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RVI: EXODO 12 - 21

Referencias para la lectura:

-       Texto actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Texto entre comillas y asterisco «expresión»* refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
-       Subtitulado tradicional actualizado

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

La Pascua
(Ex 12:1) Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo:

(Ex 12:2) Este mes les será principio de los meses; para ustedes será éste el primero en los meses del año.

(Ex 12:3) Hablen a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia.

(Ex 12:4) Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; «conforme al»* comer de «cada hombre,»* harán la cuenta sobre el cordero.

(Ex 12:5) El animal será sin defecto, macho «de un»* año; lo tomaran de las ovejas o de las cabras.

(Ex 12:6) Y «lo guardaran»* hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes.

(Ex 12:7) Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer.

(Ex 12:8) Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán.

(Ex 12:9) Ninguna cosa comerán de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas.

(Ex 12:10) Ninguna cosa dejaran de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaran en el fuego.

(Ex 12:11) Y lo comerán así: ceñidos sus [de ustedes] lomos, su [de ustedes] calzado en sus [de ustedes] pies, y su [de ustedes] bordón en su [de ustedes] mano; y lo comerán apresuradamente; es la Pascua de Jehová.

(Ex 12:12) Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová.

(Ex 12:13) Y la sangre les será por señal en las casas donde ustedes estén; y veré la sangre y pasaré de ustedes, y no habrá en ustedes plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.

(Ex 12:14) Y este día les será en memoria, y lo celebraran como fiesta solemne para Jehová durante sus [de ustedes] generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraran.

(Ex 12:15) Siete días comerán panes sin levadura; y así el primer día harán que no haya levadura en sus [de ustedes] casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel.

(Ex 12:16) El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendrán una santa convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que preparan lo que «cada cual»* haya de comer.

(Ex 12:17) Y guardaran la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué sus [de ustedes] huestes de la tierra de Egipto; por tanto, cumplirán [guardaran, conservaran] este mandamiento en sus [de ustedes] generaciones por costumbre perpetua.

(Ex 12:18) En el mes primero comerán los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde.

(Ex 12:19) Por siete días no se hallará levadura en sus [de ustedes] casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel.

(Ex 12:20) Ninguna cosa leudada comerán; en todas sus [de ustedes] habitaciones comerán panes sin levadura.

(Ex 12:21) Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Saquen y tómense corderos por sus [de ustedes] familias, y sacrifiquen la pascua.

(Ex 12:22) Y tomen un manojo de hisopo, y mójenlo en la sangre que estará en un lebrillo, y unten el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y «ninguno»* de ustedes salga de las puertas de su casa hasta la mañana.

(Ex 12:23) Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en sus [de ustedes] casas para herir.

(Ex 12:24) Cumplirán [guardaran, conservaran] esto por estatuto para ustedes y para sus [de ustedes] hijos para siempre.

(Ex 12:25) Y cuando entran en la tierra que Jehová les dará, como prometió, guardaran este rito.

(Ex 12:26) Y cuando les dijeren sus [de ustedes] hijos: ¿Qué es este rito suyo [de ustedes]?,

(Ex 12:27) ustedes responderán: Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró.

(Ex 12:28) Y los hijos de Israel fueron e hicieron puntualmente así, como Jehová había mandado a Moisés y a Aarón.

Muerte de los primogénitos
(Ex 12:29) Y sucedió que a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales.

(Ex 12:30) Y se levantó aquella noche Faraón, él y todos sus esclavos [siervos, sirvientes], y todos los egipcios; y hubo un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto.

(Ex 12:31) E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: Salgan de en medio de mi pueblo ustedes y los hijos de Israel, y vayan, sirvan a Jehová, como han dicho.

(Ex 12:32) Tomen también sus [de ustedes] ovejas y sus [de ustedes] vacas, como han dicho, y váyanse; y bendíganme también a mí.

(Ex 12:33) Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa a echarlos de la tierra; porque decían: Todos somos muertos.

