
tu lujuria, y tu fornicación de la
tierra de Egipto; y no levantarás ya más a ellos tus ojos, ni nunca más te
acordarás de Egipto.
(Ez 23:28) Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo te
entrego en mano de aquellos que aborreciste, en
mano de aquellos de los cuales se hastió tu alma;
(Ez 23:29) los cuales procederán contigo con odio, y tomarán todo el fruto de tu labor, y te
dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la
inmundicia de tus fornicaciones, y tu
lujuria y tu prostitución.
(Ez 23:30) Estas cosas se harán contigo porque fornicaste
detrás de las naciones, con las cuales te contaminaste en sus ídolos.
(Ez 23:31) En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues, pondré su cáliz en tu mano.
(Ez 23:32) Así ha dicho Jehová el Señor: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana, que es de gran
capacidad; «de ti se burlarán [mofarán]»*
las naciones, y te escarnecerán.
(Ez 23:33) Serás llena de embriaguez y de dolor por el cáliz
de soledad y de devastación [ruina, asolamiento],
por el cáliz de tu hermana Samaria.
(Ez 23:34) Lo beberás, pues, y
lo agotarás, y quebrarás sus tiestos; y rasgarás tus pechos, porque yo he
hablado, dice Jehová el Señor.
(Ez 23:35) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto
te has olvidado de mí, y me has echado tras tus
espaldas, por eso, lleva tú también tu lujuria y tus fornicaciones.
(Ez 23:36) Y me dijo Jehová:
Hijo de hombre, ¿no juzgarás tú a Ahola y a Aholiba, y les denunciarás sus
abominaciones?
(Ez 23:37) Porque han adulterado, y hay sangre
en sus manos, y han fornicado con sus
ídolos; y aun a sus hijos que habían dado a luz para mí, hicieron pasar por el
fuego, quemándolos.
(Ez 23:38) Aun esto más me hicieron:
contaminaron mi santuario en aquel día, y profanaron mis días de reposo.
(Ez 23:39) Pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos,
entraban en mi santuario el mismo día para contaminarlo; y he aquí, así hicieron en medio de mi casa.
(Ez 23:40) Además, enviaron por hombres que viniesen de lejos,
a los cuales había sido enviado mensajero, y he aquí vinieron; y por amor de
ellos te lavaste, y pintaste tus ojos, y te
ataviaste con adornos;
(Ez 23:41) y te sentaste sobre
magnífico [grande, suntuoso]
estrado, y fue preparada mesa delante de él, y sobre ella pusiste mi incienso y
mi aceite.
(Ez 23:42) Y se oyó en ella voz de compañía que se solazaba
con ella; y con los varones «de la gente
común»* fueron traídos los sabeos del
desierto, y pusieron pulseras en sus manos, y
bellas coronas sobre sus cabezas.
(Ez 23:43) Y dije respecto de la envejecida en adulterios:
¿Todavía cometerán fornicaciones con
ella, y ella con ellos?
(Ez 23:44) Porque han venido a ella como quien viene a mujer prostituta
[ramera];
así vinieron a Ahola y a Aholiba, mujeres depravadas.
(Ez 23:45) Por tanto, hombres justos
las juzgarán por la ley de las adúlteras, y por la ley de las que derraman sangre; porque son adúlteras, y sangre hay en sus manos.
(Ez 23:46) Por lo que así ha dicho Jehová el Señor: Yo haré
subir contra ellas tropas, las entregaré a turbación [tormento, agobio, alteración] y
a rapiña,
(Ez 23:47) y las turbas las
apedrearán, y las atravesarán con sus espadas; matarán a sus hijos y a sus
hijas, y sus casas consumirán con fuego.
(Ez 23:48) Y haré cesar la
lujuria de la tierra, y escarmentarán todas las mujeres, y no harán según sus [de ustedes] perversidades.
(Ez 23:49) Y sobre ustedes pondrán
sus [de ustedes]
perversidades, y pagaran los pecados de su [ustedes] idolatría; y sabrán que yo soy Jehová el Señor.
Parábola de la olla hirviente
(Ez 24:1) Vino a mí palabra de
Jehová en el año noveno, en el mes
décimo, a los diez días del mes,
diciendo:
(Ez 24:2) Hijo de hombre,
escribe la fecha de este día; el rey de Babilonia puso sitio a Jerusalén este
mismo día.
(Ez 24:3) Y habla por parábola
a la casa rebelde, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Pon una olla, ponla,
y echa también en ella agua;
(Ez 24:4) junta sus piezas de
carne en ella; todas buenas piezas, pierna y espalda; llénala de huesos escogidos.
(Ez 24:5) Toma una oveja escogida, y también enciende los huesos debajo de ella; haz que hierva bien; cuece también sus huesos
dentro de ella.
(Ez 24:6) Pues así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad
de sangres, de la olla herrumbrosa cuya herrumbre no ha sido quitada! Por sus piezas,
por sus piezas sácala, sin echar suerte
sobre ella.
(Ez 24:7) Porque su sangre
está en medio de ella; sobre una piedra alisada
la ha derramado; no la derramó sobre la tierra para que fuese cubierta con
polvo.
(Ez 24:8) Habiendo, pues, hecho subir la ira para hacer
venganza, yo pondré su sangre sobre la dura piedra, para que no sea cubierta.
(Ez 24:9) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad de sangres!
Pues también haré yo gran hoguera,
(Ez 24:10) multiplicando la
leña, y encendiendo el fuego para consumir la carne y hacer la salsa; y los huesos serán quemados.
(Ez 24:11) Asentando después la
olla vacía sobre sus brasas, para que se caldee, y se queme su fondo, y se
funda en ella su suciedad, y se consuma su herrumbre.
(Ez 24:12) En vano se cansó, y no salió de ella su mucha herrumbre. Sólo en fuego será su herrumbre
consumida.
(Ez 24:13) En tu inmunda
lujuria padecerás, porque te limpié, y tú no te limpiaste de tu inmundicia;
nunca más te limpiarás, hasta que yo sacie mi ira sobre ti.
