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2ª de SAMUEL
David se entera de la muerte de Saúl
(2S 1:1) Sucedió después de
la muerte de Saúl, que vuelto David de la derrota de los amalecitas, estuvo dos
días en Siclag.
(2S 1:2) Al tercer día, sucedió
que vino uno del campamento de Saúl, rotos sus vestidos, y tierra sobre su
cabeza; y llegando a David, se postró en tierra e hizo reverencia.
(2S 1:3) Y le preguntó David:
¿De dónde vienes? Y él respondió: Me he escapado del campamento de Israel.
(2S 1:4) David le dijo: ¿Qué
ha sucedido [acontecido]? Te ruego que me lo digas. Y él respondió: El pueblo huyó de la batalla, y
también muchos del pueblo cayeron y son muertos; también Saúl y Jonatán su hijo
murieron.
(2S 1:5) Dijo David a aquel
joven que le daba las nuevas: ¿Cómo sabes que han muerto Saúl y Jonatán su
hijo?
(2S 1:6) El joven que le daba las nuevas respondió:
Casualmente vine al monte de Gilboa, y hallé a Saúl que se apoyaba sobre su lanza, y venían tras él carros y gente de a caballo.
(2S 1:7) Y mirando él hacia
atrás, me vio y me llamó; y yo dije: Heme aquí.
(2S 1:8) Y me preguntó:
¿Quién eres tú? Y yo le respondí: Soy amalecita.
(2S 1:9) El me volvió a
decir: «Te ruego»* que te pongas
sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia; pues mi vida
está aún toda en mí.
(2S 1:10) Yo entonces me puse sobre él y le maté, porque
sabía que no podía vivir después de su caída; y
tomé la corona que tenía en su cabeza, y la argolla que traía en su brazo, y
las he traído acá a mi señor.
(2S 1:11) Entonces David, asiendo
de sus vestidos, los rasgó; y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él.
(2S 1:12) Y lloraron y lamentaron
y ayunaron hasta la noche, por Saúl y por Jonatán su hijo, por el pueblo de
Jehová y por la casa de Israel, porque habían caído a filo de espada.
(2S 1:13) Y David dijo a aquel
joven que le había traído las nuevas: ¿De dónde eres tú? Y él respondió: Yo soy
hijo de un extranjero, amalecita.
(2S 1:14) Y le dijo David:
¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido de Jehová?
(2S 1:15) Entonces llamó David
a uno de sus hombres, y le dijo: Ve y mátalo. Y él lo hirió, y murió.
(2S 1:16) Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues tu misma
boca atestiguó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido de
Jehová.
David endecha a Saúl y a Jonatán
(2S 1:17) Y endechó David a
Saúl y a Jonatán su hijo con esta endecha,
(2S 1:18) y dijo que debía enseñarse a los hijos de Judá. He
aquí que está escrito en el libro de Jaser.
(2S 1:19) ¡Ha perecido la gloria de Israel sobre tus alturas! ¡Cómo han caído los valientes!
(2S 1:20) No lo anuncien en
Gat, Ni den las nuevas en las plazas de Ascalón; Para que no se alegren las
hijas de los filisteos, Para que no salten de gozo las hijas de los
incircuncisos.
(2S 1:21) Montes de Gilboa, Ni rocío ni lluvia caiga sobre
ustedes, ni sean tierras de ofrendas; Porque allí fue desechado el escudo de los valientes, El escudo de Saúl, como
si no hubiera sido ungido con aceite.
(2S 1:22) Sin sangre
de los muertos, sin grosura de los valientes, El arco de Jonatán no volvía
atrás, Ni la espada de Saúl volvió vacía.
(2S 1:23) Saúl y Jonatán, amados y queridos; Inseparables en
su vida, tampoco en su muerte fueron separados;
Más ligeros eran que águilas, Más fuertes que leones.
(2S 1:24) Hijas de Israel, lloren por Saúl, Quien les vestía
de escarlata con deleites, Quien adornaba sus [de
ustedes] ropas con ornamentos de oro.
(2S 1:25) ¡Cómo han caído los
valientes en medio de la batalla! ¡Jonatán, muerto en tus alturas!
(2S 1:26) Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán, Que me
fuiste muy dulce. Más maravilloso me fue tu amor Que el amor de las mujeres.
(2S 1:27) ¡Cómo han caído los
valientes, Han perecido las armas de guerra!
David es proclamado rey de Judá
(2S 2:1) Después de esto sucedió
que David consultó a Jehová, diciendo: ¿Subiré a alguna de las ciudades de
Judá? Y Jehová le respondió: Sube. David volvió a decir: ¿A dónde subiré? Y él
le dijo: A Hebrón.
(2S 2:2) David subió allá, y
con él sus dos mujeres, Ahinoam jezreelita y Abigail, la que fue mujer de Nabal
el de Carmel.
(2S 2:3) Llevó también David
consigo a los hombres que con él habían estado, «cada
uno»* con su familia; los cuales moraron en
las ciudades de Hebrón.
(2S 2:4) Y vinieron los varones de Judá y ungieron allí a David por rey sobre la casa de Judá. Y dieron
aviso a David, diciendo: Los de Jabes de Galaad son los que sepultaron a Saúl.
(2S 2:5) Entonces envió David
mensajeros a los de Jabes de Galaad, diciéndoles: Benditos sean ustedes de
Jehová, que han hecho esta misericordia con su [de ustedes]
señor, con Saúl, dándole sepultura.