(Ex 12:34) Y llevó el pueblo su masa antes que se leudase, sus masas envueltas en sus sábanas sobre sus hombros.

(Ex 12:35) E hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de Moisés, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y de oro, y vestidos.

(Ex 12:36) Y Jehová dio gracia al pueblo «delante de»* los egipcios, y les dieron cuanto pedían; así despojaron a los egipcios.

Los israelitas salen de Egipto
(Ex 12:37) Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, «sin contar»* los niños.

(Ex 12:38) También subió con ellos grande multitud de toda clase de gentes, y ovejas, y «muchísimo ganado

(Ex 12:39) Y cocieron tortas sin levadura de la masa que habían sacado de Egipto, pues no había leudado, porque al echarlos fuera los egipcios, no «habían tenido tiempo»* ni para prepararse comida.

(Ex 12:40) El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue cuatrocientos treinta años.

(Ex 12:41) Y «pasados»* los cuatrocientos treinta años, en el mismo día todas las huestes de Jehová salieron de la tierra de Egipto.

(Ex 12:42) Es noche de guardar para Jehová, por haberlos sacado en ella de la tierra de Egipto. Esta noche deben guardarla para Jehová todos los hijos de Israel en sus generaciones.

(Ex 12:43) Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Esta es la ordenanza de la pascua; ningún «extraño»* comerá de ella.

(Ex 12:44) Mas todo esclavo [siervo, sirviente] humano comprado por dinero comerá de ella, después que lo hubieres circuncidado.

(Ex 12:45) El extranjero y el jornalero no comerán de ella.

(Ex 12:46) Se comerá en una casa, y no llevarás de aquella carne fuera de ella, ni quebraran hueso suyo.

(Ex 12:47) Toda la congregación de Israel lo hará.

(Ex 12:48) Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como «uno de»* su [de ustedes] «nación;»* pero ningún incircunciso comerá de ella.

(Ex 12:49) La misma ley será para el natural, y para el extranjero que habitare entre ustedes.

(Ex 12:50) Así lo hicieron todos los hijos de Israel; como mandó Jehová a Moisés y a Aarón, así lo hicieron.

(Ex 12:51) Y en aquel mismo día sacó Jehová a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos.

Consagración de los primogénitos
(Ex 13:1) Jehová habló a Moisés, diciendo:

(Ex 13:2) Conságrame todo primogénito. Cualquiera que abre matriz entre los hijos de Israel, así de los hombres como de los animales, mío es.

(Ex 13:3) Y Moisés dijo al pueblo: Tengan memoria de este día, en el cual han salido de Egipto, de la casa de servidumbre, pues Jehová les ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comerán leudado.

(Ex 13:4) Ustedes salen hoy en el mes de Abib.

(Ex 13:5) Y cuando Jehová te hubiere metido en la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del heveo y del jebuseo, la cual juró a tus padres que te daría, tierra que destila leche y miel, harás esta celebración en este mes.

(Ex 13:6) Siete días comerás pan sin leudar, y el séptimo día será fiesta para Jehová.

(Ex 13:7) Por los siete días se comerán los panes sin levadura, y no se verá contigo nada leudado, ni levadura, en todo tu territorio.

(Ex 13:8) Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Jehová hizo conmigo cuando me sacó de Egipto.

(Ex 13:9) Y te será como una señal sobre tu mano, y como un memorial delante de tus ojos, para que la ley de Jehová esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte te sacó Jehová de Egipto.

(Ex 13:10) Por tanto, tú cumplirás [guardarás, conservarás] este rito en su tiempo de «año en año

(Ex 13:11) Y cuando Jehová te haya metido en la tierra del cananeo, como te ha jurado a ti y a tus padres, y cuando te la hubiere dado,

(Ex 13:12) dedicarás a Jehová todo aquel que abriere matriz, y asimismo todo primer nacido de tus animales; los machos serán de Jehová.

