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David captura a Rabá
(2S 12:26-31)
(1Cr 20:1) Sucedió a la vuelta
del año, en el tiempo que suelen los
reyes salir a la guerra, que Joab sacó las fuerzas del ejército, y destruyó la
tierra de los hijos de Amón, y vino y sitió a Rabá. Mas David estaba en
Jerusalén; y Joab batió a Rabá, y la destruyó.
(1Cr 20:2) Y tomó David la
corona de encima de la cabeza del rey de Rabá, y la halló de peso de un talento
de oro, y había en ella piedras preciosas; y fue puesta sobre la cabeza de
David. Además de esto sacó de la ciudad muy grande botín.
(1Cr 20:3) Sacó también al pueblo que estaba en ella, y lo
puso a trabajar con sierras, con trillos de hierro y con hachas. Lo mismo hizo David a todas las ciudades de los hijos de Amón. Y
volvió David con todo el pueblo a Jerusalén.
Los hombres de David matan a los
gigantes
(2S 21:18-22)
(1Cr 20:4) Después de esto sucedió
que se levantó guerra en Gezer contra los filisteos; y Sibecai husatita mató a
Sipai, de los descendientes de los gigantes; y fueron humillados.
(1Cr 20:5) Volvió a levantarse
guerra contra los filisteos; y Elhanán hijo de Jair mató a Lahmi, hermano de
Goliat geteo, el asta de cuya lanza era como un rodillo de telar.
(1Cr 20:6) Y volvió a haber
guerra en Gat, donde había un hombre de grande estatura, el cual tenía seis
dedos en pies y manos, veinticuatro por todos; y era descendiente de los gigantes.
(1Cr 20:7) Este hombre injurió a Israel, pero lo mató Jonatán,
hijo de Simea hermano de David.
(1Cr 20:8) Estos eran descendientes
de los gigantes en Gat, los cuales cayeron por mano de David y de sus esclavos [siervos,
sirvientes].
David censa al pueblo
(2S 24:1-25)
(1Cr 21:1) Pero Satanás
se levantó contra Israel, e incitó a David a que
hiciese censo de Israel.
(1Cr 21:2) Y dijo David a Joab
y a los príncipes del pueblo: vayan, hagan censo de Israel desde Beerseba hasta
Dan, e infórmenme sobre el número de ellos para que yo lo sepa.
(1Cr 21:3) Y dijo Joab: Añada
Jehová a su pueblo cien veces más, rey señor mío; ¿no son todos éstos esclavos [siervos,
sirvientes] de mi señor? ¿Para qué procura
mi señor esto, que será para pecado a Israel?
(1Cr 21:4) Mas la orden del rey pudo más que Joab. Salió, por
tanto, Joab, y recorrió todo Israel, y volvió a Jerusalén y dio la cuenta del número del pueblo a David.
(1Cr 21:5) Y había en todo Israel un millón cien mil que
sacaban espada, y de Judá cuatrocientos setenta mil hombres que sacaban espada.
(1Cr 21:6) Entre éstos no fueron contados los levitas, ni los hijos de Benjamín, porque la
orden del rey era abominable a Joab.
(1Cr 21:7) Asimismo esto «desagradó
a»* Dios, e hirió
a Israel.
(1Cr 21:8) Entonces dijo David
a Dios: He pecado gravemente al hacer esto; «te
ruego»* que quites
la iniquidad [gran maldad e injusticia] de tu esclavo [siervo, sirviente], porque he hecho muy
locamente.
(1Cr 21:9) Y habló Jehová a
Gad, vidente de David, diciendo:
(1Cr 21:10) Ve y habla a David,
y dile: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te propongo; escoge de ellas una que yo
haga contigo.
(1Cr 21:11) Y viniendo Gad a
David, le dijo: Así ha dicho Jehová:
(1Cr 21:12) Escoge para ti: o tres años de
hambre, o por tres meses ser derrotado
delante de tus enemigos con la espada de tus adversarios, o por tres días la espada de Jehová, esto es, la peste
en la tierra, y que el ángel de Jehová haga destrucción en todos los términos
de Israel. Mira, pues, qué responderé al que me ha enviado.
(1Cr 21:13) Entonces David dijo
a Gad: «Estoy en»* grande «angustia.»* Ruego que yo caiga
en la mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas en extremo; pero que
no caiga en manos de hombres.
(1Cr 21:14) Así Jehová envió una
peste en Israel, y murieron de Israel setenta mil hombres.
(1Cr 21:15) Y envió Jehová el ángel a Jerusalén para
destruirla; pero cuando él estaba destruyendo,
miró Jehová y se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel que destruía: Basta
ya; detén tu mano. El ángel de Jehová estaba junto a la era de Ornán jebuseo.
(1Cr 21:16) Y alzando David sus
ojos, vio al ángel de Jehová, que estaba entre el cielo y la tierra, con una
espada desnuda en su mano, extendida contra
Jerusalén. Entonces David y los ancianos se postraron sobre sus rostros,
cubiertos de cilicio.
(1Cr 21:17) Y dijo David a Dios: ¿No soy yo el que hizo contar el pueblo? Yo mismo soy el que
pequé, y ciertamente he hecho mal; pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Jehová
Dios mío, sea ahora tu mano contra mí, y contra la casa de mi padre, y no venga
la peste sobre tu pueblo.
(1Cr 21:18) Y el ángel de Jehová ordenó
a Gad que dijese a David que subiese y construyese un altar a Jehová en la era
de Ornán jebuseo.
(1Cr 21:19) Entonces David subió,
conforme a la palabra que Gad le había dicho en nombre de Jehová.