(Ez 24:14) Yo Jehová he
hablado; vendrá, y yo lo haré. No me volveré atrás, ni tendré misericordia, ni
me arrepentiré; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dice Jehová el
Señor.
Muerte de la esposa de Ezequiel
(Ez 24:15) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 24:16) Hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus ojos; no endeches,
ni llores, ni corran tus lágrimas.
(Ez 24:17) Reprime el suspirar,
no hagas luto de mortuorios; ata tu turbante sobre ti, y pon tus zapatos en tus
pies, y no te cubras con barba [rebozo],
ni comas pan de enlutados.
(Ez 24:18) Hablé al pueblo por
la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue mandado.
(Ez 24:19) Y me dijo el pueblo:
¿No nos enseñarás qué significan para nosotros estas cosas que haces?
(Ez 24:20) Y yo les dije: La
palabra de Jehová vino a mí, diciendo:
(Ez 24:21) Di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo profano mi santuario, la
gloria de su [ustedes]
poderío, el deseo de sus [de ustedes]
ojos y el deleite de su [ustedes] alma; y sus [de ustedes]
hijos y sus [de ustedes] hijas que
dejaron caerán a espada.
(Ez 24:22) Y harán de la manera que yo hice; no se cubrirán con barba [rebozo], ni comerán
pan de hombres en luto.
(Ez 24:23) Sus [de ustedes]
turbantes estarán sobre sus [de ustedes]
cabezas, y sus [de ustedes] zapatos
en sus [de ustedes] pies; no
endecharan ni lloraran, sino que se consumirán a
causa de sus [de ustedes]
maldades, y gemirán «unos con otros.»*
(Ez 24:24) Ezequiel, pues, les será
por señal; según todas las cosas que él
hizo, harán; cuando esto ocurra, entonces sabrán que yo soy Jehová el Señor.
(Ez 24:25) Y tú, hijo de
hombre, el día que yo arrebate a ellos su fortaleza,
el gozo de su gloria, el deleite de sus ojos y el anhelo de sus almas, y también sus hijos y sus hijas,
(Ez 24:26) ese día vendrá a ti uno que haya escapado «para traer las noticias.»
(Ez 24:27) En aquel día se abrirá tu boca para hablar con el
fugitivo, y hablarás, y no estarás más mudo; y
les serás por señal, y sabrán que yo
soy Jehová.
Profecía contra Amón
(Ez 25:1) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 25:2) Hijo de hombre, pon tu rostro hacia los hijos de
Amón, y profetiza contra ellos.
(Ez 25:3) Y dirás a los hijos
de Amón: Oigan palabra de Jehová el Señor. Así dice Jehová el Señor: Por cuanto
dijiste: ¡Ea, bien!, cuando mi santuario era profanado, y la tierra de Israel
era asolada, y llevada en cautiverio la casa de Judá;
(Ez 25:4) por tanto, he aquí yo te entrego por heredad [posesión] a los orientales, y pondrán en ti sus apriscos y plantarán en ti sus tiendas;
ellos comerán tus sementeras, y beberán tu leche.
(Ez 25:5) Y pondré a Rabá por
habitación de camellos, y a los hijos de Amón por majada de ovejas; y sabrán
que yo soy Jehová.
(Ez 25:6) Porque así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto
batiste tus manos, y golpeaste con tu pie, y te
gozaste en el alma con todo tu menosprecio para la tierra
de Israel,
(Ez 25:7) por tanto, he aquí yo extenderé mi mano contra ti, y te entregaré a las naciones para
ser saqueada; te cortaré de entre los pueblos, y te destruiré de entre las
tierras; te exterminaré, y sabrás que yo soy Jehová.
Profecía contra Moab
(Ez 25:8) Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto dijo Moab
y Seir: He aquí la casa de Judá es como todas las naciones;
(Ez 25:9) por tanto, he aquí yo abro el lado de Moab desde
las ciudades, desde sus ciudades que están en su confín, las tierras deseables
de Bet jesimot, Baalmeón y Quiriataim,
(Ez 25:10) a los hijos del oriente contra los hijos de Amón; y
la entregaré por heredad [posesión], para que no haya más memoria de los hijos de Amón entre las naciones.
(Ez 25:11) También en Moab haré
juicios, y sabrán que yo soy Jehová.
Profecía contra Edom
(Ez 25:12) Así ha dicho Jehová el Señor: Por lo que hizo Edom,
tomando venganza de la casa de Judá, pues delinquieron [cometieron delito] en extremo, y se vengaron de ellos;
(Ez 25:13) por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Yo también
extenderé mi mano sobre Edom, y cortaré de ella
hombres y bestias, y la asolaré; desde Temán hasta Dedán caerán a espada.
(Ez 25:14) Y pondré mi venganza
contra Edom en manos de mi pueblo Israel, y harán en Edom según mi enojo y
conforme a mi ira; y conocerán mi venganza, dice Jehová el Señor.
Profecía contra los filisteos
(Ez 25:15) Así ha dicho Jehová el Señor: Por lo que hicieron
los filisteos con venganza, cuando se vengaron con despecho de ánimo,
destruyendo por antiguas enemistades;
(Ez 25:16) por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí yo extiendo
mi mano contra los filisteos, y cortaré a los
cereteos, y destruiré el resto que queda en la costa del mar.
(Ez 25:17) Y haré en ellos
grandes venganzas con reprensiones de ira; y sabrán que yo soy Jehová, cuando
haga mi venganza en ellos.
Profecía contra Tiro
(Ez 26:1) Sucedió en el undécimo año, en el día primero del mes, que vino
a mí palabra de Jehová, diciendo:
(Ez 26:2) Hijo de hombre, por cuanto dijo Tiro contra Jerusalén: Ea, bien; quebrantada está la
que era puerta de las naciones; a mí se volvió; yo seré llena, y ella desierta;
(Ez 26:3) por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo
estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti
muchas naciones, como el mar hace subir sus olas.