(Ex 13:13) Mas todo primogénito de asno redimirás con un cordero; y si no lo redimieres, quebrarás su cerviz. También redimirás al primogénito de tus hijos.

(Ex 13:14) Y cuando mañana te pregunte tu hijo, diciendo: ¿Qué es esto?, le dirás: Jehová nos sacó con mano fuerte de Egipto, de casa de servidumbre;

(Ex 13:15) y endureciéndose Faraón para no dejarnos ir, Jehová hizo morir en la tierra de Egipto a todo primogénito, desde el primogénito humano hasta el primogénito de la bestia; y «por esta causa»* yo sacrifico para Jehová todo primogénito macho, y redimo al primogénito de mis hijos.

(Ex 13:16) Te será, pues, como una señal sobre tu mano, y por un memorial delante de tus ojos, por cuanto Jehová nos sacó de Egipto con mano fuerte.

La columna de nube y de fuego
(Ex 13:17) Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto.

(Ex 13:18) Mas hizo Dios que el pueblo rodease por el camino del desierto del Mar Rojo. Y subieron los hijos de Israel de Egipto armados.

(Ex 13:19) Tomó también consigo Moisés los huesos de José, el cual había juramentado a los hijos de Israel, diciendo: Dios ciertamente les visitará, y harán subir mis huesos de aquí con ustedes.

(Ex 13:20) Y partieron de Sucot y acamparon en Etam, «a la entrada»* del desierto.

(Ex 13:21) Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche.

(Ex 13:22) Nunca se apartó de la presencia [de delante] del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego.

Los israelitas atraviesan el Mar Rojo
(Ex 14:1) Habló Jehová a Moisés, diciendo:

(Ex 14:2) Di a los hijos de Israel que den la vuelta y acampen delante de Pi-hahirot, entre Migdol y el mar «hacia»* Baalzefón; delante de él acamparan junto al mar.

(Ex 14:3) Porque Faraón dirá de los hijos de Israel: Encerrados están en la tierra, el desierto los ha encerrado.

(Ex 14:4) Y yo endureceré el corazón de Faraón para que los siga; y seré glorificado en Faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová. Y ellos lo hicieron así.

(Ex 14:5) Y fue dado aviso al rey de Egipto, que el pueblo huía; y el corazón de Faraón y de sus esclavos [siervos, sirvientes] se volvió contra el pueblo, y dijeron: ¿Cómo hemos hecho esto de haber dejado ir a Israel, «para que no»* nos sirva?

(Ex 14:6) Y amarró [ató, unció] su carro, y tomó consigo su pueblo;

(Ex 14:7) y tomó seiscientos carros escogidos, y todos los carros de Egipto, y los capitanes sobre ellos.

(Ex 14:8) Y endureció Jehová el corazón de Faraón rey de Egipto, y él siguió a los hijos de Israel; pero los hijos de Israel habían salido con mano poderosa.

(Ex 14:9) Siguiéndolos, pues, los egipcios, con «toda la caballería»* y carros de Faraón, «su gente de a caballo,»* y todo su ejército, los alcanzaron acampados junto al mar, al lado de Pi-hahirot, delante de Baalzefón.

(Ex 14:10) Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera, y clamaron a Jehová.

(Ex 14:11) Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto?

(Ex 14:12) ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto.

(Ex 14:13) Y Moisés dijo al pueblo: No teman; estén firmes, y observen la salvación que Jehová hará hoy con ustedes; porque los egipcios que hoy han visto, nunca más para siempre los verán.

(Ex 14:14) Jehová peleará por ustedes, y ustedes estarán tranquilos.

(Ex 14:15) Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen.

(Ex 14:16) Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco.

(Ex 14:17) Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería;

(Ex 14:18) y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su «gente de a caballo.»*

(Ex 14:19) Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba detrás de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso «a sus espaldas, »

(Ex 14:20) e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron «los unos a los otros.»*

(Ex 14:21) Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas.

(Ex 14:22) Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda.

