Redes Sociales

siguenos en facebook siguenos en Twitter sígueme en Blogger Sígueme en Likedin Sígueme en Pinterest Canal de youtube

RVI: GALATAS

Referencias para la lectura:

-       Texto ajustado al Texto Mayoritario y actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Vocablos del Texto Mayoritario que forman parte del texto bíblico. Señaladas entre corchetes TM [color azul].
-       Variantes del Textus Receptus que no forman parte del Texto Mayoritario. Señaladas entre corchetes TR [color rojo]

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del griego koiné.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

GÁLATAS

Saludos
(Ga 1:1) Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesús, el Cristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos),

(Ga 1:2) y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia:

(Ga 1:3) Gracia y paz sean a ustedes, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesús, el Cristo,

(Ga 1:4) el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,

(Ga 1:5) a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

No hay otro Evangelio
(Ga 1:6) Estoy maravillado de que tan pronto se hayan alejado del que les llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente.

(Ga 1:7) No que haya otro, sino que hay algunos que les perturban [agitan, inquietan] y quieren pervertir el evangelio de Cristo.

(Ga 1:8) Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anunciare otro evangelio diferente del que les hemos anunciado, sea anatema.

(Ga 1:9) Como antes hemos dicho,  también ahora lo repito: Si alguno les predica diferente evangelio del que han recibido, sea anatema.

(Ga 1:10) Por lo tanto, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería esclavo de Cristo.

El ministerio de Pablo
(Ga 1:11) Mas les hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre;

(Ga 1:12) puesto que yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesús, el Cristo.

(Ga 1:13) Porque ya han escuchado acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba;

(Ga 1:14) y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones [doctrinas rudimentarias, instrucciones] de mis padres.

(Ga 1:15) Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,

(Ga 1:16) revelar a su Hijo en mí, para que yo le predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre,

(Ga 1:17) ni subí a Jerusalén a los que eran apóstoles antes que yo; sino que fui a Arabia, y volví de nuevo a Damasco.

(Ga 1:18) Después, pasados tres años, subí a Jerusalén para ver a Pedro, y permanecí con él quince días;

(Ga 1:19) pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor.

(Ga 1:20) En esto que les escribo, he aquí delante de Dios que no miento.

(Ga 1:21) Después fui a las regiones de Siria y de Cilicia,

(Ga 1:22) y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en Cristo;

(Ga 1:23) solamente oían decir : Aquel que en otro tiempo nos perseguía, ahora predica la fe que en otro tiempo asolaba.

(Ga 1:24) Y glorificaban a Dios en mí.

(Ga 2:1) Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.

(Ga 2:2) Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles.

(Ga 2:3) Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse;

(Ga 2:4) y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para «reducirnos a esclavitud,»

(Ga 2:5) a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con ustedes.

(Ga 2:6) Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas), a mí, por lo tanto, los de reputación nada nuevo me comunicaron.

(Ga 2:7) Antes «por el contrario,» como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión

(Ga 2:8) (puesto que el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles),

(Ga 2:9) y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión.

(Ga 2:10) Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer.

La reprensión de Pablo a Pedro
(Ga 2:11) Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar.

(Ga 2:12) Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión.

(Ga 2:13) Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos.

(Ga 2:14) Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro en presencia [delante] de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?

(Ga 2:15) Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles,

(Ga 2:16) sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesús, el Cristo, nosotros también hemos creído en Jesús, el Cristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.

(Ga 2:17) Y si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? «En ninguna manera.»

(Ga 2:18) Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, transgresor me hago.

(Ga 2:19) Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.

(Ga 2:20) Con Cristo «estoy juntamente crucificado,» y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

(Ga 2:21) No desecho la gracia de Dios; puesto que si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.

El Espíritu se recibe por el oír con fe
(Ga 3:1) ¡Oh gálatas insensatos! ¿quién les fascinó para no obedecer a la verdad, a ustedes ante cuyos ojos Jesús, el Cristo fue ya presentado claramente entre ustedes como crucificado?

(Ga 3:2) Esto solo quiero saber de ustedes: ¿Recibieron el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?

