Referencias para la lectura:
- Texto
ajustado al Texto Mayoritario y actualizado al español latino.
- Ubicación
visual de vocablos claves resaltados en colores.
- Sinónimos
de palabras claves entre corchetes [color
bordó]
- Vocablos
del Texto Mayoritario que forman
parte del texto bíblico. Señaladas entre corchetes TM [color azul].
- Variantes
del Textus Receptus que no forman
parte del Texto Mayoritario. Señaladas entre corchetes TR [color rojo]
Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original
del griego koiné.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario
Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.
Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente
Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de
significados y conceptos.
COLOSENSES
Saludos
(Col 1:1) Pablo, apóstol de Jesús,
el Cristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo,
(Col 1:2) a los santos y fieles hermanos
en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz
sean a ustedes, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesús, el Cristo.
Pablo pide
que Dios les conceda sabiduría Espiritual
(Col 1:3) Siempre orando por
ustedes, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesús, el Cristo,
(Col 1:4) habiendo escuchado de su [de ustedes] fe en Cristo Jesús, y del amor
que tienen a todos los santos,
(Col 1:5) a causa de la esperanza que les está guardada en los
cielos, de la cual ya han escuchado por la palabra verdadera
del evangelio,
(Col 1:6) que ha llegado hasta
ustedes, así como a todo el mundo, y
lleva fruto y crece también en ustedes,
desde el día que oyeron y conocieron la gracia de Dios en verdad,
(Col 1:7) como lo han aprendido de
Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para
ustedes,
(Col 1:8) quien también nos ha declarado su [de ustedes] amor en el Espíritu.
(Col 1:9) Por lo cual también
nosotros, desde el día que lo oímos, no
cesamos de
orar por ustedes, y de pedir que sean llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia
espiritual,
(Col 1:10) para que anden como es
digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto
en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento
de Dios;
(Col 1:11) fortalecidos con todo
poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda
paciencia y longanimidad;
(Col 1:12) con gozo dando gracias al
Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
(Col 1:13) el cual nos ha librado de
la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
(Col 1:14) en quien tenemos
liberación [redención] por su sangre, el perdón de pecados.
Reconciliación
por medio de la muerte de Cristo
(Col 1:15) El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
(Col 1:16) Porque en él fueron
creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra,
visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
(Col 1:17) Y él es antes de todas las
cosas, y todas las cosas en él subsisten;
(Col 1:18) y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia,
él que es el principio, el primogénito
de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
(Col 1:19) por cuanto agradó al Padre
que en él habitase toda plenitud,
(Col 1:20) y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las
que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre
de su cruz.
(Col 1:21) Y a ustedes también, que
eran en otro tiempo extraños y enemigos
en su [de ustedes] mente, haciendo malas obras,
ahora les ha reconciliado
(Col 1:22) en su cuerpo de carne,
por medio de la muerte, para presentarlos
santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
(Col 1:23) «si en verdad» permanecen fundados y firmes en
la fe, y sin moverse de la esperanza del evangelio
que han escuchado, el cual se predica en toda la creación
que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.
Ministerio de
Pablo a los gentiles
(Col 1:24) Ahora me gozo en lo que
padezco por ustedes, y cumplo en mi carne
lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo,
que es la iglesia;
(Col 1:25) de la cual fui hecho
ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con ustedes,
para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios,
(Col 1:26) el misterio que había estado oculto
desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado
[dado a conocer] a sus santos,
(Col 1:27) a quienes Dios quiso dar a
conocer las riquezas de la gloria de este misterio
entre los gentiles; que es Cristo en ustedes, la esperanza
de gloria,
(Col 1:28) a quien anunciamos,
amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en
Cristo Jesús a todo hombre;
(Col 1:29) para lo cual también
trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.
(Col 2:1) Porque quiero que sepan
cuán gran lucha sostengo por ustedes, y por los que están en Laodicea, y por
todos los que nunca han visto mi rostro;
(Col 2:2) para que sean consolados
sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo,
(Col 2:3) en quien están escondidos
todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
(Col 2:4) Y esto lo digo para que
nadie les engañe con palabras persuasivas.