(Ex 14:23) Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y «su gente de a caballo.»*

(Ex 14:24) Sucedió a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios,

(Ex 14:25) y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de la presencia [de delante] de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios.

(Ex 14:26) Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería.

(Ex 14:27) Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y «cuando amanecía,»* el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar.

(Ex 14:28) Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.

(Ex 14:29) Y los hijos de Israel fueron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su izquierda.

(Ex 14:30) Así salvó Jehová aquel día a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar.

(Ex 14:31) Y vio Israel aquel grande «hecho»* que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su esclavo [siervo, sirviente].

Cántico de Moisés y María
(Ex 15:1) Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete.

(Ex 15:2) Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré.

(Ex 15:3) Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre.

(Ex 15:4) Echó en el mar los carros de Faraón y su ejército; Y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo.

(Ex 15:5) Los abismos [profundidades] los cubrieron; Descendieron a las profundidades como piedra.

(Ex 15:6) Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder; Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado [despedazado] al enemigo.

(Ex 15:7) Y con la grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti. Enviaste tu ira; los consumió como a hojarasca.

(Ex 15:8) Al soplo de tu «aliento»* se amontonaron las aguas; Se juntaron las corrientes como en un montón; Los abismos [profundidades] se cuajaron en «medio del»* mar.

(Ex 15:9) El enemigo dijo: Perseguiré, apresaré, repartiré despojos; Mi alma se saciará de ellos; Sacaré mi espada, los destruirá mi mano.

(Ex 15:10) Soplaste con tu viento; los cubrió el mar; Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas.

(Ex 15:11) ¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios?

(Ex 15:12) Extendiste tu diestra; La tierra los tragó.

(Ex 15:13) Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; Lo llevaste con tu poder a tu santa morada.

(Ex 15:14) Lo oirán los pueblos, y temblarán; Se apoderará dolor «de la tierra de»* los filisteos.

(Ex 15:15) Entonces los caudillos de Edom se turbarán [atormentarán, agobiarán, alterarán]; A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor; Se acobardarán todos los habitantes [moradores, residentes] de Canaán.

(Ex 15:16) Caiga sobre ellos temblor y espanto; A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra; Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová, Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.

(Ex 15:17) Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad [posesión territorial], En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová, En el santuario que tus manos, oh Jehová, han afirmado.

(Ex 15:18) Jehová reinará eternamente y para siempre.

(Ex 15:19) Porque Faraón entró cabalgando con sus carros y «su gente de a caballo»* en el mar, y Jehová hizo volver las aguas del mar sobre ellos; mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar.

(Ex 15:20) Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron detrás de ella con panderos y danzas.

(Ex 15:21) Y María les respondía: Canten a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido; Ha echado en el mar al caballo y al jinete.

El agua amarga de Mara
(Ex 15:22) E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua.

(Ex 15:23) Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso «le pusieron el nombre de»* Mara.

(Ex 15:24) Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber?

(Ex 15:25) Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó;

(Ex 15:26) y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y cumplieres [guardares, conservares] todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.

(Ex 15:27) Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.

Dios da el maná
(Ex 16:1) Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto.

(Ex 16:2) Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto;

(Ex 16:3) y les decían los hijos de Israel: «Ojalá»* hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos han sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.

(Ex 16:4) Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo les haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá «diariamente la porción de un día,»* para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.

(Ex 16:5) Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger «cada día.»*

(Ex 16:6) Entonces dijeron Moisés y Aarón a todos los hijos de Israel: En la tarde sabrán que Jehová les ha sacado de la tierra de Egipto,

(Ex 16:7) y a la mañana verán la gloria de Jehová; porque él ha oído sus [de ustedes] murmuraciones contra Jehová; porque nosotros, ¿qué somos, para que ustedes murmuren contra nosotros?

(Ex 16:8) Dijo también Moisés: Jehová les dará en la tarde carne para comer, y en la mañana pan hasta saciarse; porque Jehová ha oído sus [de ustedes] murmuraciones con que han murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué somos? Sus [de ustedes] murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.