(1Cr 21:20) Y volviéndose Ornán, vio
al ángel, por lo que se escondieron cuatro hijos suyos que con él estaban. Y
Ornán trillaba el trigo.
(1Cr 21:21) Y viniendo David a Ornán, miró Ornán, y vio a David; y saliendo de la era, se postró
en tierra ante David.
(1Cr 21:22) Entonces dijo David
a Ornán: Dame este lugar de la era, para que edifique un altar a Jehová; dámelo
por su cabal precio, para que cese la mortandad en
el pueblo.
(1Cr 21:23) Y Ornán respondió a
David: Tómala para ti, y haga mi señor el rey lo que bien «le parezca;»*
y aun los bueyes daré para el holocausto, y los
trillos para leña, y trigo para la ofrenda; yo lo doy todo.
(1Cr 21:24) Entonces el rey David dijo
a Ornán: No, sino que efectivamente la compraré por su justo precio; porque no
tomaré para Jehová lo que es tuyo, ni sacrificaré holocausto que nada me
cueste.
(1Cr 21:25) Y dio David a Ornán
por aquel lugar el peso de seiscientos siclos de oro.
(1Cr 21:26) Y edificó allí David
un altar a Jehová, en el que ofreció holocaustos y ofrendas de paz, e invocó a
Jehová, quien le respondió por fuego desde los cielos en el altar del
holocausto.
(1Cr 21:27) Entonces Jehová habló
al ángel, y éste volvió su espada a la vaina.
El lugar para el templo
(1Cr 21:28) Viendo David que Jehová le
había oído en la era de Ornán jebuseo, ofreció sacrificios allí.
(1Cr 21:29) Y el tabernáculo
de Jehová que Moisés había hecho en el desierto,
y el altar del holocausto, estaban entonces en el lugar alto de Gabaón;
(1Cr 21:30) pero David no pudo
ir allá a consultar a Dios, porque estaba atemorizado a «causa de»* la
espada del ángel de Jehová.
(1Cr 22:1) Y dijo David: Aquí
estará la casa de Jehová Dios, y aquí el altar del holocausto para Israel.
Preparativos para el templo
(1Cr 22:2) Después mandó David
que se reuniese a los extranjeros que había en la tierra de Israel, y señaló de
entre ellos canteros que labrasen piedras para edificar la casa de Dios.
(1Cr 22:3) Asimismo preparó
David mucho hierro para la clavazón de las puertas, y para las junturas; y
mucho bronce sin peso, y madera de cedro sin cuenta. Porque los sidonios y
tirios habían traído a David abundancia de madera de
(1Cr 22:4) Porque los sidonios y tirios habían traído a David
abundancia de madera de cedro.
(1Cr 22:5) Y dijo David:
Salomón mi hijo es muchacho y de tierna edad,
y la casa que se ha de edificar a Jehová ha de ser magnífica por excelencia,
para renombre y honra en todas las tierras; ahora, pues, yo le prepararé lo necesario.
Y David antes de su muerte hizo preparativos en gran abundancia.
(1Cr 22:6) Llamó entonces David
a Salomón su hijo, y le mandó que edificase casa a Jehová Dios de Israel.
(1Cr 22:7) Y dijo David a
Salomón: Hijo mío, en mi corazón tuve
el edificar templo al nombre de Jehová mi Dios.
(1Cr 22:8) Mas vino a mí
palabra de Jehová, diciendo: Tú has derramado mucha sangre, y has hecho grandes guerras; no edificarás casa a mi
nombre, porque has derramado mucha sangre
en la tierra delante de mí.
(1Cr 22:9) He aquí te nacerá un
hijo, el cual será varón de paz, porque yo le daré paz de todos sus enemigos en
derredor; por tanto, su nombre será Salomón, y yo daré paz y reposo sobre
Israel en sus días.
(1Cr 22:10) El edificará casa a
mi nombre, y él me será a mí por hijo, y yo le seré por padre; y afirmaré el
trono de su reino sobre Israel para siempre.
(1Cr 22:11) Ahora pues, hijo mío, Jehová esté contigo, y seas prosperado, y edifiques casa a Jehová
tu Dios, como él ha dicho de ti.
(1Cr 22:12) Y Jehová te dé entendimiento y prudencia,
para que cuando gobiernes a Israel, guardes la ley de Jehová tu Dios.
(1Cr 22:13) Entonces serás prosperado,
si cuidares de poner por obra los estatutos y decretos que Jehová mandó a
Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, y cobra ánimo; no temas, ni desmayes.
(1Cr 22:14) He aquí, yo con grandes esfuerzos he preparado para
la casa de Jehová cien mil talentos de oro, y un millón de talentos de plata, y
bronce y hierro sin medida, porque es mucho.
Asimismo he preparado madera y piedra, a lo cual tú añadirás.
(1Cr 22:15) Tú tienes contigo muchos obreros, canteros,
albañiles, carpinteros, y todo hombre experto en toda obra.
(1Cr 22:16) Del oro, de la plata, del bronce y del hierro, no
hay cuenta. Levántate, y manos a la obra; y Jehová esté contigo.
(1Cr 22:17) Asimismo mandó David
a todos los principales de Israel que ayudasen a Salomón su hijo, diciendo:
(1Cr 22:18) ¿No está con ustedes Jehová su [de ustedes] Dios, el cual les ha dado paz por todas partes? Porque él ha entregado en mi mano a
los habitantes [moradores, residentes]
de la tierra, y la tierra ha sido sometida
delante de Jehová, y delante de su pueblo.