(Ga 3:3) ¿Tan necios [ignorantes, imprudentes, irracionales] son? ¿Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora van a acabar por la carne?

(Ga 3:4) ¿Tantas cosas han sufrido [padecido] en vano? si es que realmente fue en vano.

(Ga 3:5) Aquel, por lo tanto, que les suministra el Espíritu, y hace milagros entre ustedes, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe?

El Pacto de Dios con Abraham
(Ga 3:6) Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.

(Ga 3:7) Sepan, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.

(Ga 3:8) Y la Escritura, previendo  que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, «diciendo:» En ti serán benditas todas las naciones.

(Ga 3:9) De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.

(Ga 3:10) Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, puesto que escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

(Ga 3:11) Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá;

(Ga 3:12) y la ley no es de fe, sino que dice: «El que hiciere» estas cosas vivirá por ellas.

(Ga 3:13) Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),

(Ga 3:14) para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

(Ga 3:15) Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade.

(Ga 3:16) Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.

(Ga 3:17) Esto, por lo tanto, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.

(Ga 3:18) Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa.

El propósito de la ley
(Ga 3:19) Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.

(Ga 3:20) Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno.

(Ga 3:21) ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? «En ninguna manera;» porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley.

(Ga 3:22) Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesús, el Cristo fuese dada a los creyentes.

(Ga 3:23) Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.

(Ga 3:24) De modo que la ley ha sido nuestro ayo [tutor, instructor], «para llevarnos» a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.

(Ga 3:25) Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo [tutor, instructor],

(Ga 3:26) puesto que todos son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;

(Ga 3:27) porque todos los que han sido bautizados en Cristo, de Cristo están revestidos.

(Ga 3:28) Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús.

(Ga 3:29) Y si ustedes son de Cristo, ciertamente linaje de Abraham son, y herederos según la promesa.

(Ga 4:1) Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo;

(Ga 4:2) sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el padre.

(Ga 4:3) Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud bajo los rudimentos del mundo.

(Ga 4:4) Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,

(Ga 4:5) para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

(Ga 4:6) Y por cuanto son hijos, Dios envió a sus [de ustedes] corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!

(Ga 4:7) Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

No volver a la esclavitud de la carne
(Ga 4:8) Ciertamente, en otro tiempo, no conociendo a Dios, servían a los que por naturaleza no son dioses;

(Ga 4:9) mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que se vuelven de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales se quieren volver a esclavizar?

(Ga 4:10) Guardan los días, los meses, los tiempos y los años.

(Ga 4:11) Me temo de ustedes, que haya trabajado en vano con ustedes.

(Ga 4:12) les ruego, hermanos, que se hagan como yo, porque yo también me hice como ustedes. Ningún agravio [ofensa grave de deshonra] me han hecho.

(Ga 4:13) Puesto que ustedes saben que a causa de una enfermedad del cuerpo les anuncié el evangelio al principio;

(Ga 4:14) y no me despreciaron ni desecharon por la prueba «que tenía» en mi cuerpo, antes bien me recibieron como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús.

(Ga 4:15) ¿Dónde, por lo tanto, está esa satisfacción «que experimentaban?» Porque les doy testimonio de que si hubiesen podido, se hubieran sacado sus [de ustedes] propios ojos para dármelos.

(Ga 4:16) ¿Me he hecho, por lo tanto, su [de ustedes] enemigo, por decirles la verdad?

(Ga 4:17) Tienen celo por ustedes, pero no para bien, sino que quieren apartarlos de nosotros para que ustedes tengan celo por ellos.

(Ga 4:18) Bueno es mostrar celo en lo bueno siempre, y no solamente cuando estoy presente con ustedes.

(Ga 4:19) Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en ustedes,

(Ga 4:20) quisiera estar con ustedes ahora mismo y cambiar de tono, pues estoy perplejo en cuanto a ustedes.

Alegoría de Sara y Agar
(Ga 4:21) Díganme, los que quieren estar bajo la ley: ¿no han escuchado la ley?

(Ga 4:22) Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.

(Ga 4:23) Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.

(Ga 4:24) Lo cual es una alegoría, puesto que estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.

(Ga 4:25) Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.

(Ga 4:26) Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.

(Ga 4:27) Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; Porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene esposo.