(Ex 16:9) Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación de los hijos de Israel: Acérquense a la presencia de Jehová, porque él ha oído sus [de ustedes] murmuraciones.

(Ex 16:10) Y hablando Aarón a toda la congregación de los hijos de Israel, miraron hacia el desierto, y he aquí la gloria de Jehová apareció en la nube.

(Ex 16:11) Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

(Ex 16:12) Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales, diciendo: «Al caer la tarde»* comerán carne, y por la mañana se saciaran de pan, y sabrán que yo soy Jehová su [de ustedes] Dios.

(Ex 16:13) Y venida la tarde, subieron codornices que cubrieron el campamento; y por la mañana «descendió»* rocío en derredor del campamento.

(Ex 16:14) Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la superficie [faz] del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra.

(Ex 16:15) Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron «unos a otros:»* ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová les da para comer.

(Ex 16:16) Esto es lo que Jehová ha mandado: Recojan de él cada uno «según»* lo que pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de sus [de ustedes] personas, tomaran cada uno para los que están en su tienda.

(Ex 16:17) Y los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más, otros menos;

(Ex 16:18) y lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco; «cada uno»* recogió «conforme»* a lo que había de comer.

(Ex 16:19) Y les dijo Moisés: «Ninguno»* deje nada de ello para mañana.

(Ex 16:20) Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que «algunos»* dejaron de ello «para otro día,»* y crió gusanos, y hedió; y se enojó contra ellos Moisés.

(Ex 16:21) Y lo recogían «cada mañana, cada uno según»* lo que había de comer; y luego que el sol calentaba, se derretía.

(Ex 16:22) En el sexto día recogieron doble porción de comida, dos gomeres para cada uno; y todos los príncipes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés.

(Ex 16:23) Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que han de cocer, cósanlo hoy, y lo que han de cocinar, cocínenlo; y todo lo que les sobrare, guárdenlo para mañana.

(Ex 16:24) Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según lo que Moisés había mandado, y no «se agusanó,»* ni hedió.

(Ex 16:25) Y dijo Moisés: Cómanlo hoy, porque hoy es día de reposo para Jehová; hoy no hallaran en el campo.

(Ex 16:26) Seis días lo recogerán; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará.

(Ex 16:27) Y sucedió que «algunos»* del pueblo salieron en el séptimo día a recoger, y no hallaron.

(Ex 16:28) Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo no querrán cumplir [guardar, conservar] mis mandamientos y mis leyes?

(Ex 16:29) Vean que Jehová les dio el día de reposo, y por eso en el sexto día les da pan para dos días. Estén, pues, «cada uno»* en su lugar, y «nadie»* salga de él en el séptimo día.

(Ex 16:30) Así el pueblo reposó el séptimo día.

(Ex 16:31) Y la casa de Israel lo llamó Maná; y era como semilla de culantro, blanco, y su sabor como de hojuelas con miel.

(Ex 16:32) Y dijo Moisés: Esto es lo que Jehová ha mandado: Llenen un gomer de él, «y guárdenlo»* para sus [de ustedes] descendientes, a fin de que vean el pan que yo les di a comer en el desierto, cuando yo les saqué de la tierra de Egipto.

(Ex 16:33) Y dijo Moisés a Aarón: Toma una vasija y pon en ella un gomer de maná, y ponlo delante de Jehová, para que sea guardado para sus [de ustedes] descendientes.

(Ex 16:34) Y Aarón lo puso delante del Testimonio para guardarlo, como Jehová lo mandó a Moisés.

(Ex 16:35) Así comieron los hijos de Israel maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán.

(Ex 16:36) Y un gomer es la décima parte de un efa.

Agua de la roca
(Ex 17:1) Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, «conforme al mandamiento de»* Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese.

(Ex 17:2) Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercan conmigo? ¿Por qué tientan a Jehová?

(Ex 17:3) Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?