(Ez 26:4) Y demolerán los
muros de Tiro, y derribarán sus torres; y barreré de ella hasta su polvo, y la
dejaré como una peña lisa.
(Ez 26:5) Tendedero de redes será
en medio del mar, porque yo he hablado, dice Jehová el Señor; y será saqueada
por las naciones.
(Ez 26:6) Y sus hijas que están en el campo serán muertas a espada; y sabrán que yo soy Jehová.
(Ez 26:7) Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que
del norte traigo yo contra Tiro a Nabucodonosor rey de Babilonia, rey de reyes,
con caballos y carros y jinetes, y tropas y mucho pueblo.
(Ez 26:8) Matará a espada a
tus hijas que están en el campo, y pondrá contra ti torres de sitio, y
levantará contra ti baluarte, y escudo afirmará contra ti.
(Ez 26:9) Y pondrá contra ti
arietes, contra tus muros, y tus torres destruirá con hachas.
(Ez 26:10) Por la multitud de sus caballos te cubrirá el polvo de ellos; con el estruendo de su caballería
y de las ruedas y de los carros, temblarán tus muros, cuando entre por tus
puertas como por portillos de ciudad destruida.
(Ez 26:11) Con los cascos de sus caballos hollará todas tus calles; a tu pueblo matará a filo de
espada, y tus fuertes columnas caerán a tierra.
(Ez 26:12) Y robarán tus
riquezas y saquearán tus mercaderías; arruinarán tus muros, y tus casas
preciosas destruirán; y pondrán tus piedras y tu madera y tu polvo en medio de
las aguas.
(Ez 26:13) Y haré cesar el
estrépito de tus canciones, y no se oirá más el son de tus cítaras.
(Ez 26:14) Y te pondré como una
peña lisa; tendedero de redes serás, y nunca más serás edificada; porque yo
Jehová he hablado, dice Jehová el Señor.
(Ez 26:15) Así ha dicho Jehová el Señor a Tiro: ¿No se
estremecerán las costas al estruendo de tu
caída, cuando griten los heridos, cuando se haga la matanza en medio de ti?
(Ez 26:16) Entonces todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, y se quitarán sus mantos, y desnudarán sus ropas bordadas; de espanto se vestirán, se sentarán
sobre la tierra, y temblarán a cada momento, y estarán atónitos sobre ti.
(Ez 26:17) Y levantarán sobre
ti endechas, y te dirán: ¿Cómo pereciste tú, poblada por gente de mar, ciudad
que era alabada, que era fuerte en el mar, ella y sus habitantes, que infundían
terror a todos los que la rodeaban?
(Ez 26:18) Ahora se estremecerán
las islas en el día de tu caída; sí, las islas que están en el mar se
espantarán a causa de tu fin.
(Ez 26:19) Porque así ha dicho Jehová el Señor: Yo te
convertiré en ciudad asolada, como las ciudades que no se habitan; haré subir
sobre ti el abismo [profundidad], y las muchas aguas te cubrirán.
(Ez 26:20) Y te haré descender
con los que descienden al sepulcro, con los pueblos de otros siglos, y te
pondré en las profundidades de la tierra, como los desiertos antiguos, con los
que descienden al sepulcro, para que nunca más seas poblada; y daré gloria en
la tierra de los vivientes.
(Ez 26:21) Te convertiré en
espanto, y dejarás de ser; serás buscada, y nunca más serás hallada, dice
Jehová el Señor.
(Ez 27:1) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 27:2) Tú, hijo de hombre,
levanta endechas sobre Tiro.
(Ez 27:3) Dirás a Tiro, que está asentada a las orillas del
mar, la que trafica con los pueblos de muchas costas: Así ha dicho Jehová el Señor: Tiro, tú has dicho: Yo soy de
perfecta hermosura.
(Ez 27:4) En el corazón
de los mares están tus confines; los que te edificaron completaron tu belleza.
(Ez 27:5) De hayas del monte Senir te
fabricaron todo el maderaje; tomaron cedros del Líbano para hacerte el mástil.
(Ez 27:6) De encinas de Basán hicieron tus remos; tus bancos de pino de las costas de Quitim, incrustados
de marfil.
(Ez 27:7) De lino fino bordado de Egipto era tu cortina, para que te sirviese de vela; de azul y
púrpura de las costas de Elisa era tu pabellón.
(Ez 27:8) Los habitantes [moradores,
residentes] de Sidón y de Arvad fueron
tus remeros; tus sabios, oh Tiro, estaban en ti; ellos fueron tus pilotos.
(Ez 27:9) Los ancianos de Gebal y sus más hábiles obreros
calafateaban tus junturas; todas las naves del
mar y los remeros de ellas fueron a ti para negociar, para participar de tus
negocios.
(Ez 27:10) Persas y los de Lud y Fut fueron en tu ejército tus hombres de guerra; escudos y
yelmos colgaron en ti; ellos te dieron tu esplendor.
(Ez 27:11) Y los hijos de Arvad con tu ejército estuvieron
sobre tus muros alrededor, y los gamadeos en tus
torres; sus escudos colgaron sobre tus muros alrededor; ellos completaron tu
hermosura.
(Ez 27:12) Tarsis comerciaba contigo por la abundancia de
todas tus riquezas; con plata, hierro, estaño y plomo comerciaba en tus ferias.
(Ez 27:13) Javán, Tubal y Mesec
comerciaban también contigo; con hombres y con utensilios de bronce comerciaban
en tus ferias.
(Ez 27:14) Los de la casa de Togarma, con caballos y corceles
de guerra y mulos, comerciaban en tu mercado.
(Ez 27:15) Los hijos de Dedán traficaban contigo; muchas costas tomaban mercadería de tu mano;
colmillos de marfil y ébano te dieron por sus pagos.
(Ez 27:16) Edom traficaba contigo por la multitud de tus
productos; con perlas, púrpura, vestidos bordados, linos finos, corales y
rubíes venía a tus ferias.