(Col 2:5) Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no
obstante en espíritu estoy con ustedes,
gozándome y mirando su [de ustedes] buen orden y la firmeza de su [de ustedes] fe en Cristo.
Anden en Él
(Col 2:6) Por tanto, de la manera
que han recibido al Señor Jesús, el Cristo, anden en él;
(Col 2:7) arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como han sido enseñados, abundando TM [en ella] en acciones de
gracias.
Nadie los
engañe
(Col 2:8) Vean que nadie les engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones [doctrinas rudimentarias, instrucciones] de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y
no según Cristo.
Plenitud de
Vida en Cristo Jesús
(Col 2:9) Porque en él habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad,
(Col 2:10) y ustedes están completos
en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
(Col 2:11) En él también fueron
circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de ustedes el cuerpo pecaminoso
carnal, en la circuncisión de Cristo;
(Col 2:12) sepultados con él en el
bautismo, en el cual fueron también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los
muertos.
(Col 2:13) Y a ustedes, estando
muertos en pecados y en la
incircuncisión de su [de ustedes] carne, les dio vida juntamente con él, perdonándoles todos los pecados,
(Col 2:14) anulando el acta de los
decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en
medio y clavándola en la cruz,
(Col 2:15) y despojando a los
principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre
ellos en «la cruz.»
(Col 2:16) Por tanto, nadie les
juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días sábados [días de
reposo o festivos],
(Col 2:17) todo lo cual es sombra de
lo que ha de venir; pero el cuerpo es
de Cristo.
(Col 2:18) Nadie les prive de su [de ustedes] premio, afectando humildad y culto a los
ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su
propia mente carnal,
(Col 2:19) y no asiéndose de la
Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo,
nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el
crecimiento que da Dios.
(Col 2:20) Pues si han muerto con
Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si viviesen en el mundo, se someten a preceptos
(Col 2:21) tales como: No manejes, ni
gustes, ni aun toques
(Col 2:22) (en conformidad a mandamientos y doctrinas
de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso?
(Col 2:23) Tales cosas tienen de
hecho cierta reputación de sabiduría en culto
voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo;
pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.
Pongan la
mira en las cosas de arriba
(Col 3:1) Si, por lo tanto, han resucitado
con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra
de Dios.
(Col 3:2) Pongan la mira en las
cosas de arriba, no en las de la tierra.
(Col 3:3) Porque han muerto, y su [de ustedes] vida está escondida con Cristo en Dios.
(Col 3:4) Cuando Cristo, su [de ustedes] vida, se manifieste
[muestre, de a conocer], entonces ustedes también serán manifestados
con él en gloria.
Hagan morir
lo terrenal en ustedes
(Col 3:5) Hagan morir, por lo tanto,
lo terrenal en ustedes: fornicación [inmoralidad
sexual], impureza, pasiones desordenadas, malos deseos
y avaricia, que es idolatría;
(Col 3:6) cosas por las cuales la
ira [furia] de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,
(Col 3:7) en las cuales ustedes
también anduvieron en otro tiempo
cuando vivían en ellas.
(Col 3:8) Pero ahora dejen también
ustedes todas estas cosas: ira [furia], enojo, malicia, injurias [calumnias,
blasfemias], palabras deshonestas de
su [de ustedes] boca.
(Col 3:9) No mientan los unos a los
otros, habiéndose despojado del viejo hombre con sus hechos,
(Col 3:10) y revestido del nuevo, el
cual conforme a la imagen del que
lo creó se va renovando hasta el conocimiento
pleno,
(Col 3:11) donde no hay griego ni
judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, esclavo ni libre,
sino que Cristo es el todo, y en todos.