(Ex 17:4) Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? «De aquí a un poco»* me apedrearán.

(Ex 17:5) Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y ve.

(Ex 17:6) He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así «en presencia de»* los ancianos de Israel.

(Ex 17:7) Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?

Guerra con Amalec
(Ex 17:8) Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim.

(Ex 17:9) Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.

(Ex 17:10) E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado.

(Ex 17:11) Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.

(Ex 17:12) Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, «el uno de un lado y el otro de otro;»* así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.

(Ex 17:13) Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada.

(Ex 17:14) Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.

(Ex 17:15) Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehovánisi;

(Ex 17:16) y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación.

Jetro visita a Moisés
(Ex 18:1) Oyó Jetro sacerdote de Madián, suegro de Moisés, todas las cosas que Dios había hecho con Moisés, y con Israel su pueblo, y cómo Jehová había sacado a Israel de Egipto.

(Ex 18:2) Y tomó Jetro suegro de Moisés a Séfora la mujer de Moisés, después que él la envió,

(Ex 18:3) y a sus dos hijos; el uno «se llamaba»* Gersón, porque dijo: Forastero he sido en tierra ajena;

(Ex 18:4) y «el otro se llamaba»* Eliezer, porque dijo: El Dios de mi padre me ayudó, y me libró de la espada de Faraón.

(Ex 18:5) Y Jetro el suegro de Moisés, con los hijos y la mujer de éste, vino a Moisés en el desierto, donde estaba acampado junto al monte de Dios;

(Ex 18:6) y dijo a Moisés: Yo tu suegro Jetro vengo a ti, con tu mujer, y sus dos hijos con ella.

(Ex 18:7) Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó, y lo besó; y se preguntaron «el uno al otro cómo estaban,»* y vinieron a la tienda.

(Ex 18:8) Y Moisés contó a su suegro todas las cosas que Jehová había hecho a Faraón y a los egipcios por «amor de»* Israel, y todo el trabajo que habían pasado en el camino, y cómo los había librado Jehová.

(Ex 18:9) Y se alegró Jetro de todo el bien que Jehová había hecho a Israel, al haberlo librado de mano de los egipcios.

(Ex 18:10) Y Jetro dijo: Bendito sea Jehová, que les libró de mano de los egipcios, y de la mano de Faraón, y que libró al pueblo de la mano de los egipcios.

(Ex 18:11) Ahora conozco que Jehová es más grande que todos los dioses; porque en lo que se ensoberbecieron prevaleció contra ellos.

(Ex 18:12) Y tomó Jetro, suegro de Moisés, holocaustos y sacrificios para Dios; y vino Aarón y todos los ancianos de Israel para comer con el suegro de Moisés delante de Dios.

Nombramiento de jueces
(Dt 1:9-18)
(Ex 18:13) Sucedió que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.

(Ex 18:14) Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?

(Ex 18:15) Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo viene a mí para consultar a Dios.

(Ex 18:16) Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo «entre el uno y el otro,»* y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.

(Ex 18:17) Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que haces.

(Ex 18:18) Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.

(Ex 18:19) Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios.

(Ex 18:20) Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer.

(Ex 18:21) Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez.

(Ex 18:22) Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo.

(Ex 18:23) Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar.

(Ex 18:24) Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo.

(Ex 18:25) Escogió Moisés varones de virtud de entre todo Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez.

(Ex 18:26) Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño.

(Ex 18:27) Y despidió Moisés a su suegro, y éste se fue a su tierra.

Israel en Sinaí
(Ex 19:1) En el mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mismo día llegaron al desierto de Sinaí.

(Ex 19:2) Habían salido de Refidim, y llegaron al desierto de Sinaí, y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte.

(Ex 19:3) Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel:

(Ex 19:4) Ustedes vieron lo que hice a los egipcios, y cómo les tomé sobre alas de águilas, y les he traído a mí.

(Ex 19:5) Ahora, pues, si dieren oído a mi voz, y cumplieren [guardaren, conservaren] mi pacto [alianza, convenio, acuerdo], ustedes serán mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.