(Ez 27:17) Judá y la tierra de Israel
comerciaban contigo; con trigos de Minit y Panag, miel, aceite y resina
negociaban en tus mercados.
(Ez 27:18) Damasco comerciaba contigo por tus muchos
productos, por la abundancia de toda riqueza; con vino de Helbón y lana blanca
negociaban.
(Ez 27:19) Asimismo Dan y el errante Javán vinieron a tus ferias, para negociar en tu mercado con hierro
labrado, mirra destilada y caña aromática.
(Ez 27:20) Dedán comerciaba contigo en paños preciosos para carros.
(Ez 27:21) Arabia y todos los príncipes de Cedar traficaban contigo en corderos y carneros y machos
cabríos; en estas cosas fueron tus mercaderes.
(Ez 27:22) Los mercaderes de Sabá y de Raama fueron también
tus mercaderes; con lo principal de toda
especiería, y toda piedra preciosa, y oro, vinieron a tus ferias.
(Ez 27:23) Harán, Cane, Edén, y los mercaderes de Sabá, de
Asiria y de Quilmad, contrataban contigo.
(Ez 27:24) Estos mercaderes
tuyos negociaban contigo en varias cosas; en mantos de azul y bordados, y en
cajas de ropas preciosas, enlazadas con cordones, y en madera de cedro.
(Ez 27:25) Las naves de Tarsis eran como tus caravanas que
traían tus mercancías; así llegaste a ser opulenta, te multiplicaste en gran
manera en medio de los mares.
(Ez 27:26) En muchas aguas te
engolfaron tus remeros; viento solano te quebrantó en medio de los mares.
(Ez 27:27) Tus riquezas, tus mercaderías, tu tráfico, tus
remeros, tus pilotos, tus calafateadores y los agentes de tus negocios, y todos
tus hombres de guerra que hay en ti, con toda tu compañía que en medio de ti se
halla, caerán en medio de los mares el día de tu
caída.
(Ez 27:28) Al estrépito de las voces de tus marineros temblarán las costas.
(Ez 27:29) Descenderán de sus
naves todos los que toman remo; remeros y todos los pilotos del mar se quedarán
en tierra,
(Ez 27:30) y harán oír su voz
sobre ti, y gritarán amargamente, y echarán polvo sobre sus cabezas, y se
revolcarán en ceniza.
(Ez 27:31) Se raerán por ti los
cabellos, se ceñirán de cilicio, y endecharán por ti endechas amargas, con
amargura del alma.
(Ez 27:32) Y levantarán sobre
ti endechas en sus lamentaciones, y endecharán sobre ti, diciendo: ¿Quién como
Tiro, como la destruida en medio del mar?
(Ez 27:33) Cuando tus mercaderías salían de las naves,
saciabas a muchos pueblos; a los reyes de la
tierra enriqueciste con la multitud de tus riquezas y de tu comercio.
(Ez 27:34) En el tiempo
en que seas quebrantada por los mares en lo profundo de las aguas, tu comercio
y toda tu compañía caerán en medio de ti.
(Ez 27:35) Todos los habitantes [moradores,
residentes] de las costas se maravillarán
sobre ti, y sus reyes temblarán de espanto; demudarán sus rostros.
(Ez 27:36) Los mercaderes en los pueblos silbarán contra ti; vendrás a ser espanto, y para siempre
dejarás de ser.
(Ez 28:1) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 28:2) Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha
dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció
tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios,
en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no
Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios;
(Ez 28:3) he aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay
secreto que te sea oculto.
(Ez 28:4) Con tu sabiduría
y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros.
(Ez 28:5) Con la grandeza de tu sabiduría
en tus contrataciones has multiplicado tus
riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón.
(Ez 28:6) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto
pusiste tu corazón
como corazón de Dios,
(Ez 28:7) por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extranjeros,
los fuertes de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura
de tu sabiduría, y mancharán tu esplendor.
(Ez 28:8) Al sepulcro te harán descender, y morirás con la muerte de los que mueren en medio de los
mares.
(Ez 28:9) ¿Hablarás delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? Tú, hombre eres, y no Dios, en la
mano de tu matador.
(Ez 28:10) De muerte de incircuncisos morirás por mano de extranjeros; porque yo he hablado, dice
Jehová el Señor.
(Ez 28:11) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 28:12) Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de
Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú
eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría,
y acabado de hermosura.
(Ez 28:13) En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de
cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo,
esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados
para ti en el día de tu creación.
(Ez 28:14) Tú, querubín grande,
protector, yo te puse en el santo monte
de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.
(Ez 28:15) Perfecto eras en
todos tus caminos desde el día que fuiste creado,
hasta que se halló en ti maldad.
(Ez 28:16) A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste
lleno de iniquidad [vergüenza, afrenta, deshonor, (gran maldad e injusticia)],
y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.
(Ez 28:17) Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste
tu sabiduría a causa de tu esplendor;
yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que vean en ti.
(Ez 28:18) Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad [gran maldad e injusticia]
de tus contrataciones profanaste tu santuario;
yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en
ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.
(Ez 28:19) Todos los que te conocieron de entre los pueblos se
maravillarán sobre ti; espanto serás, y para
siempre dejarás de ser.
Profecía contra Sidón
(Ez 28:20) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 28:21) Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Sidón, y
profetiza contra ella,
(Ez 28:22) y dirás: Así ha dicho
Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Sidón, y en medio de ti seré
glorificado; y sabrán que yo soy Jehová, cuando haga en ella juicios, y en ella
me santifique.
(Ez 28:23) Enviaré a ella
pestilencia y sangre en sus calles, y
caerán muertos en medio de ella, con espada contra ella por todos lados; y
sabrán que yo soy Jehová.
(Ez 28:24) Y nunca más será a
la casa de Israel espina desgarradora, ni aguijón que le dé dolor, en medio de
cuantos la rodean y la desprecian; y sabrán que yo soy Jehová.