(2S 2:6) Ahora, pues, Jehová haga
con ustedes misericordia y verdad; y yo
también les haré bien por esto que han hecho.
(2S 2:7) Esfuércense, pues,
ahora sus [de ustedes] manos,
y sean valientes; pues muerto Saúl su [de ustedes] señor, los de la casa de Judá me han ungido por rey sobre ellos.
Guerra entre David y la casa de Saúl
(2S 2:8) Pero Abner hijo de Ner, general del ejército de
Saúl, tomó a Isboset hijo de Saúl, y lo llevó a
Mahanaim,
(2S 2:9) y lo hizo rey sobre
Galaad, sobre Gesuri, sobre Jezreel, sobre Efraín, sobre Benjamín y sobre todo
Israel.
(2S 2:10) De cuarenta años era
Isboset hijo de Saúl cuando comenzó a reinar
sobre Israel, y reinó dos años. Solamente los de la casa de Judá
siguieron a David.
(2S 2:11) Y fue el número de
los días que David reinó en Hebrón
sobre la casa de Judá, siete años y seis meses.
(2S 2:12) Abner hijo de Ner salió
de Mahanaim a Gabaón con los esclavos [siervos, sirvientes] de Isboset hijo de Saúl,
(2S 2:13) y Joab hijo de Sarvia y los esclavos [siervos, sirvientes] de David salieron y los encontraron junto al estanque de Gabaón; y se
pararon los unos a «un lado»* del estanque, y los otros al «otro lado.»
(2S 2:14) Y dijo Abner a Joab:
Levántense ahora los jóvenes, y maniobren delante de nosotros. Y Joab
respondió: Levántense.
(2S 2:15) Entonces se levantaron, y pasaron en número igual, doce de Benjamín por parte de
Isboset hijo de Saúl, y doce de los esclavos
[siervos, sirvientes] de
David.
(2S 2:16) Y «cada uno»* echó mano de la
cabeza de su adversario, y metió su espada en el costado de su adversario, y
cayeron a una; por lo que fue llamado aquel lugar, Helcat-hazurim, el cual está
en Gabaón.
(2S 2:17) La batalla fue muy reñida aquel día, y Abner y los
hombres de Israel fueron vencidos por los
esclavos [siervos,
sirvientes] de David.
(2S 2:18) Estaban allí los
tres hijos de Sarvia: Joab, Abisai y Asael. Este Asael era ligero de pies como
una gacela del campo.
(2S 2:19) Y siguió Asael tras
de Abner, sin apartarse ni a derecha ni a izquierda.
(2S 2:20) Y miró atrás Abner,
y dijo: ¿No eres tú Asael? Y él respondió: Sí.
(2S 2:21) Entonces Abner le dijo:
Apártate a la derecha o a la izquierda, y echa mano de alguno de los hombres, y
toma para ti sus despojos. Pero Asael no quiso apartarse de detrás de él.
(2S 2:22) Y Abner volvió a decir a Asael: Apártate de detrás de mí; ¿por qué he de herirte «hasta derribarte?»*
¿Cómo levantaría yo entonces mi rostro delante de Joab tu hermano?
(2S 2:23) Y no queriendo él irse, lo hirió Abner con el regatón de la lanza por la quinta
costilla, y le salió la lanza por la espalda, y cayó allí, y murió en aquel
mismo sitio. Y todos los que venían por aquel lugar donde Asael había caído y
estaba muerto, se detenían.
(2S 2:24) Mas Joab y Abisai siguieron
a Abner; y se puso el sol cuando
llegaron al collado de Amma, que está delante de Gía, junto al camino del
desierto de Gabaón.
(2S 2:25) Y se juntaron los
hijos de Benjamín detrás de Abner, formando un solo ejército; e hicieron alto
en la cumbre del collado.
(2S 2:26) Y Abner dio voces a
Joab, diciendo: ¿Consumirá la espada perpetuamente? ¿No sabes tú que el final
será amargura? ¿Hasta cuándo no dirás al pueblo que se vuelva de perseguir a
sus hermanos?
(2S 2:27) Y Joab respondió:
Vive Dios, que si no hubieses hablado, el pueblo hubiera dejado de seguir a sus
hermanos desde esta mañana.
(2S 2:28) Entonces Joab tocó
el cuerno, y todo el pueblo se detuvo, y no persiguió más a los de Israel, ni
peleó más.
(2S 2:29) Y Abner y los suyos
caminaron por el Arabá toda aquella noche, y pasando el Jordán cruzaron por
todo Bitrón y llegaron a Mahanaim.
(2S 2:30) Joab también volvió de perseguir a Abner, y
juntando a todo el pueblo, faltaron de los
esclavos [siervos,
sirvientes] de David diecinueve hombres y Asael.
(2S 2:31) Mas los esclavos [siervos,
sirvientes] de David hirieron de los de Benjamín y de los de Abner,
a trescientos sesenta hombres, los cuales murieron.
(2S 2:32) Tomaron luego a
Asael, y lo sepultaron en el sepulcro de su padre en Belén. Y caminaron toda
aquella noche Joab y sus hombres, y les amaneció en Hebrón.
(2S 3:1) Hubo larga guerra
entre la casa de Saúl y la casa de David; pero David se iba fortaleciendo, y la
casa de Saúl se iba debilitando.