(1Cr 22:19) Pongan, pues, ahora
sus [de ustedes] corazones y
sus [de ustedes] ánimos en buscar a
Jehová su [de ustedes] Dios; y
levántense, y edifiquen el santuario de Jehová
Dios, para traer el arca del pacto [alianza, convenio,
acuerdo] de Jehová, y los utensilios consagrados a Dios, a la casa
edificada al nombre de Jehová.
Distribución y deberes de los levitas
(1Cr 23:1) Siendo, pues, David ya viejo y lleno de días, hizo a Salomón su hijo rey sobre Israel.
(1Cr 23:2) Y juntando a todos
los principales de Israel, y a los sacerdotes y levitas,
(1Cr 23:3) fueron contados los
levitas de treinta años arriba; y fue el número de ellos por sus
cabezas, «contados uno por uno,»* treinta y ocho mil.
(1Cr 23:4) De éstos, veinticuatro mil para dirigir la obra de
la casa de Jehová, y seis mil para gobernadores y jueces.
(1Cr 23:5) Además, cuatro mil porteros, y cuatro mil para
alabar a Jehová, dijo David, con los instrumentos que he hecho para tributar alabanzas.
(1Cr 23:6) Y los repartió David
en grupos conforme a los hijos de Leví: Gersón, Coat y Merari.
(1Cr 23:7) Los hijos de Gersón: Laadán y Simei.
(1Cr 23:8) Los hijos de Laadán, tres: Jehiel el primero,
después Zetam y Joel.
(1Cr 23:9) Los hijos de Simei, tres: Selomit, Haziel y Harán.
Estos fueron los jefes de las familias de Laadán.
(1Cr 23:10) Y los hijos de Simei: Jahat, Zina, Jeús y Bería.
Estos cuatro fueron los hijos de Simei.
(1Cr 23:11) Jahat era el primero, y Zina el
segundo; pero Jeús y Bería no tuvieron muchos hijos, por lo cual fueron
contados como una familia.
(1Cr 23:12) Los hijos de Coat: Amram, Izhar, Hebrón y Uziel,
ellos cuatro.
(1Cr 23:13) Los hijos de Amram: Aarón y Moisés. Y Aarón fue
apartado para ser dedicado a las cosas más santas, él y sus hijos para siempre, para que quemasen incienso
delante de Jehová, y le ministrasen y bendijesen en su nombre, para siempre.
(1Cr 23:14) Y los hijos de
Moisés varón de Dios fueron contados en la tribu de Leví.
(1Cr 23:15) Los hijos de Moisés fueron Gersón y Eliezer.
(1Cr 23:16) Hijo de Gersón fue Sebuel el jefe.
(1Cr 23:17) E hijo de Eliezer fue
Rehabías el jefe. Y Eliezer no tuvo otros hijos; mas los hijos de Rehabías
fueron muchos.
(1Cr 23:18) Hijo de Izhar fue Selomit el jefe.
(1Cr 23:19) Los hijos de Hebrón: Jerías el jefe, Amarías el
segundo, Jahaziel el tercero, y Jecamán el cuarto.
(1Cr 23:20) Los hijos de Uziel: Micaía el jefe, e Isías el
segundo.
(1Cr 23:21) Los hijos de Merari: Mahli y Musi. Los hijos de
Mahli: Eleazar y Cis.
(1Cr 23:22) Y murió Eleazar sin
hijos; pero tuvo hijas, y los hijos de Cis, sus parientes, las tomaron por
mujeres.
(1Cr 23:23) Los hijos de Musi: Mahli, Edar y Jeremot, ellos
tres.
(1Cr 23:24) Estos son los hijos de Leví en las familias de sus
padres, jefes de familias según el censo de ellos, contados por sus nombres,
por sus cabezas, de veinte años arriba, los cuales trabajaban en
el ministerio de la casa de Jehová.
(1Cr 23:25) Porque David dijo:
Jehová Dios de Israel ha dado paz a su pueblo Israel, y él habitará en
Jerusalén para siempre.
(1Cr 23:26) Y también los levitas no tendrán que llevar más el tabernáculo y todos los utensilios para su
ministerio.
(1Cr 23:27) Así que, conforme a las postreras palabras de
David, se hizo la cuenta de los hijos de Leví de veinte años
arriba.
(1Cr 23:28) Y estaban «bajo
las órdenes de»* los hijos de Aarón para
ministrar en la casa de Jehová, en los atrios, en las cámaras, y en la purificación de toda cosa santificada, y en
la demás obra del ministerio de la casa de Dios.
(1Cr 23:29) Asimismo para los panes de la proposición, para la
flor de harina para el sacrificio, para las hojuelas sin levadura, para lo
preparado en sartén, para lo tostado, y para toda medida y cuenta;
(1Cr 23:30) y para asistir «cada
mañana todos los días»* a dar gracias y tributar alabanzas a Jehová, y
asimismo por la tarde;
(1Cr 23:31) y para ofrecer todos los holocaustos a Jehová los días de reposo, lunas
nuevas y fiestas solemnes, según su número y de acuerdo con su rito, continuamente delante de Jehová;
(1Cr 23:32) y para que tuviesen la guarda del tabernáculo de reunión, y la guarda del
santuario, bajo las órdenes de los hijos de Aarón sus hermanos, en el
ministerio de la casa de Jehová.
(1Cr 24:1) También los hijos de Aarón fueron distribuidos en grupos. Los hijos de Aarón: Nadab, Abiú, Eleazar e
Itamar.
(1Cr 24:2) Mas como Nadab y Abiú murieron antes que su padre, y no tuvieron hijos, Eleazar e
Itamar ejercieron el sacerdocio.