(Ex 19:6) Y ustedes me serán un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

(Ex 19:7) Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado.

(Ex 19:8) Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del pueblo.

(Ex 19:9) Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras del pueblo a Jehová.

(Ex 19:10) Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos,

(Ex 19:11) y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí.

(Ex 19:12) Y señalarás término al pueblo en derredor, diciendo: Guárdense, no suban al monte, ni toquen sus límites; cualquiera que tocare el monte, de seguro morirá.

(Ex 19:13) No lo tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando suene largamente la bocina, subirán al monte.

(Ex 19:14) Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos.

(Ex 19:15) Y dijo al pueblo: Estén preparados para el tercer día; no toquen mujer.

(Ex 19:16) Sucedió que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.

(Ex 19:17) Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte.

(Ex 19:18) Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía enteramente [en gran manera, grandemente].

(Ex 19:19) El sonido de la bocina «iba aumentando»* en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante.

(Ex 19:20) Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del monte, y Moisés subió.

(Ex 19:21) Y Jehová dijo a Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová, porque caerá multitud de ellos.

(Ex 19:22) Y también que se santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estrago.

(Ex 19:23) Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte, y santifícalo.

(Ex 19:24) Y Jehová le dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el límite para subir a Jehová, no sea que haga en ellos estrago.

(Ex 19:25) Entonces Moisés descendió y se lo dijo al pueblo.

Los Diez Mandamientos
(Dt 5:1-21)
(Ex 20:1) Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:

(Ex 20:2) Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

(Ex 20:3) No tendrás dioses ajenos delante de mí.

(Ex 20:4) No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

(Ex 20:5) No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,

(Ex 20:6) y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

(Ex 20:7) No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

(Ex 20:8) Acuérdate del día de reposo para santificarlo.

(Ex 20:9) Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;

(Ex 20:10) mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo [siervo, sirviente], ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.

(Ex 20:11) Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.

(Ex 20:12) Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.

(Ex 20:13) No matarás.

(Ex 20:14) No cometerás adulterio.

(Ex 20:15) No hurtarás [robarás].

(Ex 20:16) No hablarás contra tu prójimo falso [mentira] testimonio.

(Ex 20:17) No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo [siervo, sirviente], ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni «cosa alguna»* de tu prójimo.

El terror del pueblo
(Dt 5:22-23)
(Ex 20:18) Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos.

(Ex 20:19) Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.

(Ex 20:20) Y Moisés respondió al pueblo: No teman; porque para probarlos vino Dios, y para que su temor esté delante de ustedes, para que no pequen.

(Ex 20:21) Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios.

(Ex 20:22) Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Ustedes han visto que he hablado desde el cielo con ustedes.

(Ex 20:23) No hagan conmigo dioses de plata, ni dioses de oro se harán.

(Ex 20:24) Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré.

(Ex 20:25) Y si me hicieres altar de piedras, no las labres de cantería; porque si alzares herramienta sobre él, lo profanarás.

(Ex 20:26) No subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra junto a él.

Leyes acerca de los esclavos
(Dt 15:12-18)
(Ex 21:1) Estas son las leyes que les propondrás.

(Ex 21:2) Si comprares esclavo [siervo, sirviente] hebreo, seis años servirá; mas al séptimo saldrá libre, de balde.

(Ex 21:3) Si entró solo, solo saldrá; si «tenía mujer,»* saldrá él y su mujer con él.

(Ex 21:4) Si su amo le hubiere dado mujer, y ella le diere hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá «solo

(Ex 21:5) Y si el esclavo [siervo, sirviente] dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre;

(Ex 21:6) entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lezna, y será su esclavo [siervo, sirviente] para siempre.

(Ex 21:7) Y cuando «alguno»* vendiere su hija por sierva, no saldrá ella como suelen salir los esclavos [siervos, sirvientes].