Hijos de David nacidos en Hebrón
(1Cr 3:1-4)
(2S 3:2) Y nacieron hijos a
David en Hebrón; su primogénito fue
Amnón, de Ahinoam jezreelita;
(2S 3:3) su segundo Quileab, de Abigail la mujer de Nabal el
de Carmel; el tercero, Absalón hijo de Maaca, hija de Talmai rey de Gesur;
(2S 3:4) el cuarto, Adonías hijo de Haguit; el quinto,
Sefatías hijo de Abital;
(2S 3:5) el sexto, Itream, de Egla mujer de David. Estos le
nacieron a David en Hebrón.
Abner pacta con David en Hebrón
(2S 3:6) Como había guerra entre la casa de Saúl y la de
David, sucedió que Abner se esforzaba por la
casa de Saúl.
(2S 3:7) Y había tenido Saúl una concubina que se llamaba
Rizpa, hija de Aja; y dijo Isboset a Abner: ¿Por
qué te has llegado a la concubina de mi padre?
(2S 3:8) Y se enojó Abner
enteramente [en gran manera, grandemente]
por las palabras de Isboset, y dijo: ¿Soy yo
cabeza de perro que pertenezca a Judá? Yo he hecho hoy misericordia con la casa
de Saúl tu padre, con sus hermanos y con sus amigos, y no te he entregado en
mano de David; ¿y tú me haces hoy cargo del pecado de esta mujer?
(2S 3:9) Así haga Dios a
Abner y aun le añada, si como ha jurado Jehová a David, no haga yo así con él,
(2S 3:10) trasladando el reino de la casa de Saúl, y
confirmando el trono de David sobre Israel y sobre Judá, desde Dan hasta
Beerseba.
(2S 3:11) Y él no pudo responder palabra a Abner, porque le
temía.
(2S 3:12) Entonces envió Abner
mensajeros a David de su parte, diciendo: ¿De quién es la tierra? Y que le
dijesen: Haz pacto [alianza,
convenio, acuerdo] conmigo, y he aquí
que mi mano estará contigo para volver a ti todo Israel.
(2S 3:13) Y David dijo: Bien;
haré pacto [alianza, convenio,
acuerdo] contigo, mas una cosa te
pido: No me vengas a ver sin «que
primero»* traigas a Mical la hija de Saúl,
cuando vengas a verme.
(2S 3:14) Después de esto envió David mensajeros a Isboset
hijo de Saúl, diciendo: Restitúyeme mi mujer
Mical, la cual desposé conmigo por cien prepucios de filisteos.
(2S 3:15) Entonces Isboset envió y se la quitó a su marido Paltiel hijo de Lais.
(2S 3:16) Y su marido fue con
ella, siguiéndola y llorando hasta Bahurim. Y le dijo Abner: Anda, vuélvete.
Entonces él se volvió.
(2S 3:17) Y habló Abner con
los ancianos de Israel, diciendo: «Hace
ya tiempo»* procuraban que David fuese rey sobre ustedes.
(2S 3:18) Ahora, pues, háganlo;
porque Jehová ha hablado a David, diciendo: Por la mano de mi esclavo [siervo, sirviente] David libraré a mi pueblo Israel de mano de los filisteos, y de
mano de todos sus enemigos.
(2S 3:19) Habló también Abner
a los de Benjamín; y fue también Abner a Hebrón a decir a David todo lo que
parecía bien a los de Israel y a toda la casa de Benjamín.
(2S 3:20) Vino, pues, Abner a David en Hebrón, y con él
veinte hombres; y David hizo banquete a Abner y
a los que con él habían venido.
(2S 3:21) Y dijo Abner a
David: Yo me levantaré e iré, y juntaré a mi señor el rey a todo Israel, para
que hagan contigo pacto [alianza,
convenio, acuerdo], y tú reines como
lo desea tu corazón. David despidió
luego a Abner, y él se fue en paz.
Joab mata a Abner
(2S 3:22) Y he aquí que los esclavos [siervos,
sirvientes] de David y Joab venían del campo, y traían consigo gran
botín. Mas Abner no estaba con David en Hebrón,
pues ya lo había despedido, y él se había ido en paz.
(2S 3:23) Y luego que llegó Joab y todo el ejército que con
él estaba, fue dado aviso a Joab, diciendo:
Abner hijo de Ner ha venido al rey, y él le ha despedido, y se fue en paz.
(2S 3:24) Entonces Joab vino al rey, y le dijo: ¿Qué has hecho? He aquí Abner vino a ti; ¿por qué,
pues, le dejaste que se fuese?
(2S 3:25) Tú conoces a Abner hijo de Ner. No ha venido sino
para engañarte, y para enterarse de tu salida y de tu entrada, y para saber
todo lo que tú haces.
(2S 3:26) Y saliendo Joab de
la presencia de David, envió mensajeros tras Abner, los cuales le hicieron
volver desde el pozo de Sira, sin que David lo supiera.
(2S 3:27) Y cuando Abner volvió a Hebrón, Joab lo llevó aparte en medio de la puerta para hablar con él en secreto;
y allí, en venganza de «la muerte de»* Asael su hermano, le hirió por la quinta costilla, y murió.
(2S 3:28) Cuando David supo
después esto, dijo: Inocente soy yo y
mi reino, delante de Jehová, para siempre, de la sangre
de Abner hijo de Ner.