(1Cr 24:3) Y David, con Sadoc de los hijos de Eleazar, y
Ahimelec de los hijos de Itamar, los repartió
por sus turnos en el ministerio.
(1Cr 24:4) Y de los hijos de
Eleazar había más varones principales que de los hijos de Itamar; y los
repartieron así: De los hijos de Eleazar, dieciséis cabezas de casas paternas;
y de los hijos de Itamar, por sus casas paternas, ocho.
(1Cr 24:5) Los repartieron,
pues, por suerte «los unos con los otros;»*
porque de los hijos de Eleazar y de los hijos de Itamar hubo príncipes del santuario, y príncipes de la casa de
Dios.
(1Cr 24:6) Y el escriba Semaías hijo de Natanael, de los
levitas, escribió sus nombres en presencia del
rey y de los príncipes, y delante de Sadoc el sacerdote, de Ahimelec hijo de
Abiatar y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas,
designando por suerte una casa paterna
para Eleazar, y otra para Itamar.
(1Cr 24:7) La primera suerte
tocó a Joiarib, la segunda a Jedaías,
(1Cr 24:8) la tercera a Harim, la cuarta a Seorim,
(1Cr 24:9) la quinta a Malquías, la sexta a Mijamín,
(1Cr 24:10) la séptima a Cos, la octava a Abías,
(1Cr 24:11) la novena a Jesúa, la décima a Secanías,
(1Cr 24:12) la undécima a Eliasib, la duodécima a Jaquim,
(1Cr 24:13) la decimotercera a Hupa, la decimocuarta a
Jesebeab,
(1Cr 24:14) la decimoquinta a Bilga, la decimosexta a Imer,
(1Cr 24:15) la decimoséptima a Hezir, la decimoctava a Afses,
(1Cr 24:16) la decimonovena a Petaías, la vigésima a Hezequiel,
(1Cr 24:17) la vigesimoprimera a Jaquín, la vigesimosegunda a
Gamul,
(1Cr 24:18) la vigesimotercera a Delaía, la vigesimocuarta a
Maazías.
(1Cr 24:19) Estos fueron distribuidos
para su ministerio, para que entrasen en la casa de Jehová, según les fue
ordenado por Aarón su padre, de la manera que le había mandado Jehová el Dios
de Israel.
(1Cr 24:20) Y de los hijos de Leví que quedaron: Subael, de los
hijos de Amram; y de los hijos de Subael, Jehedías.
(1Cr 24:21) Y de los hijos de Rehabías, Isías el jefe.
(1Cr 24:22) De los izharitas, Selomot; e hijo de Selomot,
Jahat.
(1Cr 24:23) De los hijos de Hebrón: Jerías el jefe, el segundo
Amarías, el tercero Jahaziel, el cuarto Jecamán.
(1Cr 24:24) Hijo de Uziel, Micaía; e hijo de Micaía, Samir.
(1Cr 24:25) Hermano de Micaía, Isías; e hijo de Isías,
Zacarías.
(1Cr 24:26) Los hijos de Merari: Mahli y Musi; hijo de Jaazías,
Beno.
(1Cr 24:27) Los hijos de Merari por Jaazías: Beno, Soham, Zacur
e Ibri.
(1Cr 24:28) Y de Mahli, Eleazar, quien no tuvo hijos.
(1Cr 24:29) Hijo de Cis, Jerameel.
(1Cr 24:30) Los hijos de Musi: Mahli, Edar y Jerimot. Estos
fueron los hijos de los levitas conforme a sus casas paternas.
(1Cr 24:31) Estos también
echaron suertes, como sus hermanos los
hijos de Aarón, delante del rey David, y de Sadoc y de Ahimelec, y de los jefes
de las casas paternas de los sacerdotes y levitas; el principal de los padres
igualmente que el menor de sus hermanos.
Distribución de músicos y cantores
(1Cr 25:1) Asimismo David y los jefes del ejército apartaron para el ministerio a los hijos de Asaf, de Hemán y de
Jedutún, para que profetizasen con arpas, salterios y címbalos; y el número de
ellos, hombres idóneos para la obra de su ministerio, fue:
(1Cr 25:2) De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y
Asarela, hijos de Asaf, «bajo la dirección
de Asaf, el»* cual profetizaba «bajo las órdenes»*
del rey.
(1Cr 25:3) De los hijos de Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías,
Hasabías, Matatías y Simei; seis, «bajo la
dirección de»* su padre Jedutún, el cual
profetizaba con arpa, para aclamar y alabar a Jehová.
(1Cr 25:4) De los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel,
Sebuel, Jeremot, Hananías, Hanani, Eliata, Gidalti, Romantiezer, Josbecasa,
Maloti, Hotir y Mahaziot.
(1Cr 25:5) Todos éstos fueron hijos de Hemán, vidente del rey
en las cosas de Dios, para exaltar su poder; y Dios dio a Hemán catorce hijos y
tres hijas.
(1Cr 25:6) Y todos éstos estaban «bajo
la dirección de»* su padre en la música, en
la casa de Jehová, con címbalos, salterios y arpas, para el ministerio del templo de Dios. Asaf, Jedutún y Hemán estaban «por disposición»*
del rey.
(1Cr 25:7) Y el número de ellos, con sus hermanos, instruidos
en el canto para Jehová, todos los aptos, fue
doscientos ochenta y ocho.
(1Cr 25:8) Y echaron suertes para servir por turnos, entrando el
pequeño con el grande, lo mismo el maestro que el discípulo.