(Ez 28:25) Así ha dicho Jehová el Señor: Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos entre los cuales
está esparcida, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de las naciones,
y habitarán en su tierra, la cual di a mi esclavo [siervo, sirviente] Jacob.
(Ez 28:26) Y habitarán en ella
seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y vivirán confiadamente, cuando
yo haga juicios en todos los que los despojan en sus alrededores; y sabrán que
yo soy Jehová su Dios.
Profecías contra Egipto
(Ez 29:1) En el año décimo, en el mes
décimo, a los doce días del mes, vino a mí
palabra de Jehová, diciendo:
(Ez 29:2) Hijo de hombre, pon tu rostro contra Faraón rey de
Egipto, y profetiza contra él y contra todo
Egipto.
(Ez 29:3) Habla, y di: Así ha
dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, Faraón rey de Egipto, el
gran dragón que yace en medio de sus
ríos, el cual dijo: Mío es el Nilo, pues yo lo hice.
(Ez 29:4) Yo, pues, pondré garfios en tus quijadas, y pegaré
los peces de tus ríos a tus escamas, y te sacaré de en medio de tus ríos, y
todos los peces de tus ríos saldrán pegados a tus escamas.
(Ez 29:5) Y te dejaré en el
desierto a ti y a todos los peces de tus ríos; sobre la superficie [faz] del campo caerás; no serás recogido, ni serás juntado; a las fieras de la tierra y a
las aves del cielo te he dado por comida.
(Ez 29:6) Y sabrán todos los
habitantes [moradores, residentes]
de Egipto que yo soy Jehová, por cuanto fueron
báculo de caña a la casa de Israel.
(Ez 29:7) Cuando te tomaron con la mano, te quebraste, y les
rompiste todo el hombro; y cuando se apoyaron en ti,
te quebraste, y les rompiste sus lomos enteramente.
(Ez 29:8) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí
que yo traigo contra ti espada, y cortaré de ti
hombres y bestias.
(Ez 29:9) Y la tierra de Egipto será
asolada y desierta, y sabrán que yo soy Jehová; por cuanto dijo: El Nilo es
mío, y yo lo hice.
(Ez 29:10) Por tanto, he aquí yo estoy contra ti, y contra tus
ríos; y pondré la tierra de Egipto en
devastación [ruina, asolamiento],
en la soledad del desierto, desde Migdol hasta Sevene, hasta el límite de
Etiopía.
(Ez 29:11) No pasará por ella
pie de hombre, ni pie de animal pasará por ella, ni será habitada, por cuarenta
años.
(Ez 29:12) Y pondré a la tierra
de Egipto en soledad entre las tierras asoladas, y sus ciudades entre las
ciudades destruidas estarán desoladas por cuarenta años; y
esparciré a Egipto entre las naciones, y lo dispersaré por las tierras.
(Ez 29:13) Porque así ha dicho Jehová el Señor: Al fin de
cuarenta años recogeré a
Egipto de entre los pueblos entre los cuales fueren esparcidos;
(Ez 29:14) y volveré a traer los cautivos de Egipto, y los
llevaré a la tierra de Patros, a la tierra de su origen; y allí serán un reino despreciable.
(Ez 29:15) En comparación con los otros reinos será humilde; nunca más se alzará sobre las naciones;
porque yo los disminuiré, para que no vuelvan a tener dominio sobre las
naciones.
(Ez 29:16) Y no será ya más
para la casa de Israel apoyo de confianza, que les haga recordar el pecado de
mirar detrás de ellos; y sabrán que yo soy Jehová el Señor.
(Ez 29:17) Sucedió en el año
veintisiete en el mes primero,
el día primero del mes, que vino
a mí palabra de Jehová, diciendo:
(Ez 29:18) Hijo de hombre, Nabucodonosor rey de Babilonia hizo
a su ejército prestar un arduo servicio contra
Tiro. Toda cabeza ha quedado calva, y toda espalda desollada; y ni para él ni
para su ejército hubo paga de Tiro, por el servicio que prestó contra ella.
(Ez 29:19) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor; He aquí
que yo doy a Nabucodonosor, rey de Babilonia, la tierra de Egipto; y él tomará sus riquezas, y recogerá sus despojos, y arrebatará
botín, y habrá paga para su ejército.
(Ez 29:20) Por su trabajo con que sirvió contra ella le he dado la tierra de Egipto; porque
trabajaron para mí, dice Jehová el Señor.
(Ez 29:21) En aquel tiempo
haré retoñar el poder de la casa de Israel. Y «abriré
tu boca»* en medio de ellos, y sabrán que yo soy Jehová.
(Ez 30:1) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 30:2) Hijo de hombre, profetiza,
y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Lamenten: ¡Ay de aquel día!
(Ez 30:3) Porque cerca está el día, cerca está el día de
Jehová; día de nublado, día de castigo
de las naciones será.
(Ez 30:4) Y vendrá espada a Egipto, y habrá miedo en Etiopía, cuando caigan heridos en Egipto; y
tomarán sus riquezas, y serán destruidos sus fundamentos.
(Ez 30:5) Etiopía, Fut, Lud, toda Arabia, Libia, y los hijos
de las tierras aliadas, caerán con ellos a filo
de espada.
(Ez 30:6) Así ha dicho Jehová:
También caerán los que sostienen a Egipto, y la altivez de su poderío caerá;
desde Migdol hasta Sevene caerán en él a filo de espada, dice Jehová el Señor.
(Ez 30:7) Y serán asolados entre las tierras asoladas, y sus
ciudades serán entre las ciudades desiertas.
(Ez 30:8) Y sabrán que yo soy
Jehová, cuando ponga fuego a Egipto, y sean quebrantados [despedazados]
todos sus ayudadores.
(Ez 30:9) En aquel tiempo
saldrán mensajeros de delante de mí en naves,
para espantar a Etiopía la confiada, y tendrán espanto como en el día de
Egipto; porque he aquí viene.