(2S 3:29) Caiga sobre la cabeza de Joab, y sobre toda la casa
de su padre; que nunca falte de la casa de Joab
quien padezca flujo, ni leproso, ni quien ande con báculo, ni quien muera a
espada, ni quien tenga falta de pan.
(2S 3:30) Joab, pues, y Abisai su hermano, mataron a Abner, porque él había dado muerte a Asael hermano
de ellos en la batalla de Gabaón.
(2S 3:31) Entonces dijo David
a Joab, y a todo el pueblo que con él estaba: Rasguen sus [de ustedes] vestidos, y cíñanse de cilicio, y hagan duelo delante de Abner. Y el rey
David iba detrás del féretro.
(2S 3:32) Y sepultaron a Abner
en Hebrón; y alzando el rey su voz, lloró junto al sepulcro de Abner; y lloró
también todo el pueblo.
(2S 3:33) Y endechando el rey
al mismo Abner, decía: ¿Había de morir Abner como muere un insensato [irracional, fatuo, necio]?
(2S 3:34) Tus manos no estaban atadas, ni tus pies ligados
con grillos; Caíste como los que caen delante de malos hombres. Y todo el
pueblo volvió a llorar sobre él.
(2S 3:35) Entonces todo el pueblo vino para persuadir a David
que comiera, antes que acabara el día. Mas David juró diciendo: Así me haga Dios y aun me añada, si antes que se ponga el sol gustare yo pan, o cualquiera otra cosa.
(2S 3:36) Todo el pueblo supo esto, y le agradó; pues todo lo
que el rey hacía agradaba a todo el pueblo.
(2S 3:37) Y todo el pueblo y todo Israel entendió aquel día, que no había procedido del rey el matar a
Abner hijo de Ner.
(2S 3:38) También dijo el rey
a sus esclavos [siervos, sirvientes]: ¿No saben que un príncipe y grande ha caído hoy en Israel?
(2S 3:39) Y yo soy débil hoy, aunque ungido
rey; y estos hombres, los hijos de Sarvia, son muy duros para mí; Jehová dé el
pago al que mal hace, conforme a su maldad.
Is-boset es asesinado
(2S 4:1) Luego que oyó el
hijo de Saúl que Abner había sido muerto en Hebrón, las manos se le
debilitaron, y fue atemorizado todo Israel.
(2S 4:2) Y el hijo de Saúl tenía
dos hombres, capitanes de bandas de merodeadores; el nombre de uno era Baana, y
el del otro, Recab, hijos de Rimón beerotita, de los hijos de Benjamín (porque
Beerot era también contado con Benjamín,
(2S 4:3) pues los beerotitas habían huido a Gitaim, y habitan [moran, residen] allí como
forasteros hasta hoy).
(2S 4:4) Y Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo lisiado de los
pies. Tenía cinco años de edad
cuando llegó de Jezreel la noticia de la muerte de Saúl y de Jonatán, y su nodriza le tomó y huyó; y mientras iba huyendo
apresuradamente, se le cayó el niño y quedó cojo. Su nombre era Mefiboset.
(2S 4:5) Los hijos, pues, de Rimón beerotita, Recab y Baana,
fueron y entraron en el mayor calor del día en casa de Isboset, el cual estaba
durmiendo la siesta en su cámara.
(2S 4:6) Y he aquí la portera de la casa había estado
limpiando trigo, pero se durmió; y fue así como Recab y Baana su hermano se
introdujeron en la casa.
(2S 4:7) Cuando entraron en la casa, Isboset dormía sobre su lecho en su cámara; y lo hirieron y
lo mataron, y le cortaron la cabeza, y habiéndola tomado, caminaron toda la
noche por el camino del Arabá.
(2S 4:8) Y trajeron la cabeza de Isboset a David en Hebrón,
y dijeron al rey: He aquí la cabeza de Isboset
hijo de Saúl tu enemigo, que «procuraba
matarte;»* y
Jehová ha vengado hoy a mi señor el rey, de Saúl y de su linaje.
(2S 4:9) Y David respondió a
Recab y a su hermano Baana, hijos de Rimón beerotita, y les dijo: Vive Jehová
que ha redimido mi alma de toda
angustia,
(2S 4:10) que cuando uno me dio nuevas, diciendo: He aquí
Saúl ha muerto, «imaginándose»* que traía buenas
nuevas, yo lo prendí, y le maté en Siclag en pago de la nueva.
(2S 4:11) ¿Cuánto más a los malos hombres que mataron a un hombre justo en su casa, y sobre su cama? Ahora,
pues, ¿no he de demandar yo su sangre
de sus [de ustedes] manos, y
quitarles de la tierra?
(2S 4:12) Entonces David ordenó
a sus servidores, y ellos los mataron, y les cortaron las manos y los pies, y
los colgaron sobre el estanque en Hebrón. Luego tomaron la cabeza de Isboset, y
la enterraron en el sepulcro de Abner en Hebrón.
David es proclamado rey de Israel
(1Cr 11:1-3)
(2S 5:1) Vinieron todas las tribus de Israel a David en
Hebrón y hablaron, diciendo: Henos aquí, hueso tuyo y carne tuya somos.