(1Cr 25:9) La primera suerte
salió por Asaf, para José; la segunda para
Gedalías, quien con sus hermanos e hijos fueron doce;
(1Cr 25:10) la tercera para Zacur, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:11) la cuarta para Izri, con sus hijos y sus hermanos,
doce;
(1Cr 25:12) la quinta para Netanías, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:13) la sexta para Buquías, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:14) la séptima para Jesarela, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:15) la octava para Jesahías, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:16) la novena para Matanías, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:17) la décima para Simei, con sus hijos y sus hermanos,
doce;
(1Cr 25:18) la undécima para Azareel, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:19) la duodécima para Hasabías, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:20) la decimotercera para Subael, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:21) la decimocuarta para Matatías, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:22) la decimoquinta para Jeremot, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:23) la decimosexta para Hananías, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:24) la decimoséptima para Josbecasa, con sus hijos y
sus hermanos, doce;
(1Cr 25:25) la decimoctava para Hanani, con sus hijos y sus hermanos,
doce;
(1Cr 25:26) la decimonovena para Maloti, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:27) la vigésima para Eliata, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:28) la vigesimoprimera para Hotir, con sus hijos y sus
hermanos, doce;
(1Cr 25:29) la vigesimosegunda para Gidalti, con sus hijos y
sus hermanos, doce;
(1Cr 25:30) la vigesimotercera para Mahaziot, con sus hijos y
sus hermanos, doce;
(1Cr 25:31) la vigesimocuarta para Romantiezer, con sus hijos y
sus hermanos, doce.
Porteros y oficiales destacados
(1Cr 26:1) También fueron distribuidos los porteros: de los
coreítas, Meselemías hijo de Coré, de los hijos de Asaf.
(1Cr 26:2) Los hijos de Meselemías: Zacarías el primogénito, Jediael el segundo, Zebadías el
tercero, Jatniel el cuarto,
(1Cr 26:3) Elam el quinto, Johanán el sexto, Elioenai el
séptimo.
(1Cr 26:4) Los hijos de Obededom: Semaías el primogénito, Jozabad el segundo, Joa el
tercero, el cuarto Sacar, el quinto Natanael,
(1Cr 26:5) el sexto Amiel, el séptimo Isacar, el octavo
Peultai; porque Dios había bendecido a Obededom.
(1Cr 26:6) También de Semaías su hijo nacieron hijos que fueron señores sobre la casa de sus padres;
porque eran varones valerosos y esforzados.
(1Cr 26:7) Los hijos de Semaías: Otni, Rafael, Obed, Elzabad,
y sus hermanos, hombres esforzados; asimismo Eliú y Samaquías.
(1Cr 26:8) Todos éstos de los hijos de Obededom; ellos con sus hijos y sus hermanos, hombres robustos y
fuertes para el servicio; sesenta y dos, de Obededom.
(1Cr 26:9) Y los hijos de Meselemías y sus hermanos, dieciocho
hombres valientes.
(1Cr 26:10) De Hosa, de los hijos de Merari: Simri el jefe
(aunque no era el primogénito,
mas su padre lo puso por jefe),
(1Cr 26:11) el segundo Hilcías, el tercero Tebalías, el cuarto
Zacarías; todos los hijos de Hosa y sus hermanos fueron trece.
(1Cr 26:12) Entre éstos se hizo la distribución de los
porteros, alternando los principales de los varones en la guardia con sus
hermanos, para servir en la casa de Jehová.
(1Cr 26:13) Echaron suertes, el pequeño con el grande, según sus
casas paternas, «para cada puerta.»
(1Cr 26:14) Y la suerte
para la del oriente cayó a Selemías. Y metieron
en las suertes a Zacarías su hijo,
consejero entendido; y salió la suerte
suya para la del norte.
(1Cr 26:15) Y para Obededom la puerta del sur, y a sus hijos la
casa de provisiones del templo.
(1Cr 26:16) Para Supim y Hosa, la del occidente, la puerta de
Salequet, en el camino de la subida, «correspondiéndose
guardia con guardia.»*
(1Cr 26:17) Al oriente seis levitas, al norte cuatro de día; al
sur cuatro de día; y a la casa de provisiones de dos en dos.
(1Cr 26:18) En la cámara de los utensilios al occidente, cuatro
al camino, y dos en la cámara.
(1Cr 26:19) Estas son las distribuciones de los porteros, hijos
de los coreítas y de los hijos de Merari.
(1Cr 26:20) Y de los levitas, Ahías «tenía
cargo de»* los tesoros de la casa de Dios, y
de los tesoros de las cosas santificadas.
(1Cr 26:21) Cuanto a los hijos de Laadán hijo de Gersón: de
Laadán, los jefes de las casas paternas de Laadán gersonita fueron los
jehielitas.
(1Cr 26:22) Los hijos de Jehieli, Zetam y Joel su hermano, «tuvieron
cargo de»* los tesoros de la casa de Jehová.
(1Cr 26:23) De entre los amramitas, de los izharitas, de los
hebronitas y de los uzielitas,
(1Cr 26:24) Sebuel hijo de Gersón, hijo de Moisés, era jefe
sobre los tesoros.
(1Cr 26:25) En cuanto a su hermano Eliezer, hijo de éste era
Rehabías, hijo de éste Jesaías, hijo de éste Joram, hijo de éste Zicri, del que fue hijo Selomit.
(1Cr 26:26) Este Selomit y sus
hermanos «tenían a su cargo»* todos los tesoros de todas las cosas
santificadas que había consagrado el rey David,
y los jefes de las casas paternas, los capitanes de millares y de centenas, y
los jefes del ejército;
(1Cr 26:27) de lo que habían consagrado de las guerras y de los
botines, para reparar la casa de Jehová.