(Ez 30:10) Así ha dicho Jehová el Señor: Destruiré las riquezas de Egipto por mano de Nabucodonosor rey
de Babilonia.
(Ez 30:11) El, y con él su
pueblo, los más fuertes de las naciones, serán traídos para destruir la tierra;
y desenvainarán sus espadas sobre Egipto, y llenarán de muertos la tierra.
(Ez 30:12) Y secaré los ríos, y
entregaré la tierra en manos de malos, y por mano de extranjeros destruiré la
tierra y cuanto en ella hay. Yo Jehová he hablado.
(Ez 30:13) Así ha dicho Jehová el Señor: Destruiré también las imágenes, y destruiré los ídolos de
Menfis; y no habrá más príncipe de la tierra de Egipto, y en la tierra de
Egipto pondré temor.
(Ez 30:14) Asolaré a Patros, y
pondré fuego a Zoán, y haré juicios en Tebas.
(Ez 30:15) Y derramaré mi ira
sobre Sin, fortaleza de Egipto, y
exterminaré a la multitud de Tebas.
(Ez 30:16) Y pondré fuego a
Egipto; Sin tendrá gran dolor, y Tebas será destrozada, y Menfis «tendrá continuas angustias.»*
(Ez 30:17) Los jóvenes de Avén y de Pibeset caerán a filo de
espada, y las mujeres irán en cautiverio.
(Ez 30:18) Y en Tafnes se oscurecerá
el día, cuando quebrante yo allí el poder de Egipto, y cesará en ella la
soberbia de su poderío; tiniebla la cubrirá, y los habitantes [moradores, residentes] de sus aldeas irán en
cautiverio.
(Ez 30:19) Haré, pues, juicios
en Egipto, y sabrán que yo soy Jehová.
(Ez 30:20) Sucedió en el año undécimo, en el mes
primero, a los siete días del mes, que vino a mí palabra de Jehová,
diciendo:
(Ez 30:21) Hijo de hombre, he quebrado
el brazo de Faraón rey de Egipto; y he aquí que no ha sido vendado poniéndole
medicinas, ni poniéndole faja para ligarlo, a fin de fortalecerlo para que
pueda sostener la espada.
(Ez 30:22) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Heme aquí
contra Faraón rey de Egipto, y quebraré sus
brazos, el fuerte y el fracturado, y haré que la espada se le caiga de la mano.
(Ez 30:23) Y esparciré a los egipcios entre las naciones, y
los dispersaré por las tierras.
(Ez 30:24) Y fortaleceré los
brazos del rey de Babilonia, y pondré mi espada en su mano; mas quebraré los
brazos de Faraón, y delante de aquél gemirá con gemidos de herido de muerte.
(Ez 30:25) Fortaleceré, pues,
los brazos del rey de Babilonia, y los brazos de Faraón caerán; y sabrán que yo
soy Jehová, cuando yo ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia, y él la
extienda contra la tierra de Egipto.
(Ez 30:26) Y esparciré a los egipcios entre las naciones, y
los dispersaré por las tierras; y sabrán que yo
soy Jehová.
(Ez 31:1) Sucedió en el año undécimo, en el mes
tercero, el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová,
diciendo:
(Ez 31:2) Hijo de hombre, di a
Faraón rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te comparaste en tu grandeza?
(Ez 31:3) He aquí era el asirio cedro en el Líbano, de
hermosas ramas, de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas.
(Ez 31:4) Las aguas lo
hicieron crecer, lo encumbró el abismo [profundidad]; sus ríos corrían alrededor de
su pie, y a todos los árboles del campo enviaba sus corrientes.
(Ez 31:5) Por tanto, se encumbró
su altura sobre todos los árboles del campo, y se multiplicaron sus ramas, y a
causa de las muchas aguas se alargó su ramaje que había echado.
(Ez 31:6) En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, y debajo de su ramaje
parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban muchas naciones.
(Ez 31:7) Se hizo, pues, hermoso en su grandeza con la
extensión de sus ramas; porque su raíz estaba
junto a muchas aguas.
(Ez 31:8) Los cedros no lo
cubrieron en el huerto de Dios; las hayas no fueron semejantes a sus ramas, ni
los castaños fueron semejantes a su ramaje; ningún árbol en el huerto de Dios
fue semejante a él en su hermosura.
(Ez 31:9) Lo hice hermoso con
la multitud de sus ramas; y todos los árboles del Edén, que estaban en el
huerto de Dios, tuvieron de él envidia.
(Ez 31:10) Por tanto, así dijo Jehová el Señor: Ya que por ser
encumbrado en altura, y haber levantado su
cumbre entre densas ramas, su corazón
se elevó con su altura,
(Ez 31:11) yo lo entregaré en
manos del poderoso de las naciones, que de cierto le tratará según su maldad.
Yo lo he desechado.
(Ez 31:12) Y lo destruirán extranjeros, los poderosos de las
naciones, y lo derribarán; sus ramas caerán
sobre los montes y por todos los valles, y por todos los arroyos de la tierra
será quebrado su ramaje; y se irán de su sombra todos los pueblos de la tierra,
y lo dejarán.
(Ez 31:13) Sobre su ruina habitarán
todas las aves del cielo, y sobre sus ramas estarán todas las bestias del
campo,
(Ez 31:14) para que no se exalten
en su altura todos los árboles que crecen junto a las aguas, ni levanten su
copa entre la espesura, ni confíen en su altura todos los que beben aguas;
porque todos están destinados a muerte, a lo profundo de la tierra, entre los
hijos de los hombres, con los que descienden a la fosa.
(Ez 31:15) Así ha dicho Jehová el Señor: El día que descendió al Seol, hice
hacer luto, hice cubrir por él el abismo [profundidad], y detuve sus ríos, y las muchas
aguas fueron detenidas; al Líbano cubrí de
tinieblas por él, y todos los árboles del campo se desmayaron.