(2S 5:2) Y «aun antes de
ahora,»* cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú quien sacabas a Israel a la guerra, y lo
volvías a traer. Además Jehová te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo Israel,
y tú serás príncipe sobre Israel.
(2S 5:3) Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel al rey
en Hebrón, y el rey David hizo pacto [alianza, convenio,
acuerdo] con ellos en Hebrón delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel.
(2S 5:4) Era David de treinta años cuando
comenzó a reinar, y reinó cuarenta años.
(2S 5:5) En Hebrón reinó
sobre Judá siete años y seis meses,
y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá.
David toma la fortaleza de Sion
(1Cr 11:4-9)
(2S 5:6) Entonces marchó el
rey con sus hombres a Jerusalén contra los jebuseos que moraban en aquella
tierra; los cuales hablaron a David, diciendo: Tú no entrarás acá, pues aun los
ciegos y los cojos te echarán (queriendo decir: David no puede entrar acá).
(2S 5:7) Pero David tomó la fortaleza de Sion, la cual es la ciudad de
David.
(2S 5:8) Y dijo David aquel
día: Todo el que hiera a los jebuseos, suba por el canal y hiera a los cojos y
ciegos aborrecidos del alma de David.
Por esto se dijo: Ciego ni cojo no entrará en la casa.
(2S 5:9) Y David moró en la fortaleza, y le puso por nombre la Ciudad de
David; y edificó alrededor desde Milo hacia adentro.
(2S 5:10) Y David iba
adelantando y engrandeciéndose, y Jehová Dios de los ejércitos estaba con él.
Hiram envía embajadores a David
(1Cr 14:1-2)
(2S 5:11) También Hiram rey de Tiro envió embajadores a David, y madera de cedro, y
carpinteros, y canteros para los muros, los cuales edificaron la casa de David.
(2S 5:12) Y entendió David que
Jehová le había confirmado por rey sobre Israel, y que había engrandecido su
reino por amor de su pueblo Israel.
Hijos de David nacidos en Jerusalén
(1Cr 3:5-9; 14:3-7)
(2S 5:13) Y tomó David más
concubinas y mujeres de Jerusalén, después que vino de Hebrón, y le nacieron
más hijos e hijas.
(2S 5:14) Estos son los nombres de los que le nacieron en
Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón,
(2S 5:15) Ibhar, Elisúa, Nefeg, Jafía,
(2S 5:16) Elisama, Eliada y Elifelet.
David derrota a los filisteos
(1Cr 14:8-17)
(2S 5:17) Oyendo los filisteos
que David había sido ungido por rey sobre Israel, subieron
todos los filisteos para buscar a David; y cuando David lo oyó, descendió a la fortaleza.
(2S 5:18) Y vinieron los filisteos, y se extendieron por el
valle de Refaim.
(2S 5:19) Entonces consultó
David a Jehová, diciendo: ¿Iré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mi
mano? Y Jehová respondió a David: Ve, porque ciertamente entregaré a los filisteos
en tu mano.
(2S 5:20) Y vino David a Baalperazim, y allí los venció David, y dijo: Quebrantó Jehová a mis enemigos
delante de mí, como corriente impetuosa. Por esto llamó el nombre de aquel
lugar Baalperazim.
(2S 5:21) Y dejaron allí sus
ídolos, y David y sus hombres los quemaron.
(2S 5:22) Y los filisteos volvieron
a venir, y se extendieron en el valle de Refaim.
(2S 5:23) Y consultando David
a Jehová, él le respondió: No subas, sino rodéalos, y vendrás a ellos enfrente
de las balsameras.
(2S 5:24) Y cuando oigas ruido como de marcha por las copas
de las balsameras, entonces te moverás; porque
Jehová saldrá delante de ti a herir el campamento de los filisteos.
(2S 5:25) Y David lo hizo así,
como Jehová se lo había mandado; e hirió a los filisteos desde Geba hasta
llegar a Gezer.
David intenta llevar el arca a
Jerusalén
(1Cr 13:5-14)
(2S 6:1) David volvió a reunir a todos los escogidos de
Israel, treinta mil.
(2S 6:2) Y se levantó David y partió
de Baala de Judá con todo el pueblo que tenía consigo, para hacer pasar de allí
el arca de Dios, sobre la cual era
invocado el nombre de Jehová de los ejércitos, que mora entre los querubines.
(2S 6:3) Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la
llevaron de la casa de Abinadab, que estaba en el collado; y Uza y Ahío, hijos
de Abinadab, guiaban el carro nuevo.
(2S 6:4) Y cuando cuando lo llevaban
de la casa de Abinadab, que estaba en el collado, con el arca de Dios, Ahío iba delante del arca.
(2S 6:5) Y David y toda la casa de Israel danzaban delante
de Jehová con toda clase de instrumentos de madera de haya; con arpas,
salterios, panderos, flautas y címbalos .
(2S 6:6) Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca
de Dios, y la sostuvo; porque los bueyes tropezaban.
(2S 6:7) Y el furor de Jehová se encendió contra Uza, y lo hirió allí Dios por aquella
temeridad, y cayó allí muerto junto al arca
de Dios.
(2S 6:8) Y se entristeció David por haber herido Jehová a Uza, y fue llamado aquel lugar Pérez-uza,
hasta hoy.
(2S 6:9) Y temiendo David a
Jehová aquel día, dijo: ¿Cómo ha de venir a mí el arca
de Jehová?