(1Cr 26:28) Asimismo todas las cosas que había consagrado el
vidente Samuel, y Saúl hijo de Cis, Abner hijo de Ner y Joab hijo de Sarvia, y
todo lo que cualquiera consagraba, «estaba a
cargo de»* Selomit y de sus hermanos.
(1Cr 26:29) De los izharitas, Quenanías y sus hijos eran
gobernadores y jueces sobre Israel en asuntos exteriores.
(1Cr 26:30) De los hebronitas, Hasabías y sus hermanos, hombres
de vigor, mil setecientos, gobernaban a Israel al otro lado del Jordán, al
occidente, en toda la obra de Jehová, y en el servicio del rey.
(1Cr 26:31) De los hebronitas, Jerías era el jefe de los
hebronitas repartidos en sus linajes por sus familias. En el año cuarenta del
reinado de David se registraron, y fueron
hallados entre ellos hombres fuertes y vigorosos en Jazer de Galaad.
(1Cr 26:32) Y sus hermanos, hombres valientes, eran dos mil
setecientos, jefes de familias, los cuales el rey David constituyó sobre los rubenitas, los gaditas y la media tribu de
Manasés, para todas las cosas de Dios y los negocios del rey.
Otros jefes puestos por David
(1Cr 27:1) Estos son los principales de los hijos de Israel, jefes de familias, jefes de millares y de centenas, y
oficiales que servían al rey en todos los negocios de las divisiones que
entraban y salían «cada mes»*
durante todo el año, siendo cada división de veinticuatro mil.
(1Cr 27:2) Sobre la primera división del primer mes
estaba Jasobeam hijo de Zabdiel; y había en su división veinticuatro mil.
(1Cr 27:3) De los hijos de Fares, él fue jefe de todos los
capitanes de las compañías del primer mes.
(1Cr 27:4) Sobre la división del segundo
mes estaba Dodai ahohíta; y Miclot era
jefe en su división, en la que también había veinticuatro mil.
(1Cr 27:5) El jefe de la tercera división para el tercer mes
era Benaía, hijo del sumo sacerdote Joiada; y en su
división había veinticuatro mil.
(1Cr 27:6) Este Benaía era
valiente entre los treinta y sobre los treinta; y en su división estaba
Amisabad su hijo.
(1Cr 27:7) El cuarto jefe para el
cuarto mes era Asael hermano de
Joab, y después de él Zebadías su hijo; y en su división había veinticuatro
mil.
(1Cr 27:8) El quinto jefe para el quinto mes era Samhut
izraíta; y en su división había veinticuatro mil.
(1Cr 27:9) El sexto para el sexto
mes era Ira hijo de Iques, de Tecoa; y
en su división veinticuatro mil.
(1Cr 27:10) El séptimo para el séptimo
mes era Heles pelonita, de los hijos de
Efraín; y en su división veinticuatro mil.
(1Cr 27:11) El octavo para el octavo
mes era Sibecai husatita, de los
zeraítas; y en su división veinticuatro mil.
(1Cr 27:12) El noveno para el noveno
mes era Abiezer anatotita, de los
benjamitas; y en su división veinticuatro mil.
(1Cr 27:13) El décimo para el décimo
mes era Maharai netofatita, de los
zeraítas; y en su división veinticuatro mil.
(1Cr 27:14) El undécimo para el undécimo
mes era Benaía piratonita, de los hijos de Efraín; y en su división veinticuatro mil.
(1Cr 27:15) El duodécimo para el duodécimo
mes era Heldai netofatita, de Otoniel;
y en su división veinticuatro mil.
(1Cr 27:16) Asimismo sobre las tribus de Israel: el jefe de los
rubenitas era Eliezer hijo de Zicri; de los simeonitas, Sefatías, hijo de
Maaca.
(1Cr 27:17) De los levitas, Hasabías hijo de Kemuel; de los de
Aarón, Sadoc.
(1Cr 27:18) De Judá, Eliú, uno de los hermanos de David; de los
de Isacar, Omri hijo de Micael.
(1Cr 27:19) De los de Zabulón, Ismaías hijo de Abdías; de los
de Neftalí, Jerimot hijo de Azriel.
(1Cr 27:20) De los hijos de Efraín, Oseas hijo de Azazías; de
la media tribu de Manasés, Joel hijo de Pedaías.
(1Cr 27:21) De la otra media tribu de Manasés, en Galaad, Iddo
hijo de Zacarías; de los de Benjamín, Jaasiel hijo de Abner.
(1Cr 27:22) Y de Dan, Azareel hijo de Jeroham. Estos fueron los
jefes de las tribus de Israel.
(1Cr 27:23) Y no tomó David el
número de los que eran de veinte años abajo, por cuanto Jehová había
dicho que él multiplicaría a Israel como las estrellas del
cielo.
(1Cr 27:24) Joab hijo de Sarvia había comenzado a contar; pero no acabó, pues por esto vino el castigo sobre Israel, y así el número no fue
puesto en el registro de «las
crónicas»* del rey David.
(1Cr 27:25) Azmavet hijo de Adiel «tenía
a su cargo»* los tesoros del rey; y Jonatán
hijo de Uzías los tesoros de los campos, de las ciudades, de las aldeas y de
las torres.
(1Cr 27:26) Y de los que trabajaban en la labranza de las
tierras, Ezri hijo de Quelub.
(1Cr 27:27) De las viñas, Simei ramatita; y del fruto de las
viñas para las bodegas, Zabdi sifmita.