(Ez 31:16) Del estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando las hice descender al Seol con todos los que descienden a la
sepultura; y todos los árboles escogidos del Edén, y los mejores del Líbano,
todos los que beben aguas, fueron consolados en lo profundo de la tierra.
(Ez 31:17) También ellos
descendieron con él al Seol, con los
muertos a espada, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en
medio de las naciones.
(Ez 31:18) ¿A quién te has comparado
así en gloria y en grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás
con los árboles del Edén en lo profundo de la tierra; entre los incircuncisos
yacerás, con los muertos a espada. Este es Faraón y todo su pueblo, dice Jehová
el Señor.
(Ez 32:1) Sucedió en el año duodécimo, en el mes duodécimo, el día primero del mes,
que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
(Ez 32:2) Hijo de hombre, levanta endechas sobre Faraón rey
de Egipto, y dile: A leoncillo de naciones eres semejante, y eres como el dragón
en los mares; pues secabas tus ríos, y enturbiabas las aguas con tus pies, y
hollabas sus riberas.
(Ez 32:3) Así ha dicho Jehová el Señor: Yo extenderé sobre ti mi red con reunión de muchos pueblos, y te
harán subir con mi red.
(Ez 32:4) Y te dejaré en
tierra, te echaré sobre la superficie [faz]
del campo, y haré posar sobre ti todas las aves
del cielo, y saciaré de ti a las fieras de toda la tierra.
(Ez 32:5) Pondré tus carnes
sobre los montes, y llenaré los valles de tus cadáveres.
(Ez 32:6) Y regaré de tu sangre la tierra donde nadas, hasta los
montes; y los arroyos se llenarán de ti.
(Ez 32:7) Y cuando te haya extinguido, cubriré los cielos, y
haré entenebrecer sus estrellas;
el sol cubriré con nublado, y la luna no hará resplandecer su luz.
(Ez 32:8) Haré entenebrecer
todos los astros brillantes del cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu
tierra, dice Jehová el Señor.
(Ez 32:9) Y entristeceré el corazón de muchos pueblos, cuando lleve al
cautiverio a los tuyos entre las naciones, por las tierras que no conociste.
(Ez 32:10) Y dejaré atónitos
por ti a muchos pueblos, y sus reyes tendrán horror grande a causa de ti,
cuando haga resplandecer mi espada delante de sus rostros; y todos se
sobresaltarán en sus ánimos a cada momento en el día de tu caída.
(Ez 32:11) Porque así ha dicho Jehová el Señor: La espada del
rey de Babilonia vendrá sobre ti.
(Ez 32:12) Con espadas de fuertes haré caer tu pueblo; todos ellos serán los poderosos de las
naciones; y destruirán la soberbia de Egipto, y toda su multitud será deshecha.
(Ez 32:13) Todas sus bestias destruiré
de sobre las muchas aguas; ni más las enturbiará pie de hombre, ni pezuña de
bestia las enturbiará.
(Ez 32:14) Entonces haré asentarse
sus aguas, y haré correr sus ríos como aceite, dice Jehová el Señor.
(Ez 32:15) Cuando asuele la
tierra de Egipto, y la tierra quede despojada de todo cuanto en ella hay,
cuando mate a todos los que en ella habitan [moran,
residen], sabrán que yo soy Jehová.
(Ez 32:16) Esta es la endecha, y la
cantarán; las hijas de las naciones la cantarán; endecharán sobre Egipto y
sobre toda su multitud, dice Jehová el Señor.
(Ez 32:17) Sucedió en el año
duodécimo, a los quince días del mes,
que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
(Ez 32:18) Hijo de hombre, endecha
sobre la multitud de Egipto, y despéñalo a él, y a las hijas de las naciones
poderosas, a lo profundo de la tierra, con los que descienden a la sepultura.
(Ez 32:19) Porque eres tan hermoso, desciende, y yace con los incircuncisos.
(Ez 32:20) Entre los muertos a espada caerá; a la espada es entregado; tráiganlo a él y a todos
sus pueblos.
(Ez 32:21) De en medio del Seol
hablarán a él los fuertes de los fuertes, con los que le ayudaron, que
descendieron y yacen con los incircuncisos
muertos a espada.
(Ez 32:22) Allí está Asiria con toda su multitud; en derredor
de él están sus sepulcros; todos ellos cayeron muertos a espada.
(Ez 32:23) Sus sepulcros fueron puestos a los lados de la
fosa, y su gente está por los alrededores de su
sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales sembraron el terror
en la tierra de los vivientes.
(Ez 32:24) Allí Elam, y toda su multitud por los alrededores
de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales descendieron incircuncisos a lo más profundo de la tierra, porque
sembraron su terror en la tierra de los vivientes,
mas llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro.
(Ez 32:25) En medio de los muertos le pusieron lecho con toda
su multitud; a sus alrededores están sus sepulcros; todos ellos incircuncisos,
muertos a espada, porque fue puesto su espanto
en la tierra de los vivientes, mas
llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro; él fue puesto en
medio de los muertos.
(Ez 32:26) Allí Mesec y Tubal, y toda su multitud; sus
sepulcros en sus alrededores; todos ellos incircuncisos, muertos a espada,
porque habían sembrado su terror en la tierra de los vivientes.
(Ez 32:27) Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos
que cayeron, los cuales descendieron al Seol con sus armas de guerra, y sus espadas
puestas debajo de sus cabezas; mas sus pecados estarán sobre sus huesos, por cuanto fueron terror de fuertes
en la tierra de los vivientes.
(Ez 32:28) Tú, pues, serás quebrantado [despedazado]
entre los incircuncisos, y yacerás con los muertos a espada.
(Ez 32:29) Allí Edom, sus reyes y todos sus príncipes, los
cuales con su poderío fueron puestos con los
muertos a espada; ellos yacerán con los incircuncisos, y con los que descienden
al sepulcro.