Vestidos de
una nueva vida
(Col 3:12) Vístanse, por lo tanto,
como escogidos de Dios, santos y
amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre,
de paciencia;
(Col 3:13) soportándose unos a otros,
y perdonándose unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera
que Cristo les perdonó, así también háganlo ustedes.
(Col 3:14) Y sobre todas estas cosas
vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.
(Col 3:15) Y la paz de Dios gobierne en sus [de ustedes] corazones, a la que asimismo fueron llamados en un solo cuerpo; y sean agradecidos.
(Col 3:16) La palabra de Cristo more
en abundancia en ustedes, enseñándose y exhortándose unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en sus [de ustedes] corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
(Col 3:17) Y todo lo que hacen, sea
de palabra o de hecho, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias
a Dios Padre por medio de él.
Deberes y
obligaciones sociales de la nueva vida
(Col 3:18) Casadas, estén sujetas a
sus [de ustedes] esposos, como conviene en el Señor.
(Col 3:19) Esposos, amen a sus [de ustedes] esposas, y no sean ásperos con ellas.
(Col 3:20) Hijos, obedezcan a sus [de ustedes] padres en todo, porque esto agrada al Señor.
(Col 3:21) Padres, no exasperen a sus
[de ustedes] hijos, para que no se desalienten.
(Col 3:22) Esclavos, obedezcan en
todo a sus [de ustedes] amos terrenales, no «sirviendo al ojo,» como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios.
(Col 3:23) Y todo lo que hagan,
háganlo de corazón, como para el Señor
y no para los hombres;
(Col 3:24) sabiendo que del Señor
recibirán la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor sirven.
(Col 3:25) Mas el que hace
injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de
personas.
(Col 4:1) Amos, hagan lo que es
justo y recto con sus [de ustedes] esclavos, sabiendo que también ustedes tienen un Amo en los cielos.
(Col 4:2) Perseveren en la oración, velando en ella con acción de
gracias;
(Col 4:3) orando también al mismo tiempo
por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a
conocer el misterio de Cristo, por el
cual también estoy preso,
(Col 4:4) para que lo manifieste como debo hablar.
(Col 4:5) Anden sabiamente para con
los de afuera, redimiendo el tiempo.
(Col 4:6) Sea su [de ustedes] palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepan cómo deben
responder a cada uno.
Saludos
finales
(Col 4:7) Todo lo que a mí se
refiere, se lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo
en el Señor,
(Col 4:8) el cual he enviado a
ustedes para esto mismo, para que conozca lo que a ustedes se refiere, y
conforte sus [de ustedes] corazones,
(Col 4:9) con Onésimo, amado y fiel
hermano, que es uno de ustedes. Todo lo que acá pasa, se lo harán saber.
(Col 4:10) Aristarco, mi compañero de
prisiones, les saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca del cual han
recibido mandamientos; si fuere a
ustedes, recíbanle;
(Col 4:11) y Jesús, llamado Justo;
que son los únicos de la circuncisión que me ayudan en el reino de Dios, y han
sido para mí un consuelo.
(Col 4:12) les saluda Epafras, el
cual es uno de ustedes, esclavo de Cristo, siempre rogando encarecidamente por
ustedes en sus oraciones, para que estén firmes, perfectos y
completos en todo lo que Dios quiere.
(Col 4:13) Porque de él doy testimonio de que tiene gran solicitud por
ustedes, y por los que están en Laodicea, y los que están en Hierápolis.
(Col 4:14) les saluda Lucas el médico
amado, y Demas.
(Col 4:15) Saluden a los hermanos que
están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que
está en su casa.
(Col 4:16) Cuando esta carta haya sido leída entre ustedes, hagan que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la lean también
ustedes.
(Col 4:17) Digan a Arquipo: Mira que
cumplas el ministerio que recibiste en el Señor. TR [Escrita de Roma
a los Colosenses; enviada con Tichîco y Onésimo.]
(Col 4:18) La salutación de mi propia
mano, de Pablo. Acuérdense de mis prisiones. La gracia sea con ustedes. Amén.