(2S 6:10) De modo que David no quiso traer para sí el arca de Jehová a la ciudad de David; y la hizo llevar David a casa de Obededom geteo.
(2S 6:11) Y estuvo el arca de Jehová en casa de Obededom geteo tres
meses; y bendijo Jehová a Obededom y a
toda su casa.
David trae el arca a Jerusalén
(1Cr 15:1; 16:6)
(2S 6:12) Fue dado aviso al
rey David, diciendo: Jehová ha bendecido la casa de Obededom y todo lo que
tiene, a causa del arca de Dios.
Entonces David fue, y llevó con alegría el arca
de Dios de casa de Obededom a la ciudad de David.
(2S 6:13) Y cuando los que
llevaban el arca de Dios habían andado
seis pasos, él sacrificó un buey y un carnero engordado.
(2S 6:14) Y David danzaba con toda su fuerza delante de
Jehová; y estaba David vestido con un efod de
lino.
(2S 6:15) Así David y toda la casa de Israel conducían el arca de Jehová con júbilo y sonido de
trompeta.
(2S 6:16) Cuando el arca
de Jehová llegó a la ciudad de David, sucedió
que Mical hija de Saúl miró desde una ventana, y vio al rey David que saltaba y
danzaba delante de Jehová; y le menospreció en su corazón.
(2S 6:17) Metieron, pues, el arca
de Jehová, y la pusieron en su lugar en medio de una tienda que David le había
levantado; y sacrificó David holocaustos y
ofrendas de paz delante de Jehová.
(2S 6:18) Y cuando David había acabado de ofrecer los holocaustos y ofrendas de paz, bendijo al pueblo en
el nombre de Jehová de los ejércitos.
(2S 6:19) Y repartió a todo el
pueblo, y a toda la multitud de Israel, así a hombres como a mujeres, a «cada uno»* un
pan, y un pedazo de carne y una torta de pasas. Y se fue todo el pueblo, «cada
uno»* a su casa.
(2S 6:20) Volvió luego David para bendecir su casa; y
saliendo Mical a recibir a David, dijo: ¡Cuán
honrado ha quedado hoy el rey de Israel, descubriéndose hoy delante de las
criadas de sus esclavos [siervos, sirvientes], como se descubre sin
decoro un cualquiera!
(2S 6:21) Entonces David respondió
a Mical: Fue delante de Jehová, quien me eligió en preferencia a tu padre y a
toda tu casa, para constituirme por príncipe sobre el pueblo de Jehová, sobre
Israel. Por tanto, danzaré delante de Jehová.
(2S 6:22) Y aun me haré más vil que esta vez, y seré bajo a
tus ojos; pero seré honrado delante de las criadas de quienes has hablado.
(2S 6:23) Y Mical hija de Saúl nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte.
Pacto de David con Dios
(1Cr 17:1-27)
(2S 7:1) Sucedió que cuando
ya el rey habitaba en su casa, después que Jehová le había dado reposo de todos
sus enemigos en derredor,
(2S 7:2) dijo el rey al profeta Natán:
Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca
de Dios está entre cortinas.
(2S 7:3) Y Natán dijo al rey:
Anda, y haz todo lo que está en tu corazón,
porque Jehová está contigo.
(2S 7:4) Sucedió aquella noche, que vino palabra de Jehová a Natán, diciendo:
(2S 7:5) Ve y di a mi esclavo
[siervo, sirviente] David: Así
ha dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar casa en
que yo more?
(2S 7:6) Ciertamente no he habitado
en casas desde el día en que saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy,
sino que he andado en tienda y en tabernáculo.
(2S 7:7) Y en todo cuanto he andado con todos los hijos de
Israel, ¿ he hablado yo palabra a alguna de las tribus de Israel, a quien haya
mandado apacentar a mi pueblo de Israel, diciendo: ¿Por qué no me han edificado casa de cedro?
(2S 7:8) Ahora, pues, dirás
así a mi esclavo [siervo, sirviente]
David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo
te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi
pueblo, sobre Israel;
(2S 7:9) y he estado contigo
en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y
te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra.
(2S 7:10) Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo
plantaré, para que habite en su lugar y nunca
más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio,
(2S 7:11) desde el día en que puse
jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos.
Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa.
(2S 7:12) Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus
padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus
entrañas, y afirmaré su reino.
(2S 7:13) El edificará casa a
mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.
(2S 7:14) Yo le seré a él
padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes
de hijos de hombres;
(2S 7:15) pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante
de ti.
(2S 7:16) Y será afirmada tu
casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable
eternamente.
(2S 7:17) Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda
esta visión, así habló Natán a David.
(2S 7:18) Y entró el rey David y se puso delante de Jehová, y
dijo: Señor Jehová, ¿quién soy yo, y qué es mi
casa, para que tú me hayas traído hasta aquí?
(2S 7:19) Y aun te ha parecido poco esto, Señor Jehová, pues
también has hablado de la casa de tu esclavo [siervo,
sirviente] «en lo por venir.»* ¿Es así como procede el hombre, Señor Jehová?
(2S 7:20) ¿Y qué más puede añadir
David hablando contigo? Pues tú conoces a tu esclavo [siervo, sirviente], Señor Jehová.
(2S 7:21) Todas estas grandezas has hecho por tu palabra y conforme a tu corazón, haciéndolas saber a tu esclavo [siervo, sirviente].