(1Cr 27:28) De los olivares e higuerales de la Sefela,
Baalhanán gederita; y de los almacenes del aceite, Joás.
(1Cr 27:29) Del ganado que pastaba en Sarón, Sitrai saronita;
y del ganado que estaba en los valles, Safat hijo de Adlai.
(1Cr 27:30) De los camellos, Obil ismaelita; de las asnas,
Jehedías meronotita;
(1Cr 27:31) y de las ovejas, Jaziz agareno. Todos estos eran
administradores de la hacienda del rey David.
(1Cr 27:32) Y Jonatán tío de David era consejero, varón
prudente y escriba; y Jehiel hijo de Hacmoni
estaba con los hijos del rey.
(1Cr 27:33) También Ahitofel era consejero del rey, y Husai
arquita amigo del rey.
(1Cr 27:34) Después de Ahitofel estaba Joiada hijo de Benaía, y
Abiatar. Y Joab era el general del ejército del rey.
Salomón sucede a David
(1Cr 28:1) Reunió David en
Jerusalén a todos los principales de Israel, los jefes de las tribus, los jefes
de las divisiones que servían al rey, los jefes de millares y de centenas, los
administradores de toda la hacienda y posesión del rey y de sus hijos, y los
oficiales y los más poderosos y valientes de sus hombres.
(1Cr 28:2) Y levantándose el rey David, puesto en pie dijo: Óiganme, hermanos míos, y pueblo mío. Yo «tenía el propósito»* de edificar una casa en la cual reposara el arca del pacto
[alianza, convenio, acuerdo] de Jehová, y para
el estrado de los pies de nuestro Dios; y había ya preparado todo para
edificar.
(1Cr 28:3) Mas Dios me dijo: Tú
no edificarás casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra, y has derramado
mucha sangre.
(1Cr 28:4) Pero Jehová el Dios de Israel me eligió de toda la casa de mi padre, para que perpetuamente
fuese rey sobre Israel; porque a Judá escogió por caudillo, y de la casa de
Judá a la familia de mi padre; y de entre los hijos de mi padre se agradó de mí
para ponerme por rey sobre todo Israel.
(1Cr 28:5) Y de entre todos mis hijos (porque Jehová me ha
dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón
para que se siente en el trono del reino de Jehová sobre Israel.
(1Cr 28:6) Y me ha dicho:
Salomón tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a éste he escogido
por hijo, y yo le seré a él por padre.
(1Cr 28:7) Asimismo yo confirmaré su reino para siempre, si él
se esforzare a poner por obra mis mandamientos y mis decretos, como en este
día.
(1Cr 28:8) Ahora, pues, ante los ojos de todo Israel,
congregación de Jehová, y en oídos de nuestro
Dios, guarden y averigüen [escudriñen,
inquieran] todos los preceptos de
Jehová su [de ustedes] Dios,
para que posean la buena tierra, y la dejen en
herencia a sus [de ustedes]
hijos después de ustedes perpetuamente.
(1Cr 28:9) Y tú, Salomón, hijo
mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón
perfecto y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña [inquiere, indaga, analiza] los corazones de
todos, y entiende todo intento de los pensamientos.
Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo
dejares, él te desechará para siempre.
(1Cr 28:10) Mira, pues, ahora,
que Jehová te ha elegido para que edifiques casa para el santuario; esfuérzate,
y hazla.
(1Cr 28:11) Y David dio a
Salomón su hijo el plano del pórtico del templo y
sus casas, sus tesorerías, sus aposentos, sus cámaras y la casa del propiciatorio.
(1Cr 28:12) Asimismo el plano de todas las cosas que «tenía en mente»* para los atrios de la casa de Jehová, para
todas las cámaras alrededor, para las tesorerías de la casa de Dios, y para las
tesorerías de las cosas santificadas.
(1Cr 28:13) También para los grupos de los sacerdotes y de los
levitas, para toda la obra del ministerio de la casa de Jehová, y para todos
los utensilios del ministerio de la casa de Jehová.
(1Cr 28:14) Y dio oro en peso para las cosas de oro, para todos
los utensilios de «cada servicio,»* y plata en peso para todas las cosas de plata,
para todos los utensilios de «cada servicio.»
(1Cr 28:15) Oro en peso para los candeleros de oro, y para sus
lámparas; en peso el oro para «cada
candelero»* y sus lámparas; y para los
candeleros de plata, plata en peso para cada candelero y sus lámparas, conforme
al servicio de «cada candelero.»
(1Cr 28:16) Asimismo dio oro en peso para las mesas de la
proposición, para «cada mesa;»* del mismo modo plata para las mesas de plata.
(1Cr 28:17) También oro puro para los garfios, para los
lebrillos, para las copas y para las tazas de oro; para «cada taza»* por peso; y
para las tazas de plata, por peso para «cada
taza.»*
(1Cr 28:18) Además, oro puro en peso para el altar del
incienso, y para el carro de los querubines
de oro, que con las alas extendidas cubrían el arca
del pacto [alianza, convenio, acuerdo] de Jehová.
(1Cr 28:19) Todas estas cosas, dijo David, me fueron trazadas
por la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras del diseño.
(1Cr 28:20) Dijo además David a
Salomón su hijo: Anímate y esfuérzate, y manos a la obra; no temas, ni
desmayes, porque Jehová Dios, mi Dios, estará contigo; él no te dejará ni te
desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de
Jehová.
(1Cr 28:21) He aquí los grupos de los sacerdotes y de los
levitas, para todo el ministerio de la casa de Dios, estarán contigo en toda la obra; asimismo todos los voluntarios e
inteligentes para toda forma de servicio, y los príncipes, y todo el pueblo
para ejecutar todas tus órdenes.