(Ex 21:8) Si «no agradare a»* su señor, por lo cual no la tomó por esposa, se le permitirá que se rescate, y no la podrá vender a pueblo extraño cuando la desechare.

(Ex 21:9) Mas si la hubiere desposado con su hijo, hará con ella según la costumbre de las hijas.

(Ex 21:10) Si tomare para él otra mujer, no disminuirá su alimento, ni su vestido, ni el deber conyugal.

(Ex 21:11) Y si ninguna de estas tres cosas hiciere, ella saldrá de gracia, sin dinero.

(Ex 21:12) El que hiriere a «alguno,»* haciéndole así morir, él morirá.

(Ex 21:13) Mas el que no pretendía herirlo, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré lugar al cual ha de huir.

(Ex 21:14) Pero si «alguno»* se ensoberbeciere contra su prójimo y lo matare con alevosía, de mi altar lo quitarás para que muera.

(Ex 21:15) El que hiriere a su padre o a su madre, morirá.

(Ex 21:16) Asimismo el que robare una persona y la vendiere, o si fuere hallada en sus manos, morirá.

(Ex 21:17) Igualmente el que maldijere a su padre o a su madre, morirá.

(Ex 21:18) Además, si «algunos»* riñeren, y «uno»* hiriere a su prójimo con piedra o con el puño, y éste no muriere, pero cayere en cama;

(Ex 21:19) si se levantare y anduviere fuera sobre su báculo, entonces será absuelto el que lo hirió; solamente le satisfará «por lo que estuvo sin trabajar,»* y «hará que le curen.»*

(Ex 21:20) Y si «alguno»* hiriere a su esclavo [siervo, sirviente] o a su sierva con palo, y muriere bajo su mano, será castigado;

(Ex 21:21) mas si sobreviviere por un día o dos, no será castigado, porque es de su propiedad.

(Ex 21:22) Si «algunos»* riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y«ésta abortare,»* pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces.

(Ex 21:23) Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida,

(Ex 21:24) ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,

(Ex 21:25) quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe.

Leyes acerca de las responsabilidades de amos y dueños
(Ex 21:26) Si «alguno»* hiriere el ojo de su esclavo [siervo, sirviente], o el ojo de su sierva, y lo dañare, le dará libertad «por razón de»* su ojo.

(Ex 21:27) Y si hiciere saltar un diente de su esclavo [siervo, sirviente], o un diente de su sierva, por su diente le dejará ir libre.

(Ex 21:28) Si un buey acorneare a hombre o a mujer, y a causa de ello muriere, el buey será apedreado, y no será comida su carne; mas el dueño del buey será absuelto.

(Ex 21:29) Pero si el buey fuere acorneador «desde tiempo atrás,»* y a su dueño se le hubiere notificado, y no lo hubiere guardado, y matare a hombre o mujer, el buey será apedreado, y también morirá su dueño.

(Ex 21:30) Si le fuere impuesto precio de rescate, entonces dará por el rescate de su persona cuanto le fuere impuesto.

(Ex 21:31) Haya acorneado a hijo, o haya acorneado a hija, conforme a este juicio se hará con él.

(Ex 21:32) Si el buey acorneare a un esclavo [siervo, sirviente] o a una sierva, pagará su dueño treinta siclos de plata, y el buey será apedreado.

(Ex 21:33) Y si «alguno»* abriere un pozo, o cavare cisterna, y no la cubriere, y cayere allí buey o asno,

(Ex 21:34) el dueño de la cisterna pagará el daño, resarciendo a su dueño, y lo que fue muerto será suyo.

(Ex 21:35) Y si el buey de «alguno»* hiriere al buey de su prójimo de modo que muriere, entonces venderán el buey vivo y partirán el dinero de él, y también partirán el buey muerto.

(Ex 21:36) Mas si era notorio que el buey era acorneador «desde tiempo atrás,»* y su dueño no lo hubiere guardado, pagará buey por buey, y el buey muerto será suyo.

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