(2S 7:22) Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por
cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos
oído con nuestros oídos.
(2S 7:23) ¿Y quién como tu pueblo, como Israel, nación
singular en la tierra? Porque fue Dios para
rescatarlo por pueblo suyo, y para ponerle nombre, y para hacer grandezas a su
favor, y obras terribles a tu tierra, por amor de tu pueblo que rescataste para
ti de Egipto, de las naciones y de sus dioses.
(2S 7:24) Porque tú estableciste
a tu pueblo Israel por pueblo tuyo para siempre; y tú, oh Jehová, fuiste a
ellos por Dios.
(2S 7:25) Ahora pues, Jehová Dios, confirma para siempre la
palabra que has hablado sobre tu esclavo [siervo, sirviente] y sobre su casa, y haz conforme a lo que has dicho.
(2S 7:26) Que sea engrandecido
tu nombre para siempre, y se diga: Jehová de los ejércitos es Dios sobre
Israel; y que la casa de tu esclavo [siervo,
sirviente] David sea firme delante de ti.
(2S 7:27) Porque tú, Jehová de
los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu esclavo [siervo, sirviente], diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu esclavo [siervo, sirviente] ha hallado en su corazón
valor para hacer delante de ti esta súplica.
(2S 7:28) Ahora pues, Jehová Dios, tú
eres Dios, y tus palabras son verdad, y
tú has prometido este bien a tu esclavo [siervo,
sirviente].
(2S 7:29) Ten ahora a bien
bendecir la casa de tu esclavo [siervo, sirviente],
para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será
bendita la casa de tu esclavo [siervo,
sirviente] para siempre.
David extiende sus dominios
(1Cr 18:1-13)
(2S 8:1) Después de esto, sucedió
que David derrotó a los filisteos y los sometió, y tomó David a Meteg-ama de
mano de los filisteos.
(2S 8:2) Derrotó también a
los de Moab, y los midió con cordel, haciéndolos tender por tierra; y midió dos
cordeles para hacerlos morir, y un cordel entero para preservarles la vida; y
fueron los moabitas esclavos [siervos, sirvientes] de David, y pagaron
tributo.
(2S 8:3) Asimismo derrotó
David a Hadadezer hijo de Rehob, rey de Soba, al ir éste a recuperar «su territorio»* al río Eufrates.
(2S 8:4) Y tomó David de
ellos mil setecientos hombres de a caballo, y veinte mil hombres de a pie; y
desjarretó David los caballos de todos los carros, pero dejó suficientes para
cien carros.
(2S 8:5) Y vinieron los sirios de Damasco para dar ayuda a
Hadadezer rey de Soba; y David hirió de los
sirios a veintidós mil hombres.
(2S 8:6) Puso luego David guarnición en Siria de Damasco, y
los sirios fueron hechos esclavos [siervos,
sirvientes] de David, sujetos a tributo. Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue.
(2S 8:7) Y tomó David los
escudos de oro que traían los esclavos [siervos, sirvientes] de Hadadezer, y los
llevó a Jerusalén.
(2S 8:8) Asimismo de Beta y de Berotai, ciudades de
Hadadezer, tomó el rey David gran cantidad de
bronce.
(2S 8:9) Entonces oyendo Toi
rey de Hamat, que David había derrotado a todo el ejército de Hadadezer,
(2S 8:10) envió Toi a Joram su
hijo al rey David, para saludarle pacíficamente y para bendecirle, porque había
peleado con Hadadezer y lo había vencido; porque Toi era «enemigo de»*
Hadadezer. Y Joram llevaba en su mano utensilios
de plata, de oro y de bronce;
(2S 8:11) los cuales el rey David dedicó a Jehová, con la plata y el oro que había dedicado de
todas las naciones que había sometido;
(2S 8:12) de los sirios, de los moabitas, de los amonitas, de
los filisteos, de los amalecitas, y del botín de Hadadezer hijo de Rehob, rey
de Soba.
(2S 8:13) Así ganó David fama.
Cuando regresaba de derrotar a los sirios, destrozó a dieciocho mil edomitas en
el Valle de la Sal.
(2S 8:14) Y puso guarnición en Edom; por todo Edom puso
guarnición, y todos los edomitas fueron esclavos [siervos,
sirvientes] de David. Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue.
Oficiales destacados de David
(2S 20:23-26; 1Cr 18:14-17)
(2S 8:15) Y reinó David sobre
todo Israel; y David administraba justicia y rectitud [equidad, derecho] a todo su pueblo.
(2S 8:16) Joab hijo de Sarvia era general de su ejército, y
Josafat hijo de Ahilud era cronista;
(2S 8:17) Sadoc hijo de Ahitob y Ahimelec hijo de Abiatar
eran sacerdotes; Seraías era escriba;
(2S 8:18) Benaía hijo de Joiada estaba sobre los cereteos y
peleteos; y los hijos de David eran los
príncipes.
Misericordia de David hacia
Mefi-boset
(2S 9:1) Dijo David: ¿Ha
quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de
Jonatán?
(2S 9:2) Y había un esclavo [siervo,
sirviente] de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿ Eres tú
Siba? Y él respondió: Tu esclavo [siervo,
sirviente].
(2S 9:3) El rey le dijo: ¿No
ha quedado «nadie»* de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha
quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.
(2S 9:4) Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de
Maquir hijo de Amiel, en Lodebar.