(1Cr 29:1) Después dijo el rey
David a toda la asamblea: Solamente a
Salomón mi hijo ha elegido Dios; él es joven y tierno de edad, y la obra grande; porque la casa no es
para hombre, sino para Jehová Dios.
(1Cr 29:2) Yo con todas mis
fuerzas he preparado para la casa de mi Dios, oro para las cosas de oro, plata
para las cosas de plata, bronce para las de bronce, hierro para las de hierro,
y madera para las de madera; y piedras de ónice, piedras preciosas, piedras
negras, piedras de diversos colores, y toda clase de piedras preciosas, y
piedras de mármol en abundancia.
(1Cr 29:3) Además de esto, por cuanto tengo mi afecto en la
casa de mi Dios, yo guardo en mi tesoro particular oro y plata que, además de
todas las cosas que he preparado para la casa del santuario, he dado para la
casa de mi Dios:
(1Cr 29:4) tres mil talentos de oro, de oro de Ofir, y siete
mil talentos de plata refinada para cubrir las paredes de las casas;
(1Cr 29:5) oro, pues, para las cosas de oro, y plata para las
cosas de plata, y para toda la obra de las manos de los artífices. ¿Y quién
quiere «hacer»*
hoy «ofrenda voluntaria»* a Jehová?
(1Cr 29:6) Entonces los jefes de familia, y los príncipes de
las tribus de Israel, jefes de millares y de centenas, con los administradores
de la hacienda del rey, ofrecieron voluntariamente.
(1Cr 29:7) Y dieron para el
servicio de la casa de Dios cinco mil talentos y diez mil dracmas de oro, diez
mil talentos de plata, dieciocho mil talentos de bronce, y cinco mil talentos
de hierro.
(1Cr 29:8) Y todo el que tenía piedras preciosas las dio para
el tesoro de la casa de Jehová, en mano de Jehiel gersonita.
(1Cr 29:9) Y se alegró el pueblo por haber contribuido
voluntariamente; porque de todo corazón ofrecieron a Jehová voluntariamente.
(1Cr 29:10) Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo
David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo
y hasta el siglo.
(1Cr 29:11) Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la
gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos
y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.
(1Cr 29:12) Las riquezas y la gloria «proceden
de ti,»* y tú
dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer
grande y el dar poder a todos.
(1Cr 29:13) Ahora pues, Dios nuestro,
nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre.
(1Cr 29:14) Porque ¿quién soy yo,
y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas
semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.
(1Cr 29:15) Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos
delante de ti, como todos nuestros padres; y
nuestros días sobre la tierra, cual
sombra que no dura.
(1Cr 29:16) Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que
hemos preparado para edificar casa a tu santo nombre, de tu mano es, y todo es
tuyo.
(1Cr 29:17) Yo sé, Dios mío, que
tú escudriñas [inquieres,
analizas] los corazones, y que la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he
visto con alegría que tu pueblo, reunido aquí ahora, ha dado para ti
espontáneamente.
(1Cr 29:18) Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel
nuestros padres, conserva perpetuamente esta voluntad del corazón
de tu pueblo, y encamina su corazón a
ti.
(1Cr 29:19) Asimismo da a mi
hijo Salomón corazón perfecto, para que
guarde tus mandamientos, tus
testimonios y tus estatutos, y para que haga todas las cosas, y te edifique la
casa para la cual yo he hecho preparativos.
(1Cr 29:20) Después dijo David a
toda la congregación: Bendigan ahora a Jehová su [de ustedes] Dios. Entonces toda la
congregación bendijo a Jehová Dios de sus
padres, e inclinándose adoraron delante de Jehová y del rey.
(1Cr 29:21) Y sacrificaron
víctimas a Jehová, y ofrecieron a Jehová holocaustos al día siguiente; mil
becerros, mil carneros, mil corderos con sus libaciones, y muchos sacrificios
de parte de todo Israel.
(1Cr 29:22) Y comieron y
bebieron delante de Jehová aquel día con gran gozo; y dieron por segunda vez la
investidura del reino a Salomón hijo de David, y ante Jehová le ungieron por
príncipe, y a Sadoc por sacerdote.
(1Cr 29:23) Y se sentó Salomón
por rey en el trono de Jehová en lugar de David su padre, y fue prosperado; y
le obedeció todo Israel.
(1Cr 29:24) Y todos los príncipes y poderosos, y todos los
hijos del rey David, «prestaron homenaje»* al rey Salomón.
(1Cr 29:25) Y Jehová engrandeció
en extremo a Salomón a ojos de todo Israel, y le dio tal gloria en su reino,
cual ningún rey la tuvo antes de él en Israel.
Muerte de David
(1R 2:10-12)
(1Cr 29:26) Así reinó David hijo
de Isaí sobre todo Israel.
(1Cr 29:27) El tiempo
que reinó sobre Israel fue cuarenta años. Siete años reinó en Hebrón, y treinta y tres
reinó en Jerusalén.
(1Cr 29:28) Y murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria; y reinó en su lugar Salomón su hijo.
(1Cr 29:29) Y los hechos del rey David, primeros y últimos [postreros, siguientes], están escritos en el
libro de las crónicas de Samuel vidente, en las crónicas del profeta Natán,
y en las crónicas de Gad vidente,
(1Cr 29:30) con todo lo relativo a su reinado, y su poder, y
los tiempos que pasaron sobre él, y sobre Israel y sobre todos los reinos de
aquellas tierras.