(Ez 32:30) Allí los príncipes del norte, todos ellos, y todos
los sidonios, que con su terror descendieron con
los muertos, avergonzados de su poderío, yacen también incircuncisos con los
muertos a espada, y comparten su confusión con los que descienden al sepulcro.
(Ez 32:31) A éstos verá Faraón,
y se consolará sobre toda su multitud; Faraón muerto a espada, y todo su
ejército, dice Jehová el Señor.
(Ez 32:32) Porque puse mi
terror en la tierra de los vivientes,
también Faraón y toda su multitud yacerán entre los incircuncisos con los
muertos a espada, dice Jehová el Señor.
El deber de atalaya
(Ez 3:16-21)
(Ez 33:1) Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo:
(Ez 33:2) Hijo de hombre, habla
a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y
el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por
atalaya,
(Ez 33:3) y él viere venir la
espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo,
(Ez 33:4) cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no
se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su
sangre será sobre su cabeza.
(Ez 33:5) El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre
será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida.
(Ez 33:6) Pero si el atalaya viere
venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y
viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su
pecado, pero demandaré su sangre de
mano del atalaya.
(Ez 33:7) A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la
palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.
(Ez 33:8) Cuando yo dijere al impío [irreverente y sin ley]: Impío [irreverente y sin ley], de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío [irreverente y sin ley] de su camino, el impío [irreverente
y sin ley] morirá por su pecado, pero
su sangre yo la demandaré de tu mano.
(Ez 33:9) Y si tú avisares al
impío [irreverente y sin ley]
de su camino para que se aparte de él, y él no
se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida.
El camino de Dios es justo
(Ez 18:21-32)
(Ez 33:10) Tú, pues, hijo de
hombre, di a la casa de Israel: Ustedes han hablado así, diciendo: Nuestras
rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos
consumidos; ¿cómo, pues, viviremos?
(Ez 33:11) Diles: Vivo yo, dice
Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío [irreverente y sin ley], sino que se vuelva el
impío [irreverente y sin ley] de su
camino, y que viva. Vuelvan, vuelvan de sus [de
ustedes] malos caminos; ¿por qué morirán,
oh casa de Israel?
(Ez 33:12) Y tú, hijo de
hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo librará el día
que se rebelare; y la impiedad del impío [irreverente
y sin ley] no le será estorbo el día
que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el
día que pecare.
(Ez 33:13) Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad [gran maldad e
injusticia], todas sus justicias no
serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad [gran maldad e injusticia] que
hizo.
(Ez 33:14) Y cuando yo dijere al impío [irreverente y sin ley]: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el
derecho y la justicia,
(Ez 33:15) si el impío [irreverente
y sin ley] restituyere la prenda,
devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no
haciendo iniquidad [gran maldad e injusticia], vivirá ciertamente y no morirá.
(Ez 33:16) No se le recordará
ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia;
vivirá ciertamente.
(Ez 33:17) Luego dirán los
hijos de tu pueblo: No es recto el camino del Señor; el camino de ellos es el
que no es recto.
(Ez 33:18) Cuando el justo se apartare de su justicia, e
hiciere iniquidad [gran maldad e injusticia], morirá por ello.
(Ez 33:19) Y cuando el impío [irreverente
y sin ley] se apartare de su
impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello.
(Ez 33:20) Y dijeron: No es
recto el camino del Señor. Yo les juzgaré, oh casa de Israel, a «cada uno»*
conforme a sus caminos.
Nuevas de la caída de Jerusalén
(Ez 33:21) Sucedió en el año duodécimo
de nuestro cautiverio, en el mes décimo,
a los cinco días del mes, que vino a mí un fugitivo de Jerusalén,
diciendo: La ciudad ha sido conquistada.
(Ez 33:22) Y la mano de Jehová había sido sobre mí la tarde antes de llegar el fugitivo, y
había abierto mi boca, hasta que vino a mí por la mañana; y abrió mi boca, y ya
no más estuve callado.
(Ez 33:23) Y vino a mí palabra
de Jehová, diciendo:
(Ez 33:24) Hijo de hombre, los que habitan aquellos lugares
asolados en la tierra de Israel hablan diciendo: Abraham era uno, y poseyó la tierra; pues nosotros somos muchos;
a nosotros nos es dada la tierra en posesión.
(Ez 33:25) Por tanto, diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿Comerán con sangre, y a sus [de
ustedes] ídolos alzaran sus [de ustedes] ojos, y derramaran sangre, y
poseerán ustedes la tierra?
(Ez 33:26) Estuvieron sobre sus
[de ustedes] espadas, hicieron abominación [cosa
repugnante], y contaminaron «cada cual»* a
la mujer de su prójimo; ¿y habrán de poseer la
tierra?
(Ez 33:27) Les dirás así: Así
ha dicho Jehová el Señor: Vivo yo, que los que están en aquellos lugares
asolados caerán a espada, y al que está sobre la superficie [faz] del campo entregaré a las fieras para que lo devoren; y los que están en
las fortalezas y en las cuevas, de
pestilencia morirán.
(Ez 33:28) Y convertiré la
tierra en desierto y en soledad, y cesará la soberbia de su poderío; y los
montes de Israel serán asolados hasta que no haya quien pase.
(Ez 33:29) Y sabrán que yo soy
Jehová, cuando convierta la tierra en soledad y desierto, por todas las
abominaciones que han hecho.
(Ez 33:30) Y tú, hijo de
hombre, los hijos de tu pueblo se burlan [mofan]
de ti junto a las paredes y a las puertas de las
casas, y habla el uno con el otro, «cada
uno»* con su hermano, diciendo: Vengan
ahora, y oigan qué palabra viene de Jehová.
(Ez 33:31) Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán
delante de ti como pueblo mío, y oirán tus
palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda detrás de su avaricia.
(Ez 33:32) Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de
amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán
tus palabras, pero no las pondrán por obra.
(Ez 33:33) Pero cuando ello viniere (y viene ya), sabrán que hubo profeta
entre ellos.