(Ga 4:28) Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.

(Ga 4:29) Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.

(Ga 4:30) Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.

(Ga 4:31) De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

Estén firmes en la libertad
(Ga 5:1) Estén, por lo tanto, firmes en la libertad «con que» Cristo nos hizo libres, y no estén otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

(Ga 5:2) He aquí, yo Pablo les digo que si se circuncidan, de nada les aprovechará Cristo.

(Ga 5:3) Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.

(Ga 5:4) De Cristo se desligaron, los que por la ley se justifican; de la gracia han caído.

(Ga 5:5) Puesto que nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia;

(Ga 5:6) porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.

(Ga 5:7) Ustedes corrían bien; ¿quién les estorbó  para no obedecer a la verdad?

(Ga 5:8) Esta persuasión no procede de aquel que les llama.

(Ga 5:9) Un poco de levadura leuda toda la masa.

(Ga 5:10) Yo confío respecto de ustedes en el Señor, que no pensarán de otro modo; mas el que les perturba [agita, inquieta] llevará la sentencia, quienquiera que sea.

(Ga 5:11) Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz.

(Ga 5:12) ¡Ojalá se mutilasen los que les perturban!

(Ga 5:13) Porque ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados; solamente que no usen la libertad como ocasión para la carne, sino sírvanse por amor los unos a los otros.

(Ga 5:14) Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

(Ga 5:15) Pero si se muerden y se comen unos a otros, vean que también no se consuman unos a otros.

Las obras de la carne y los frutos del Espíritu
(Ga 5:16) Digo, por lo tanto: Anden en el Espíritu, y no satisfagan los deseos de la carne.

(Ga 5:17) Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagan lo que quisieren.

(Ga 5:18) Pero si son guiados por el Espíritu, no están bajo la ley.

(Ga 5:19) Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación [inmoralidad sexual], inmundicia, lascivia [conducta libertina y descarada],

(Ga 5:20) idolatría, hechicerías [farmacias], enemistades, pleitos [peleas, contiendas], celos, iras [furias], contiendas, disensiones [divisiones], herejías,

(Ga 5:21) envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales les amonesto, como ya se lo he dicho  antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

(Ga 5:22) Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

(Ga 5:23) mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

(Ga 5:24) Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

(Ga 5:25) Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

(Ga 5:26) No nos hagamos vanagloriosos [vanidosos, esplendorosos], irritándonos [provocándonos] unos a otros, envidiándonos unos a otros.

(Ga 6:1) Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, ustedes que son espirituales, restáurenle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.

(Ga 6:2) Sobrelleven los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo.

(Ga 6:3) Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña.

(Ga 6:4) Así que, cada uno someta a prueba su propia obra, y entonces tendrá motivo de gloriarse sólo respecto de sí mismo, y no en otro;

(Ga 6:5) porque cada uno llevará su propia carga.

(Ga 6:6) El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye.

(Ga 6:7) No se engañen; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

(Ga 6:8) Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

(Ga 6:9) No nos cansemos, por lo tanto, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

(Ga 6:10) Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.

Pablo se gloría en la cruz de Cristo
(Ga 6:11) Vean con cuán grandes letras les escribo de mi propia mano.

(Ga 6:12) Todos los que quieren agradar en la carne, éstos les obligan a que se circunciden, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo.

(Ga 6:13) Porque ni aun los mismos que se circuncidan guardan la ley; pero quieren que ustedes se circunciden, para gloriarse en su [de ustedes] carne.

(Ga 6:14) Pero «lejos esté» de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesús el Cristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.

(Ga 6:15) Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación.

(Ga 6:16) Y a todos los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea a ellos, y al Israel de Dios.

(Ga 6:17) «De aquí en adelante» nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.

Saludo final
(Ga 6:18) Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesús, el Cristo sea con su [de ustedes] espíritu. Amén. TR [Enviada de Roma a los Gálatas.]




LIBROS MAB

INTERLINEALES ELECTRONICOS

CONCORDANCIA MANUAL Y DICCIONARIO TRADUCTOR GRIEGO ESPAÑOL

NT INTERLINEAL GRIEGO - ESPAÑOL