(2S 9:5) Entonces envió el
rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar.
(2S 9:6) Y vino Mefiboset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a
David, y se postró sobre su rostro e hizo
reverencia. Y dijo David: Mefiboset. Y él respondió: He aquí tu esclavo [siervo, sirviente].
(2S 9:7) Y le dijo David: No
tengas temor, porque yo de hecho haré contigo misericordia por amor de Jonatán
tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás
siempre a mi mesa.
(2S 9:8) Y él inclinándose, dijo:
¿Quién es tu esclavo [siervo, sirviente],
para que mires a un perro muerto como yo?
(2S 9:9) Entonces el rey llamó
a Siba esclavo [siervo, sirviente]
de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de
toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor.
(2S 9:10) Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus esclavos [siervos,
sirvientes], y almacenarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para comer; pero Mefiboset el hijo de
tu señor comerá siempre a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte esclavos [siervos,
sirvientes].
(2S 9:11) Y respondió Siba al
rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su esclavo [siervo, sirviente], así lo hará tu esclavo [siervo,
sirviente]. Mefiboset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey.
(2S 9:12) Y tenía Mefiboset un hijo pequeño, que se llamaba
Micaía. Y toda la familia de la casa de Siba eran esclavos [siervos,
sirvientes] de Mefiboset.
(2S 9:13) Y moraba Mefiboset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de
ambos pies.
Victoria sobre los amonitas y sirios
(1Cr 19:1-19)
(2S 10:1) Después de esto, sucedió
que murió el rey de los hijos de Amón, y reinó en lugar suyo Hanún su hijo.
(2S 10:2) Y dijo David: Yo
haré misericordia con Hanún hijo de Nahas, como su padre la hizo conmigo. Y
envió David sus esclavos [siervos, sirvientes] para consolarlo por su padre. Mas llegados los esclavos [siervos,
sirvientes] de David a la tierra de los hijos de Amón,
(2S 10:3) los príncipes de los hijos de Amón dijeron a Hanún
su señor: ¿ Te parece que por honrar David a tu
padre te ha enviado consoladores? ¿ No ha enviado David sus esclavos [siervos,
sirvientes] a ti para reconocer e
inspeccionar la ciudad, para destruirla?
(2S 10:4) Entonces Hanún tomó
los esclavos [siervos, sirvientes] de David, les rapó la mitad de la barba, les cortó los vestidos por la
mitad hasta las nalgas, y los despidió.
(2S 10:5) Cuando se le hizo saber esto a David, envió a
encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó que
les dijeran: Quédense en Jericó hasta que les vuelva a nacer la barba, y entonces vuelvan.
(2S 10:6) Y viendo los hijos
de Amón que se habían hecho odiosos a David, enviaron los hijos de Amón y
tomaron a sueldo a los sirios de Bet-rehob y a los sirios de Soba, veinte mil
hombres de a pie, del rey de Maaca mil hombres, y de Istob doce mil hombres.
(2S 10:7) Cuando David oyó
esto, envió a Joab con todo el ejército de los valientes.
(2S 10:8) Y saliendo los hijos
de Amón, se pusieron en orden de batalla a la entrada de la puerta; pero los
sirios de Soba, de Rehob, de Istob y de Maaca estaban aparte en el campo.
(2S 10:9) Viendo, pues, Joab
que se le presentaba la batalla de frente y a la retaguardia, entresacó de todos
los escogidos de Israel, y se puso en orden de batalla contra los sirios.
(2S 10:10) Entregó luego el
resto del ejército en mano de Abisai su hermano, y lo alineó para encontrar a
los amonitas.
(2S 10:11) Y dijo: Si los
sirios pudieren más que yo, tú me ayudarás; y si los hijos de Amón pudieren más
que tú, yo te daré ayuda.
(2S 10:12) Esfuérzate, y
esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga
Jehová lo que bien le pareciere.
(2S 10:13) Y se acercó Joab, y
el pueblo que con él estaba, para pelear contra los sirios; mas ellos huyeron
delante de él.
(2S 10:14) Entonces los hijos de Amón, viendo que los sirios habían huido, huyeron también ellos
delante de Abisai, y se refugiaron en la ciudad. Se volvió, pues, Joab de
luchar contra los hijos de Amón, y vino a Jerusalén.
(2S 10:15) Pero los sirios, viendo
que habían sido derrotados por Israel, se volvieron a reunir.
(2S 10:16) Y envió Hadadezer e
hizo salir a los sirios que estaban al otro lado del «Eufrates,»*
los cuales vinieron a Helam, «llevando por
jefe»* a Sobac, general del ejército de
Hadadezer.
(2S 10:17) Cuando fue dado aviso
a David, reunió a todo Israel, y pasando el Jordán vino a Helam; y los sirios
se pusieron en orden de batalla contra David y pelearon contra él.
(2S 10:18) Mas los sirios huyeron
delante de Israel; y David mató de los sirios a la gente de setecientos carros,
y cuarenta mil hombres de a caballo; hirió también a Sobac general del
ejército, quien murió allí.
(2S 10:19) Viendo, pues, todos
los reyes que ayudaban a Hadadezer, cómo habían sido derrotados delante de
Israel, hicieron paz con Israel y le sirvieron; y de allí en adelante los
sirios temieron ayudar más a los hijos de Amón.